40 Hadices del Mensajero de Dios, el profeta Muhammad (PB)
40 Hadices del Mensajero de Dios (PB)
Compilado por el Huŷŷatulislam wal Muslimin Mohsen Rabbani
Edición preparada por el Prof. Sheij Mustafa Al-Salvadori
Publicado por: Editorial Elhame Shargh
P. O. Box: 37185/4138, Qom
Tel/Fax: + 98 (253) 2903644
República Islámica de Irán
Fundación Cultural Oriente
ISBN: 978-600-7498-59-0
Primera edición: 2023
1000 ejemplares
©Todos los derechos reservados.
Se permite la reproducción citando la fuente
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El Profeta Muhammad (PB)
Datos personales
Nombre: Muhammad
Kunya: Abul-Qasim (padre de Qasim)
Epítetos: ‘Amin (Digno de confianza), Rasulul Allah (el Mensajero de Dios), Mustafa (el Elegido), Habibullah (Amado de Dios), Safiullah (el Escogido por Dios), Rahmat li-l-'Alamin (Bendición para los mundos), Sayyed al-Mursalin (el Señor de los Enviados [por Dios]), Jatam al-Nabiin (el último de los Profetas)
Padre: Abdullah Ibn Abdul-Muttalib
Madre: Amina bint Wahb
Fecha de nacimiento: 17 de Rabi' al-Awwal (53 años antes de la hégira) / 11 de mayo de 570 D.C
Lugar de nacimiento: La Meca, Arabia
Fecha de fallecimiento: 28 de Safar del año 11 de la hégira/ 28 de mayo de 632 D.C
Lugar de fallecimiento: Medina
Sucesor: Imam 'Ali (P)
Un modelo a seguir
El comportamiento del último Profeta y Mensajero de Dios (PB) refleja una parte de sus cualidades, su modo de vida, su proceder tanto a nivel individual como social, que ciertamente es el modelo a seguir por todo aquel que se considere musulmán.
Dice la Palabra de Dios:
لَقَدْ كَانَ لَكُمْ فِي رَسُولِ اللَّهِ أُسْوَةٌ حَسَنَةٌ لِمَنْ كَانَ يَرْجُو اللَّهَ وَالْيَوْمَ الْآخِرَ وَذَكَرَ اللَّهَ كَثِيرًا
«Ciertamente, en el Mensajero de Dios tenéis un buen modelo para quien tiene su esperanza puesta en Dios y en el Último Día y recuerda mucho a Dios». (Corán 33:21)
الَّذِينَ يَتَّبِعُونَ الرَّسُولَ النَّبِيَّ الْأُمِّيَّ الَّذِي يَجِدُونَهُ مَكْتُوبًا عِنْدَهُمْ فِي التَّوْرَاةِ وَالْإِنْجِيلِ يَأْمُرُهُمْ بِالْمَعْرُوفِ وَيَنْهَاهُمْ عَنِ الْمُنْكَرِ وَيُحِلُّ لَهُمُ الطَّيِّبَاتِ وَيُحَرِّمُ عَلَيْهِمُ الْخَبَائِثَ وَيَضَعُ عَنْهُمْ إِصْرَهُمْ وَالْأَغْلَالَ الَّتِي كَانَتْ عَلَيْهِمْ ۚ فَالَّذِينَ آمَنُوا بِهِ وَعَزَّرُوهُ وَنَصَرُوهُ وَاتَّبَعُوا النُّورَ الَّذِي أُنْزِلَ مَعَهُ ۙ أُولَٰئِكَ هُمُ الْمُفْلِحُونَ
«Aquellos que sigan al Mensajero, el profeta iletrado al que encuentran descrito en la Torá y el Evangelio que tienen con ellos, el cual les ordena lo que está bien y les prohíbe lo que está mal y hace lícitas para ellos las cosas buenas e ilícitas para ellos las cosas malas y que les libera de las cargas que les abrumaban y de las cadenas que les oprimían. Así pues, quienes crean en él, le honren y le auxilien y sigan la luz que se hizo descender con él, serán los triunfadores». (Corán 7:157)
Si los musulmanes obedeciésemos estos mandamientos divinos, se resolverían todos los problemas que afectan a la umma. Es por ello, que a continuación presentamos una lista de cien rasgos de comportamiento del Profeta Muhammad (PB) que cultivan el bien propio o común, extraídos de los libros «Muntahā l-Āmāl» y «Makārim al-Ajlāq» de los sabios chiíes sheij 'Abbas Qummi y Radi al-Din, respectivamente.
