El Islam y las Escuelas Económicas
Si esto es el Islam, ¿no somos todos musulmanes? GOETHE
En este conflictivo mundo de grupos dominantes ubicados en dos campos separados, el capitalista y el socialista, en el que ambas partes están armadas hasta los dientes con bombas atómicas y misiles balísticos, el hombre de hoy día está en apuros, gimiendo bajo el gran peso del materialismo y el ateísmo. Confundido entre ambos extremos, dicho hombre busca ansiosamente una panacea para sus infortunios. En realidad, vino una panacea para la tambaleante humanidad hace 14 siglos, que realmente realzó la estatura y condición del hombre. Pero desde que las fuerzas materiales ejercieron el dominio, su significado se ha vuelto confuso y oscuro.
El período siguiente a la guerra mundial ha testimoniado un revivir y renacimiento del Islam como fuerza mundial. Los países musulmanes no solamente han recobrado su independencia política y mejorado en general su posición económica, sino que también han recibido un gran impulso las actividades intelectuales de los musulmanes. Estos están haciendo verdaderos esfuerzos para que se sienta su presencia en todos los campos de la ciencia y la literatura. Entre los escritores sobresalientes que han brillado en este período está el eminente nombre del Ayatullah Muhammad Baqir As-Sadr, quien ha escrito algunos excelentes y magníficos libros que serán fuente de inspiración para las generaciones venideras.
Esta obra, “El Islam y las escuelas económicas”, es una traducción del inglés al castellano de “al-Madrasah al-Islamiyah”, correspondiente al prefacio de su trabajo árabe más aclamado y voluminoso “Iqtisaduna” (“Nuestra economía”), en la que se ocupa de la economía islámica sin ser influenciado en lo más mínimo por las escuelas y pensadores occidentales. “Nuestra economía” es una verdadera contribución a la literatura islámica y un servicio al mundo musulmán. El valor de éste, su principal libro, puede juzgarse por el hecho de que incluso su prefacio, es decir, “El Islam y las escuelas económicas”, es tan instructivo y magnífico que da respuesta a casi todas las cuestiones que pueden surgir respecto a la economía islámica.
Hay varias cuestiones cruciales en este contexto. La principal es si realmente existe algo parecido a la economía islámica. Relacionado con ello está la cuestión de si las enseñanzas de la economía islámica constituyen una escuela económica o una ciencia económica. Si constituyen una escuela, ¿qué otras escuelas económicas existen y en qué es la islámica superior a ellas?
El versado autor ha explicado completamente tanto el capitalismo como el socialismo. Discutiendo el capitalismo como escuela económica, se ha ocupado de todos sus aspectos y rasgos relevantes tales como las llamadas cuatro tendencias materialistas liberales de este sistema y sus dañinos efectos. Nos hace conocer el hecho de que detrás del atractivo rostro visible del capitalismo existe verdaderamente una repugnante realidad de monopolio, explotación y esfuerzo por mantener a los pueblos más débiles bajo la hegemonía de los grandes poderes, presentándose como una suerte de neocolonialismo. Frente a esto el autor también trata al socialismo o comunismo como una escuela económica y evalúa por completo sus méritos y contradicciones. Contrariamente a la preeminencia del individuo en el capitalismo, en el socialismo se le da prominencia al estado, dentro de cuyas fauces es triturado el individuo.
En el sistema de la dictadura del proletariado el individuo se transforma en un espectador mudo y silencioso, estremeciéndose bajo el constante temor de arrestos repentinos, inmerecidos encierros, juicios ilegales, castigos injustos y a veces incluso la ejecución por un pelotón de fusilamiento. En contraste con estas dos escuelas económicas donde los factores de producción y distribución están tan artificialmente tratados, el Islam como escuela económica brinda un sistema económico equilibrado, dando gran importancia al bienestar y libertad del ser humano. Nuestro estimado autor ha citado profusamente los versículos coránicos en apoyo de sus puntos de vista, impactando de esa manera más profundamente.
Los rasgos más delicados y notables del libro están en que el autor en vez de excusarse, ser tímido o vacilante frente al llamado erudito pensamiento occidental, se muestra altamente confiado, serenó y convencido al plantear sus ideas. Ha desacreditado con tanto éxito el mito de la superioridad de la filosofía y pensamiento occidental, que para un espíritu imparcial se vuelve claro como un cristal el camino propio del Islam como ideología y escuela económica.
EL EDITOR
Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832). Escritor y poeta alemán, autor del célebre drama Fausto, Los sufrimientos del joven Werther, etc. Fue el literato Johann Gottfried Herder (1744-1803) quien le abrió a Goethe ese mundo incomparable del Islam, de donde el lírico nacido en Frankfurt del Main recibió un nutritivo caudal místico. Para Herder, no era Mahoma (Muhammad —Bendición y Paz sean con él y su Descendencia—) el impostor que pretendían los “ilustrados” europeos, sino un hombre extraordinario y el representante de la religión natural. Inspirado hondamente en esta temática, Goethe publicó en 1773 su poema Mahoma, en el que incluye como personajes al Santo Profeta del Islam, a su yerno y sucesor Alí ibn Abi Talib, Y a su hija Fátima. Para la construcción de esta obra utilizó Goethe como fuentes el libro de Gagnier La vie de Mahomet (Amsterdam, 1732), y la tragedia de Voltaire (1694-1778) Mahoma o el fanatismo (París, 1741). Ya antes de esta realización, en junio de 1772, le escribe Goethe a Herder desde Wetzlar: “Siéntome tentado a pedirle a Dios como Moisés en el Corán... Señor, hazme espacio en mi menguado pecho.” Goethe no perdió nunca el interés por el Islam y los musulmanes. Prueba de ello es su extenso y polifacético Diván de occidente y oriente, en el cual reconoce y exalta la sabiduría coránica y a poetas musulmanes como Yalaluddín Rumí (Molaví), Hafiz, Firdusi y Saadi. Ver Johann W. Goethe, Obras Completas, tomos 1 y 3, Editorial Aguilar, Madrid, 1987. (Nota del Editor)