Fátima Az-Zahra (P); el paradigma latente de mujer, hija, madre y esposa

Sdenka Saavedra Alfaro[1]

Antes del advenimiento del Profeta Muhammad (PB); es decir en la edad de la ignorancia[2], existían muchas costumbres y tradiciones que los árabes paganos de esa época estaban acostumbrados a realizar, entre ellas la adoración a varios dioses; así como a los genios, o a los animales, también dentro de estas  se encuentra el odio que tenían éstos[3] a procrear hijas mujeres, pues creían que tener una “hija” los humillaba socialmente y a este efecto cometían, lo que en la actualidad denominamos “Infanticidio Femenino”[4], al enterrarlas vivas.

Por otro lado, cuando uno de ellos se enteraba que había procreado una hija “mujer” se enfurecía y afligía muchísimo, hasta el punto de rehuir de la gente, al saber que su hija era una señal de vergüenza, y como costumbre hereditaria tenía dos obciones: enterrar viva a la pobre niña o retenerla como un objeto de sufrimiento y desprecio[5], incluso existía un dicho muy popular entre ellos, el cual decía: “Enterrar a una niña es una virtud”.

Este tema particular sobre el desprecio hacia la mujer, se lo ha podido comprobar a lo largo de la historia; ya que éstas fueron despreciadas, discriminadas, relegadas al último nivel al ser tratadas como objetos sexuales, como lo confirmamos en el texto: “Terrorismo contra la Mujer. Violencia y Feminicidio. Percepciones desde la Sociedad Islámica”[6].

Sobre la práctica del enterramiento a las hijas vivas, tenemos como fuentes las propias confesiones de conversos que hicieron al Profeta (PB), entre ellos, Ghais-Ibn-Asim, un jefe de la tribu de los Bani Tamim[7], que se confesó al Profeta diciendo:

“En el pasado nuestros padres practicaban el infanticidio femenino. Yo también, tuve doce hijas mujeres y a todas ellas las enterré vivas, una tras otra. Mi esposa dio a luz a mi decimotercera hija en secreto, esta también resultó ser una niña, por lo que mi esposa la entregó a su propia familia para que la retenga y cuide. Luego de unos años me enteré de su existencia, la rapté y la enterré viva, mientras ella me suplicaba que tuviera piedad y que no la enterrara”.[8]

Con la llegada del Profeta Muhammad (PB),[9]el islam prohibió estrictamente el infanticidio femenino y lo declaró como un pecado ilícito espantoso[10], además por otro lado, no sólo se abolieron y terminaron estas tradiciones y costumbres crueles y nefastas en contra del ser más noble que es la mujer; sino que el Profeta (PB) estableció una sociedad que reconocía sobre todo los derechos y la alta posición de la mujer y su importancia en la religión de Dios, y esto lo consiguió a través del nacimiento de su hija Fátima Az-Zahra (P), a la cual el Mensajero de Dios (PB), puso en el más alto rango y la más honorable posición en el Islam, para ser el mejor ejemplo de todas las mujeres de su nación, no sólo en castidad, ni abstinencia; sino cumpliendo con el rol, de reformadora de su Ummah[11] (nación), es decir que esta gran señora logró a través de su ejemplo de vida, la liberación de la mujer, la cual fue una gran revolución; pues como dijimos ellas estaban privadas de todos sus derechos naturales.

Esta incomparable mujer por sus cualidades revolucionarias de lucha y sacrificio, al ayudar desde el principio de la misión islámica a su padre, nació en la Meca (Cinco años antes de la profecía de su padre y tres años antes de la ascensión a los cielos, el veinte de Jumada al-Aakhirah[12], el viernes[13]) en la casa de su madre Jadiya (P).[14]Y fue educada por su padre, de acuerdo a la Shari´ah (ley islámica), con los más altos valores morales y nobleza de carácter y con una fe sincera en Dios.