100 Cualidades del Profeta Muhammad (PB)
1. Cuando caminaba, lo hacía con calma y dignidad.
2. Era amable y bondadoso con toda la gente.
3. Reflexionaba todo el tiempo.
4. Saludaba a toda persona que veía y nadie lo adelantaba en el saludo.
5. Cuando le daba la mano a alguien, no la soltaba hasta que la otra persona lo hacía.
6. Cuando se reunía con alguien lo trataba tan bien, que todos pensaban que era la persona más querida por el Profeta (PB).
7. Nunca miraba a nadie con ínfulas de superioridad.
8. Jamás clavaba su mirada en la de los demás.
9. Cuando señalaba algo para alguien, lo hacía con la mano, no gesticulando con los ojos y las cejas.
10. Guardaba silencio durante mucho tiempo y no pronunciaba palabra mientras no lo necesitase.
11. Cuando conversaba, escuchaba atentamente a su interlocutor.
12. Cuando estaba hablando con alguien se sentaba frente a él y en ningún momento se volvía hacia otra dirección.
13. Cuando se sentaba a conversar con alguien no se levantaba de allí mientras su interlocutor no lo hiciese.
14. No se sentaba en ningún lugar ni se levantaba de allí sin recordar a Dios.
15. Al ingresar a una casa, se sentaba cerca de la puerta de entrada no más allá de allí.
16. No ocupaba un lugar especial o de honor en las reuniones, y si alguien se lo sugería no lo aceptaba.
17. Nunca se reclinaba en sitio alguno en presencia de otras personas.
18. Siempre que le era posible se sentaba frente a la alquibla.
19. Si en su presencia ocurría algo desagradable, lo ignoraba.
20. Si alguien cometía una falta, no lo mencionaba ni la daba a conocer.
21. Cuando hacía uso de la palabra, no aprovechaba para reprimir a quien hubiese cometido un desliz o error.
22. Nunca discutía con nadie.
23. Cuando alguien estaba hablando no lo interrumpía, salvo por la trivialidad de sus palabras.
24. Cuando respondía a una cuestión, repetía varias veces la respuesta para que no quedase ninguna duda entre los presentes.
25. Cuando escuchaba palabras inapropiadas de alguien, no hablaba del asunto mencionando su nombre, sino de forma indirecta y general.
26. Se detenía y sentaba a hablar y comer con los pobres.
27. Aceptaba las invitaciones de los sirvientes y esclavos.
28. Aceptaba los regalos incluso si se tratase apenas de un sorbo de leche.
29. Promovía la unión familiar más que cualquier otra persona.
30. Siempre fue amable con sus familiares sin preferirlos al resto de la gente.
31. Elogiaba las buenas obras y exhortaba a los demás a realizarlas; reprobaba las malas acciones y las prohibía.
32. Solía explicar lo que era bueno y beneficioso tanto para la religión como para la gente, y reiteraba una y otra vez que los presentes transmitiesen sus palabras y enseñanzas a los ausentes.
