Ruego en el estado de reconocimiento (de faltas ante Dios) - (súplica número XII de Sahifa as-Sayyadiya)
Ruego en el estado de reconocimiento (de faltas ante Dios)- (súplica número XII de Sahifa as-Sayyadiya)
1. ¡Oh, Dios! Tres cuestiones me impiden pedir ante Ti, mientras que una me impulsa a hacerlo.
3. Me impulsa a pedirte, el favor que Tú tienes para con quien se dirige hacia Ti y va hacia Ti pensando en Ti con buena intención (creyendo firmemente que Tú no rechazas a nadie). Porque todas Tus bondades proceden de Tu favor y todas Tus mercedes no necesitan requisitos previos para ser otorgadas.
4. Luego, ¡oh, Dios mío! me encuentro detenido ante la Puerta de Tu majestad como un entregado humillado y Te pido con extrema vergüenza, como una persona pobre que tiene una gran familia que mantener.
5. No reconozco Tu beneficencia a no ser que me aparte de la desobediencia hacia Ti, y de ese modo y en todos los estados disfrutaré y aprovecharé de Tus gracias.
6. Oh Dios mío ¿acaso me beneficiará y me salvará ante Ti mi reconocimiento de todas las malas acciones que he cometido?, ¿o me hará merecedor de Tu cólera? Y acaso ¿me acompañará Tu ira cuando yo te invoco?
7. ¡Glorificado seas Tú!, ¡oh, Dios! Yo no desespero ante Ti ya que has abierto para mí la puerta del arrepentimiento hacia Ti. Por el contrario, hablo y me expreso como un siervo humilde, que ha tratado injustamente a su propia alma, que ha sido negligente en cuanto a la veneración hacia su Señor.
8. Cuyos pecados son inmensos y van en aumento, cuya vida ha pasado y ha llegado a su fin, al punto tal que cuando mira ve que el tiempo de la obra ha concluido y que la duración de la existencia ha finalizado. Así, llega a tener certeza de que no hay refugio alguno para él excepto Tú y que tampoco existe ningún escape de Ti para él. Luego, se dirige hacia Ti con intención de arrepentirse sinceramente. Entonces con un corazón puro y limpio, se levanta ante Ti y te invoca con voz triste, suave y baja.
9. Con humildad, inclinando y bajando su cabeza ante Ti, temeroso, trémulo y empapando sus lágrimas las mejillas. Y Te invoca: ¡Oh, el más Misericordioso entre todos los seres! ¡Oh, el más Compasivo entre los buscados por los buscadores de misericordia! ¡Oh, el más Amable entorno a Quien giran los que piden el perdón! ¡Oh, Aquel Cuya dispensa es mayor que Su venganza! ¡Oh, Aquel Cuya complacencia es superior a Su cólera!
10. ¡Oh, Quien agracia a Su creación pasando por alto sus faltas de una manera bella! ¡Oh, Quien ha acostumbrado a Sus siervos a la aceptación del arrepentimiento! ¡Oh, Quien ha corregido a los corruptos a través del arrepentimiento ¡Oh, Quien se complace con las pocas obras buenas que ellos realizan! ¡Oh, Quien retribuye lo poco que ellos tienen por lo mucho! ¡Oh, Quien garantiza para ellos la respuesta a sus súplicas! ¡Oh, Quien de acuerdo con la tradición de Su favor, les ha prometido de Su parte la buena recompensa!
11. No soy el más pecador de los que Te han desobedecido y que Tú hayas perdonado, ni soy el más criticable de los censurables que se hayan orientado hacia Ti con una excusa que Tú hayas aceptado; tampoco soy el peor de quienes hayan obrado injustamente y luego se arrepintieron hacia Ti recibiendo un buen trato de Tu parte.
12. ¡Oh, Dios! Retorno hacia Ti en este estado, con el arrepentimiento de alguien que desea sinceramente arrepentirse de lo que ha cometido antes, que está inquieto por lo que tiene a su alrededor, que está completamente avergonzado por aquello en lo que cayó.
13. Que sabe que la dispensa de un pecado grande para Ti no es algo grande, que pasar por alto una falta tremenda no es algo difícil para Ti y que soportar los crímenes absolutamente inmorales no es algo abrumador para Ti; y sabe también que el más apreciable entre Tus siervos es aquel que abandona el orgullo ante Ti, que evita reincidir en los pecados y sigue pidiendo perdón.
14. Y yo manifiesto ante Ti ser inocente de ser arrogante en la rebeldía y el orgullo en contra Tuya; me refugio en Ti de reincidir en los pecados y Te pido perdón por la negligencia respecto de aquello que debía hacer y cumplir, pidiéndote ayuda para aquello en lo cual soy débil e impotente.
15. ¡Oh, Dios! Bendice a Muhammad y a su familia, y bríndame el derecho que tienes para mí, librándome de aquello de lo cual soy merecedor y protegiéndome de aquello a lo que los malvados temen. Porque ciertamente Tú eres poderoso para dispensar y perdonar, eres la esperanza para el perdón y eres conocido por pasar por alto las faltas de Tus siervos. No hay lugar para mí necesidad excepto Tú y no existe ningún otro que perdone mis pecados. Es imposible que Tú no seas así.
16. Yo no tengo miedo de mí mismo excepto por Ti. Pues eres «digno de ser temido y eres digno de perdonar».[i] Bendice a Muhammad y a su familia, y cubre mi necesidad, concédeme mi deseo, perdona mi pecado y tranquiliza mi corazón del temor brindándome la seguridad. Porque Tú eres poderosísimo sobre todas las cosas, y esto que te pido es algo fácil para Ti. ¡Amén, oh, Señor del universo!
الدعاء الثاني عشر من صحیفه السجادیة: وكان من دعائه (عليه السلام) في الاعتراف وطلب التوبة إلى الله تعالى
[i] Corán; El envuelto en un manto: 56