Es por eso que la mejor de las mujeres se caracterizó por sus cualidades y nobles características, siendo que alcanzó el más alto nivel en virtudes y perfección; pues ella era un ejemplo de las virtudes morales y mentales de su padre. Su ascetismo y el darle la espalda a los deseos y placeres mundanales de este mundo fue uno de los principales atributos en la vida de esta gran revolucionaria de su época; ya que ella se satisfacía con una vida simple:

“Los historiadores dicen que su comida no era más que agua y pan y los muebles en su casa eran una cama hecha de ramas de hojas de palma y una piel de oveja, algunas almohadas rellenas con fibra de palma y algunas cerámicas. Nunca se ha dicho que ella pidiera a su esposo que la trajera algo de los placeres de este mundo porque ella se satisfacía con la vida que vivía el más pobre”.[15]

Por otro lado, debemos recordar que cuando el Profeta (PB) partió hacia un mejor mundo, Fátima (P), sufrió una severa angustia e infortunio, pues recibió la aversión y crueldad por parte de algunos compañeros de su padre, quienes le negaron su posición e importancia que Él le daba.

Además existe un hecho muy importante, que es necesario resaltar, su postura hacia el gobierno de Abu Bakr y su resistencia frente a él; ya que fruto del mismo fue lo que originó la fundación de la escuela Ahlul Bait (P) que representa el verdadero islam con su profunda legislación y extraordinario gobierno, que los infalibles Imames de Ahlul Bait (P) diseminaron[16].

“El histórico sermón que Fátima (P) pronunció en el patio de la mezquita de su padre, puso todo en su lugar. En aquel discurso declaró el gran daño y crisis que afectaría a la nación, debido a que habían arrebatado el califato de las manos de la descendencia del Profeta (PB), quienes eran la casa de la revelación, el centro del conocimiento y el pilar del honor del islam”.

Con este hecho podemos comprobar que esta inmaculada señora, con la voluntad de su esposo, el Imam Alí (P), fortaleció su situación negando el gobierno de Abu Bakr, protegiendo por sobre todo a la familia de la casa del Profeta (P).

La vida de esta gran noble y digna mujer, madre de la descendencia del Profeta (PB), reconocida por sus más grandes cualidades y particularidades, por su infabilidad, quien también fue un ejemplo ideal en la fe, adoración, castidad, pureza, caridad y bondad hacia los pobres y menos privilegiados; debe ser para nosotros un paradigma a seguir, porque debemos rescatar sus puras cualidades como ser humano, privándose de lujos y demás comodidades de este mundo.

Pues ella no utilizaba joyas, ni vestidos costosos, ni autos de lujo, ni otras prendas de última moda, haciendo alegoría a lo que en la actualidad muchas mujeres están acostumbradas a comprar y a utilizar, siendo el oro su joya favorita, de grandes y pequeñas.

Además Fátima (P) fue el más grande ejemplo de castidad, honor y pudor para todas las mujeres, ya que ella se mantenía en su casa, en el cuidado y enseñanza de sus hijos, realizando y manteniendo limpia su casa, y no dejándose ver por otros hombres, respetando el hiyab por sobre todo, tanto en la parte interna, como externa.

Su entrega hacia los más necesitados debe llevarnos a la reflexión; pues muchas veces no olvidamos nuestro egoísmo y no pensamos en los demás, recordemos que esta distinguida mujer, molía el trigo y la cebada para sus vecinos pobres que no podían hacerlo, ella llevaba el agua a los débiles que no podían obtenerla.

También debemos reconocer su inigualable fe, su adoración y su devoción, porque la mayor parte de sus días y noches los ocupaba para adorar a Dios. Ella se entregó a Dios y puso en sus manos todos sus asuntos, quedando claro en sus diferentes súplicas (dúas).

Esta incomparable mujer revolucionaria y mártir, ejemplo de lucha en contra los oprimidos, los pobres y los más necesitados, vivió muy poco tiempo después de la muerte de su padre, rodeada por la angustia y el sufrimiento, luego, se reunió con Él en un mejor mundo, mientras aún era una adolescente.