33. Si alguien se excusaba ante él, aceptaba sus excusas.
34. Nunca despreció a nadie.
35. Jamás utilizó apodos para referirse a los demás, ni insultaba a nadie.
36. Nunca maldijo a ninguno de quienes lo rodeaban, incluyendo a sus familiares.
37. Nunca andaba en busca de los defectos y faltas de la gente.
38. Recelaba de algunas personas, pero no las evitaba y era amable con todos.
39. No denigraba a nadie y tampoco solía elogiar.
40. Era paciente con la falta de respeto de algunas personas, y respondía el mal con bien.
41. Visitaba a los enfermos por más lejos que viviesen, incluso a aquellos que habitasen en el lugar más remoto de Medina.
42. Visitaba a sus compañeros y les preguntaba siempre por su salud y condición.
43. Llamaba a sus compañeros con las mejores palabras y apelativos.
44. Consultaba los asuntos con sus compañeros e instaba a los demás a hacer lo mismo.
45. Se sentaba en círculo con sus compañeros, de tal manera que si un extraño se acercaba, no podía reconocer cuál de ellos era el Profeta.
46. Promovía y establecía la amistad entre sus compañeros.
47. Cuando hacía un pacto no había quien lo superase en lealtad.
48. Siempre que daba algo a los pobres, lo hacía personalmente, sin utilizar intermediarios.
49. Si estaba haciendo la oración y alguien se le acercaba, acortaba su oración.
50. Si mientras realizaba la oración, un niño empezaba a llorar, acortaba su oración.
51. Las personas más queridas para él eran aquellas cuya munificencia favorecía mucho más a la gente.
52. Cuando era visitado, preguntaba por las necesidades de aquellos que no tenían la posibilidad de hacerlo; y ningún menesteroso retornaba a su casa arrepentido de haberlo visitado.
53. Siempre que alguien le pedía ayuda por una necesidad, si le era posible se la satisfacía, de lo contrario lo conformaba y consolaba con sus maneras afables y palabras sinceras.
54. Nunca rechazó la petición de alguien, a menos que se tratase de algo ilícito o un pecado.
55. Respetaba mucho a los ancianos y era muy amable con los niños.
56. Era también muy respetuoso con los forasteros.
57. Conquistaba y fascinaba a las personas malvadas, tratándolas bondadosamente.
58. Siempre sonreía a pesar de que temía mucho a Dios.
59. Cuando estaba feliz, cerraba los ojos y no daba a conocer su alegría.
60. Su risa en realidad era una sonrisa y jamás se carcajeaba.
61. No decía mentiras ni palabras vanas ni siquiera cuando bromeaba.
62. Cambiaba el mal nombre por el buen nombre.
63. Su paciencia siempre superaba cualquier conato de ira en él.
64. No se molestaba si ocurría una pérdida material.
65. Cuando era necesario se enojaba por la causa de Dios, y cambiaba tanto su temperamento que era difícil reconocerlo.
66. Nunca tomó venganza de nadie, salvo cuando se transgrediesen los límites de la verdad.
67. No había defecto que el Profeta detestase más que la mentira.
68. Se sintiese complacido o no, a parte del recuerdo de Dios no pronunciaba palabra.
69. Nunca acumuló dinero.
70. No tenía más comida ni ropa que los sirvientes.
71. Se sentaba en el suelo y también comía sobre un mantel tendido en el suelo.
72. Dormía en el suelo.
73. Él mismo remendaba su calzado y su ropa.
74. Él mismo ordeñaba su camella y se ocupaba de ella.
