Cuando uno se despierta por la noche para realizar la oración preferible de la noche o en el alba para realizar la oración del alba, es preferible prosternarse ante Dios, agradecerle y recitar la siguiente súplica en la prosternación o luego de ella:
اَلْحَمْدُلِلّهِ الَّذى اَحْيانى بَعْدَ ما اَماتَنى وَ اِلَيْهِ النُّشُورُ اَلْحَمْدُ لِلّهِ الَّذى رَدَّ عَلَىَّ رُوحى لاَِحْمَدَهُ وَاَعْبُدَهُ
Alabado sea Dios, Quien me dio la vida luego de haber muerto y hacia Él será el retorno. Alabado sea Dios Quien me devolvió el alma para alabarle y adorarle...
Refugio mi ser en el Señor de la tierra y el cielo.
Refugio mi alma en Aquel mediante cuyo Nombre (invocado) ya no hay daño que perjudique.
Refugio mi ser en Aquel cuyo Nombre es bendición y curación.
Relata Kaf‘ami de los Imames quien en el momento de dormir dijera tres veces
“Dios hace lo que le place con Su Poderío, y legisla lo que quiere con Su Grandeza”, es como si hubiera realizado mil ciclos de oración.
Dios Nuestro, Oh, Quien alivia las angustias, aleja las penurias,
Quien elimina las tristezas y responde las súplicas de los apremiados
Oh, Graciabilísimo en este mundo y el otro y Misericordioso en ambos
Tú eres mi Misericordioso y Misericordioso de todas las cosas.
Compadécete de mí con una misericordia tal manera que no necesite de la misericordia de nadie fuera de Ti
por medio de la cual saldes mi deuda...
وَقُلِ الْحَمْدُ لِلَّهِ الَّذِي لَمْ يَتَّخِذْ وَلَداً وَلَمْ يَكُن لَّهُ شَرِيكٌ فِي الْمُلْكِ وَلَمْ يَكُن لَهُ وَلِيٌّ مِّنَ الذُّلِّ وَكَبِّرْهُ تَكْبِيرَاً
Y di: ¡Alabado sea Dios, que jamás tuvo hijo alguno, tampoco tuvo ningún copartícipe en el Poder, ni protector por incapacidad! ¡Magnifícale fervorosamente!...
... ¡Oh, Dios! Hazme amar la compañía de los pobres y ayúdame con la buena paciencia en su compañía.
Aquello de las cosas mundanales desaparecidas que hayas to­mado de mí, resérvamelo en los tesoros permanentes.
Y aquello de las cosas mundanales que me hayas regalado y cada capital que hasta ahora me hayas dado, establécelo como una herramienta para llegar a Tu cercanía y alcanzar la jerar­quía de Tu proximidad, y como instrumento para ingresar a Tu paraíso. Pues ciertamente Tú eres el poseedor del inmenso fa­vor y Tú eres generoso y noble.
¡Dios mío, sácame de las tinieblas de las confusiones y hónrame con la luz del entendimiento!
Dios mío, abre para nosotros las puertas de Tu Misericordia y esparce sobre nosotros los tesoros de Tus conocimientos,
por Tu misericordia! ¡Oh, El más Compasivo de los Misericordiosos!
15. Refúgiame de los deseos malignos y de la codicia de los codi­ciosos; configura en mi corazón la imagen de lo que has reser­vado para mí de Tu recompensa y de lo que has preparado para mi enemigo de Tu retribución y castigo; y haz que esto sea una herramienta para mi conformidad respecto a lo que me has de­cretado, y para mi confianza respecto a lo que has dispuesto para mí.
1. ¡Oh, Dios! ¡Oh, Aquel a través de Cuya misericordia los peca­dores imploran la ayuda!
2. ¡Oh, Aquel en el recuerdo de Cuya beneficencia se refugian los necesitados!
3. ¡Oh, Aquel por Cuyo temor a Él, lloran intensamente los que cometen faltas!
4. ¡Oh, el Intimo de todos los que están solitarios y tristes lejos de su hogar! ¡Oh, el Alivio de todos los que padecen calamidades y están deprimidos! ¡Oh, auxilio de quien está solo y humilla­do! ¡Oh, Socorro de cada necesitado rechazado!
5. Tú eres Aquel Cuya misericordia y ciencia abarcan todas las cosas...
¡Oh Dios!, concédenos el éxito de la obediencia, estar lejos de la rebeldía, la sinceridad de la intención y el discernimiento de lo sagrado. Sé Generoso con nosotros guiándonos mediante la Buena Guía y la recta constancia, y guía nuestras palabras con la rectitud y la sabiduría.
¡Oh Dios!, ... llena nuestros corazones con la ciencia y el saber, y purifica nuestros interiores de lo ilícito y lo dudoso, aleja nuestras manos de la injusticia y el robo, aparta nuestras miradas de la indecencia y la traición, y cierra nuestros oídos a las palabras vanas y a la maledicencia...
Dios mío, la aflicción s ha vuelto inmensa, el interior se ha revelado y la esperanza ha sido debilitada. La Tierra se ha estrechado, el cielo ha sido bloqueado, y eres Tú el auxiliador, y es a Ti a quien la gente expresa sus quejas. Así como eres Tú nuestro apoyo en las dificultades y la comodidad.
Dios mío, envía tus salutaciones a Muhammad y a la descendencia de Muhammad, nuestros guías y líderes, a quienes nos ordenaste su obediencia, y nos permitiste conocer su destacada posición mediante esa orden. Es por ello que Te pedimos que -por su derecho y posición- nos alivies de nuestras aflicciones, un alivio pronto, cercano, como el parpadear de un ojo o aún más cercano. ¡Oh, Muhammad! ¡Oh, Ali! ¡Oh, Ali! ¡Oh, Muhammad! Sean suficientes para mí, ya que, ciertamente, ustedes son suficientes y auxílienme, ya que, ciertamente, ustedes son auxiliadores. ¡Oh, mi guía! ¡Oh, dueño de la época! Auxíliame, auxíliame, auxíliame. Encuéntrame, encuéntrame, encuéntrame. En este mismo momento, en este mismo momento, en este mismo momento. De prisa, de prisa, de prisa. ¡Oh quien es el más misericordioso de los misericordiosos!, (te lo pido) por el rango de Muhammad y su descendencia purificada.

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