75. Subía a cualquier animal de monta para transportarse, sin perder el tiempo en buscar el mejor.
76. Adondequiera que iba, usaba la capa que vestía como alfombra para sentarse.
77. La mayoría de su ropa era blanca.
78. Cuando adquiría una prenda de vestir nueva, daba la que ya no usaba a los necesitados.
79. Usaba su mejor ropa el día viernes.
80. Cuando se vestía o calzaba, siempre comenzaba por el lado o pie derecho.
81. Siempre estaba peinado, y no le gustaban los desaliños.
82. Su mayor gasto era para la compra de perfumes, por lo que siempre olía muy bien.
83. Siempre andaba con la ablución y se cepillaba los dientes mientras la hacía.
84. La luz de sus ojos era la oración y encontraba paz y consuelo en ella.
85. Ayunaba los días trece, catorce y quince de cada mes.
86. Nunca rechazó una bendición.
87. Consideraba inmensa incluso las aparentemente pequeñas bendiciones de Dios.
88. Nunca elogió una buena comida ni expresó juicios desfavorables sobre una mala comida.
89. Comía todo lo que le ofrecían.
90. Cuando comía tomaba solo lo que estaba frente a él.
91. En las comidas, era el primero en llegar y el último en retirarse.
92. No comía sin tener hambre y dejaba de comer antes de saciarse.
93. En su estómago nunca hubo dos alimentos diferentes.
94. Nunca eructaba luego de comer.
95. Trataba de comer siempre en compañía de otras personas.
96. Después de comer, lavaba sus manos y se las pasaba por el rostro pidiendo la bendición de Dios.
97. Para saciar su sed, tomaba tres sorbos de agua; antes de cada sorbo decía «¡En el nombre de Dios!», y al final «¡Alabado sea Dios!»
98. Era más casto que las mujeres castas.
99. Cuando quería entrar a su casa, pedía permiso tres veces.
100. Cuando estaba en casa dividía su tiempo en tres partes: una para Dios, una para su familia y otra para sí mismo que también compartía con la gente.
40 Hadices del Profeta Muhammad (PB)
قَالَ رَسولُ الله (ص):
Dijo el Mensajero de Dios (P):
1. مَن حَملَ مِن اُمّتي أرْبَعينَ حَديثا بَعثَهُ اللّه يَومَ القيامَةِ فَقيها عالِما.
Quien de entre mi comunidad memorice cuarenta hadices, será resucitado por Dios en el Día del Juicio como un sabio y docto en la ley.
(Kanz al-ʿUmmāl, hadiz 28818)
2. مَثَلُ أَهْلِ بَيْتي في اُمَّتي مَثَلُ سَفِينَةِ نُوح مَنْ رَكِبَها نَجا وَ مَنْ رَغِبَ عَنْها هَلَك.
El ejemplo de la Gente de mi Casa en mi comunidad es como el del arca de Noé (P): quien se embarca en ella se salva, y quien la rechaza es aniquilado.
(Bihār al-Anwār, t. 27, pág. 113)
3. ثَلَاثٌ مَنْ كُنَّ فِيهِ فَهُوَ مُنَافِق: إِذَا حَدَّثَ كَذَبَ وَ إِذَا وَعَدَ أَخْلَفَ وَ إِذَا اؤْتُمِنَ خَان.
Las señales del hipócrita son tres: Cuando habla miente, cuando promete no cumple, y traiciona la confianza que se deposita en él.
(Tuhaf al-'uqūl, pág. 316)
4. اَيُّهَا النّاسُ اِنَّهُ لا نَبِيَّ بَعْدى وَ لا أُمَةَ بَعْدَكُمْ اَلا فَاعْبُدوُوا رَبَّكُمْ وَصَلُّوا خَمْسَكُمْ وَ صُومُوا شَهْرَكُمْ وَ حُجُّوا بَيْتَ رَبِّكُمْ وَ اَدُّوا زَكاةَ اَمْوالِكُمْ طيبَةً بِها اَنْفُسُكُمْ وَ اَطيعُوا وُلاةً اَمْرِكُمْ تَدْخُلُوا جَنَّةَ رَبِّكُمْ.
Dijo el Mensajero de Dios (PB): ¡Oh gente! Por cierto que no habrá Profeta después de mí, ni habrá comunidad después de la vuestra, así pues, estad atentos y adorad a vuestro Señor, rezad vuestras cinco oraciones, ayunad en el mes [de ramadán], peregrinad hacia la Casa de vuestro Señor, dad el azaque de vuestros bienes a fin de purificar vuestra alma, y obedeced a los dotados de autoridad entre vosotros; de esa manera ingresaréis al Paraíso de vuestro Señor.
(Al-Jisāl, pág. 322)
5. لَا يَنَالُ شَفَاعَتِي مَنْ أَخَّرَ الصَّلَاةَ بَعْدَ وَقْتِهَا.
La persona que retrasa su oración no alcanzará mi intercesión [en el Día del Juicio].
(Al-Mahāsin, pág. 80)
6. أمّا ابنَتي فاطمةُ فإنّها سيّدةُ نِساءِ العالَمينَ مِن الأوّلِينَ و الآخِرِينَ.
En cuanto a mi hija Fátima, ciertamente ella es la señora de las mujeres de los mundos, tanto de las primeras como de las últimas.
(Āmālī Sadūq, pág. 175)
7. أبغَضُ الحَلَالِ اِليَ اللهِ الطَّلاقُ.
De entre lo que es lícito, lo más odiado ante Dios es el divorcio.
(Nahŷ al-fasāha, pág. 157, hadiz 16)
8. أنا مدينةُ العلمِ و عليٌّ بابُها ، فمَن أرادَ العلمَ فلْيَأتِ البابَ.
Yo soy la ciudad del conocimiento y 'Ali es su puerta, entonces, quien desee conocimiento que entre por dicha puerta.
(Kanz al-ʿUmmāl, hadiz 32890)
9. خَيْرُ الْأَصْحَابِ مَنْ قَلَّ شِقَاقُهُ وَ كَثُرَ وِفَاقُه.
El mejor de los compañeros es aquel con quien se tiene menos incompatibilidad y más compatibilidad.
(Tanbīh al-Jawātir, t. 2, pág. 123)
10. إنّ عِدّةَ الخُلَفاءِ بَعدي عِدَّةُ نُقَباءِ موسى.
Por cierto que el número de mis sucesores después de mí es [12], el mismo que el de los jefes de las tribus de Moisés.
(Kanz al-ʿUmmāl, hadiz 14971)
11. یا ابن آدَم إذا أصبَحتَ مَعَافى في جَسَدِكَ آمنا في سَربكَ عِندَكَ قوتِ يَومِكَ فَعَلىَّ الدُّنيَا العَفاء.
Oh hijo de Adán, cuando tu cuerpo esté sano y tu mente tranquila, y tengas el sustento del día, entonces el mundo se te habrá hecho fácil.
(Nahŷ al-fasāha, pág. 159, hadiz 23)
12. إنّي قَد تَرَكْتُ فِيكُمُ الثّقلَيْنِ، ما إنْ تَمَسَّكْتُمْ بِهما لَن تَضِلّوا بَعْدي، و أحَدُهُما أكْبَرُ مِنَ الآخَرِ: كِتابُ اللّه حَبْلٌ مَمْدودٌ مِنَ السَّماءِ إلَى الأرضِ، وعِتْرَتي أهلُ بَيْتي، ألاَ وإنَّهُما لَن يَفْتَرِقا حتّى يَرِدا علَيَّ الحَوضَ.
Dejo entre vosotros dos cosas preciosas que si os aferráis a ambas no os desviaréis después de mí, una de ellas es más grande que la otra: El Libro de Dios, el cual es un cordel que se extiende desde el cielo hacia la tierra, y mi descendencia, la Gente de mi Casa. Ciertamente que no se separarán uno del otro hasta que retornen a mí en la Fuente del Paraíso.
(Bihār al-Anwār, t. 23, pág. 106)
13. یا اِبن آدَم عِندك مَا يَكفيكَ و تَطلُب ما يَطغِيكَ ابن آدَم لَا بِقَليلٍ تقنع وَ لَا بِكَثيرٍ تشبَع.
Oh hijo de Adán, tienes a tu disposición lo que satisface tus necesidades, pero te pasas el día buscando lo que te lleva a la rebeldía y transgresión. Oh hijo de Adán, no te conformas con poco ni te sacias con mucho.
(Nahŷ al-fasāha, pág. 159, hadiz 24)
14. لَا طَاعَةَ لِمَنْ لَمْ يُطِعِ اللّه.
No se debe obedecer a quien no obedece a Dios.
(Kanz al-ʿUmmāl, hadiz 14872)
15. مَنْ رَدَّ عَنْ عِرْضِ أَخِيهِ الْمُسْلِمِ وَجَبَتْ لَهُ الْجَنَّةُ الْبَتَّة.
Quienquiera que preserve el honor de su hermano musulmán, sin duda entrará en el Paraíso.
(Thawāb al-Aʿmāl wa ʿIqāb al-Aʿmāl, pág. 145)
16. إنّ أئمّتَكُمْ قادَتُكمْ إلَى اللّه، فانْظُروا بِمَنْ تَقْتَدونَ في دِينِكُمْ وصَلاتِكُمْ.
Por cierto que vuestros Imames son vuestros guías hacia Dios, observad pues por quienes os hacéis guiar en vuestra fe y oración.
(Bihār al-Anwār, t. 23, pág. 30)
17. اِتّقِ دَعوَةَ المَظلومِ فَإنّما يَسأل اللَّه تَعالىَ حَقَّه وَ إنَّ اللَّهَ تَعالى لَا يَمنَعُ ذا حَقٍ حَقَّهُ.
Evita la súplica del oprimido porque él Le pide a Dios su derecho en oración y Dios no niega el derecho a los justos.
(Nahŷ al-fasāha, pág. 161, hadiz 35)
18. اَكْثَرُ ما يُدْخِلُ النّاسَ الْجَنَّةَ تَقْوَى اللهِ وَحُسْنُ الخُلْقِ.
Lo que más hará ingresar a la gente en el Paraíso es el temor a Dios y el buen carácter.
(Bihār al-Anwār, t. 71, pág. 373)
19. اِتّقُوا الحَجَرَ الـحَرامِ في البُنيانِ فَاِنّهُ اَساسُ الخرابِ.
Evita el uso de piedra harām (ilícita) en una construcción, pues ciertamente esa es la base de la destrucción.
(Nahŷ al-fasāha, pág. 162, hadiz 38)
20. يَقولُ اللّهُ عزّوجلّ: لَأَقْطَعَنَّ أملَ كُلِّ مُؤمنٍ أمَّلَ دُوني بالأياسِ.
Ha dicho Dios Todopoderoso y Majestuoso: «Troncharé la esperanza de todo creyente que al desesperar, espere de otro que no sea Yo».
(As-Sahīfah ar-Ridā, 276/20)
21. الْعِبَادَةُ سَبْعُونَ جُزْءً أَفْضَلُهَا جُزْءً طَلَبُ الْحَلَال.
La adoración tiene setenta partes y su parte más sublime y más grande es la adquisición de lo que es halāl (lícito).
(Mustadrak al-Wasāʾil, t. 13, pág. 12)
22. اتَّقُوا فِرَاسَةَ الْمُؤْمِنِ فَإِنَّهُ يَنْظُرُ بِنُورِ اللَّه.
Temed a la inteligencia del creyente, pues ciertamente él ve las cosas con la luz de Dios.
(Al-Kāfī, t. 1, pág. 218)
23. أَعْظَم النِّكاحِ بَرَكَةً أَيْسَرُهُ مَؤُونَةً.
El matrimonio de mayor bendición es el que ocasiona menos gastos.
(Kanz al-ʿUmmāl, hadiz 299)
24. مَثَلي و مَثَلُ عَليّ مَثَلُ شَجَرة، أنَا أصلُهَا وَعَليّ فَرعُها وَالحَسَنُ وَالحُسَينُ ثَمَرُهَا، والشّيعَةُ وَرَقُها، فَهَل خَرجَ مِنَ الطَيّبِ إلاّ الطَيّب؟
Oh 'Ali, nuestro ejemplo es como el de un árbol, [del que] yo soy las raíces y tú las ramas, Hasan y Husayn son los frutos y [nuestros] chiitas, las hojas. ¿Acaso [un árbol] puro no da [frutos] puros?
(Tārij Dameshq Ibn 'Asākir, t. 42, pág. 384)
25. مَنْ زَوَّجَ كَرِيمَتَهُ مِنْ فاسِق فَقَدْ قَطَعَ رَحِمَها.
Quien case a su hija con un corrupto, ciertamente ha cortado los vínculos de parentesco con ella.
(Al-Mahaŷŷat al-Baydā, t. 3, pág. 94)
26. اِتَّقوا دَعوَةَ المَظلومِ فَإنَّهَا تَصعَدُ اِلَي السَّمَاءِ كَأنَّهَا شَرَارَة.
Temed a la oración del oprimido, pues ciertamente [su ruego a Dios] se eleva hacia el cielo como una llama ardiente.
(Nahŷ al-fasāha, pág. 163, hadiz 47)
27. مَكْتُوبٌ في التَّوْراةِ: أَنَا اللهُ قاتِلُ الْقاتِلينَ وَ مُفَقِّرُ الزّانينَ.
Está escrito en la Torá: «Yo soy Dios, Aniquilador de los asesinos y Empobrecedor de los fornicadores».
(Al-Kāfī, t. 5, pág. 554)
28. لِكُلِّ شَيْءٍ زَكَاةٌ وَ زَكَاةُ الْأَبْدَانِ الصِّيَام.
Para cada cosa hay un azaque, y el azaque del cuerpo es el ayuno.
(Al-Kāfī, t. 4, pág. 62)
29. اِثنَانِ يَعجَلَهُمَا اللهُ فِي الدُّنيَا البَغيَ و عُقوقَ الوَالِدَينِ.
Dios apresura el castigo de dos cosas en este mundo: la opresión y la ingratitud para con los padres.
(Nahŷ al-fasāha, pág. 165, hadiz 58)
30. أجْرَؤُكم عَلى قَسْمِ الجَدِّ أجْرَؤُكم عَلى النّارِ.
Aquel de vosotros que jure de manera más seria, estará más cerca del Infierno.
(Nahŷ al-fasāha, pág. 166, hadiz 64)
31. أجْمِلُوا في طلبِ الدُّنيا فإن كلًّا مُيسَّرٌ لِمَا خُلِقَ له.
Sed moderados en la búsqueda de [las cosas de] este mundo [y evitad la codicia], porque —en verdad— cada quien recibe lo que es suyo.
(Shahāb al-Ajbār, pág. 320, hadiz 518)
32. هُوَ شَهْرٌ أَوَّلُهُ رَحْمَةٌ وَ أَوْسَطُهُ مَغْفِرَةٌ وَ آخِرُهُ الْإِجَابَةُ وَ الْعِتْقُ مِنَ النَّار.
Ramadán es un mes cuyo principio es la misericordia, cuyo medio es el perdón y cuyo final es la liberación del fuego del infierno.
(Al-Kāfī, t. 4, pág. 67)
33. أَحَبُّ الاَعمَالِ اِلي اللهِ الصَّلَاةُ لِوَقْتِهَا ثُمَّ بِرُّ الْوَالِدَيْنِ ثُمَّ الجِهَادُ في سَبِيلِ اللّه.
Las mejores obras ante Dios son las oraciones a tiempo, luego la bondad hacia los padres, y después la lucha en el camino de Dios.
(Nahŷ al-fasāha, pág. 167, hadiz 70)
34. أَحَبُّ الْعِبَادِ إِلَى اللَّهِ الْأَتْقِيَاءُ الْأَخْفِيَاء.
Los siervos más amados ante Dios son los piadosos anónimos.
(Tanbīh al-Jawātir, t. 2, pág. 123)
35. مَنْ سَلَكَ طَريقًا يَطْلُبُ فيهِ عِلْمًا سَلَكَ اللّهُ بِهِ طَريقًا إِلَى الْجَنَّةِ... وَ فَضْلُ الْعالِمِ عَلَى الْعابِدِ كَفَضْلِ الْقَمَرِ عَلى سائِرِ النُّجُوم لَيْلَةَ الْبَدْرِ.
A quien siga el camino de la búsqueda del conocimiento, Dios lo conducirá al camino del Paraíso… y la superioridad del sabio sobre una persona orante es como la superioridad de la luna en la decimocuarta noche [del mes lunar] sobre los demás cuerpos celestes.
(Āmālī Sadūq, pág. 116)
36. تَنَظَّفُوا بِكُلِّ مَا اسْتَطَعْتُمْ، فَاِنَّ اللهَ تَعالى بَنَى الاسْلامَ عَلَى النَّظافَةِ، وَ لَنْ يَدْخُلَ الْجَنَّةَ إلاّ كُلُّ نَظِيف.
Acicalaos de la forma en que podáis, ya que Dios —Exaltado sea— construyó el Islam sobre la base de la limpieza, y no ingresará al Paraíso sino todo aquel que fuese limpio.
(Kanz al-ʿUmmāl, hadiz 20062)
37. ايُّما رَجُل اشْتَرى طَعاماً فَكَبَسَهُ أَرْبَعينَ صَباحاً يُرِيدُ بِهِ غِلاءَ الْمُسْلِمينَ ثُمَّ باعَهُ فَتَصَدَّقَ بِثَمَنِهِ لَمْ يَكُنْ كَفّارةً لِما صَنَعَ.
Quienquiera que compre un producto alimenticio y lo almacene por cuarenta días procurando con ello su encarecimiento entre los musulmanes, y luego lo venda, aunque después diese como limosna todo su precio, no le serviría de expiación por lo que ha hecho.
(Bihār al-Anwār, t. 103, pág. 89)
38. مَنْ عَرَضَتْ لَهُ فَاحِشَةٌ أَوْ شَهْوَةٌ فاجْتَنَبَها مِنْ مَخافَةِ اللهِ عَزَّوَجَلَّ حَرَّمَ اللهُ عَلَيْهِ النّارَ وَ آمَنَهُ مِنَ الْفَزَعِ الاكْبَرِ.
Quien se ve expuesto ante un acto de corrupción o de placer mundano, y se abstiene de ello por temor a Dios, Imponente y Majestuoso, Dios hará que le sea vedado el fuego [del Infierno] y le salvaguardará del gran temor [del día de la Resurrección].
(Makārim al-Ajlāq, pág. 429)
39. مَنِ اسْتَوى يَوْماهُ فَهُوَ مَغْبُونٌ.
Quien tiene dos días iguales (sin haber progresado), en verdad que es un frustrado.
(Bihār al-Anwār, t. 71, pág. 173)
40. الْغَضَبُ يُفْسِدُ الايمانَ كَما يُفْسِدُ الْخَلُّ الْعَسَلَ.
La ira corrompe la fe así como el vinagre corrompe la miel.
(Al-Kāfī, t. 2, pág. 302)
La kunya es un elemento de la onomástica árabe que originalmente consiste en nombrar a alguien no por su nombre de pila ni por su apellido familiar, sino a través de las palabras Abu (padre) o Umm (madre) seguido del nombre del hijo o hija mayor.
La comunidad de creyentes del Islam, que comprende a todos aquellos que profesan la religión islámica, independientemente de su nacionalidad, origen, sexo o condición social.
En que ocurre el plenilunio.