Pero dejó en nosotros su ejemplo de vida y lucha en este mundo, y supo enarbolar el hecho de ser mujer, pues nos mostró también cómo debe actuar y comportarse una verdadera mujer musulmana, transmitiéndonos su sabiduría y su conocimiento, legándonos de los derechos que goza una mujer en el islam.

“Dios dotó a Fátima (P) con el conocimiento y la elocuencia. Ella heredó la sabiduría de su padre y las máximas que fueron las minas de la habilidad y elocuencia. Por esto ella fue la mujer más elocuente del islam”.[17]

Ella es la luz que alumbra a la gran familia del islam, y a todas las mujeres, ella es la gran madre de todas, ella es el ejemplo por ser la más grande mujer en la historia del islam, ella es  Fátima Az-Zahra (P), la hija del Profeta (PB), una parte de él (P), la confiable de su nación, a quién más la amo y la alimento con su talento, genio y mentalidad.

“Oh Dios, aparta de mí, el engaño, la hipocresía, la mezquindad, la opresión, la envidia, la duda, la debilidad, la enfermedad, la traición, el engaño, la astucia, la calamidad y la corrupción de mi oído y de mi vista, y guíame hacia aquello que te complace, Oh el más misericordioso de los Misericordiosos”, Fátima Zahra (P).

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www.islamoriente.com, Fundación Cultural Oriente


[1] Escritora, Periodista, Profesora e Investigadora Boliviana, miembro de la Asociación de Investigadores en Comunicación y Educación para el Desarrollo (AICED) La Paz-Bolivia.

[2]Arabia Preislámica. Desde el siglo III a.C la historia árabe se hace más tangible con el surgimiento del Reino Himyarita y la aparición de los Qahtanis en el Levante y la gradual asimilación de los Nabateos por los Qahtanis en los primeros siglos después de Cristo. Philip Khuri Hitti, “History of the Arabs”; 2002.

[3] Árabes paganos.

[4] El infanticidio femenino es la muerte dada a una niña; ya sea recién nacida o en el transcurso de los primeros años, generalmente de los cinco primeros años. Mancilla Campos Beatriz, “El Feticidio e Infanticidio Femeninos” Universidad Complutense de Madrid; 27/03/2013.

[5] El Sagrado Corán dice: “Cuando se le anuncia a uno de ellos el nacimiento de una niña su rostro se ensombrece y se llena de ira”, (Corán 16:58).

[6] SAAVEDRA Alfaro Sdenka, “Terrorismo Contra la Mujer. Violencia y Feminicidio. Percepciones desde la Sociedad Islámica”; Ed.Elhame Shargh, La Paz-Bolivia, 2013.

[7] Banu Tamim o Bani Tamim, principales de tribus de Arabia. Hoy en día los descendientes de la tribu viven en la Península Arábiga y los países vecinos como: Arabia Saudita, Kuwait, Irak, Jordania, Siria, Egipto, India, Qatar, Omán, Emiratos Árabes Unidos, Líbano y Palestina.  Kister M, J; “La Meca y Tamim (aspectos de sus relaciones)”; revista de historia económica y social de las 8 de Oriente (2): 113-163; 1990.

[8] Tafsir-e-Neumoneh (Ejemplar) resumido, (Volumen 1, página 478-480, capítulo 4, Sura: “Las Mujeres”, versículo: 1).

[9] (La Meca, c. el 26 de abril de 569/570-Medina, 8 de junio de 632).

[10] El Oscurecimiento, 8 “Sura 81”, revelada en la Meca, “Cuando se pregunte a la niña enterrada viva”. Tema: “La edad de la ignorancia”. Tafsir-e-Neumoneh (ejemplar) resumido, (volumen: 1, página 478-480, capítulo: 4, Sura: “La Mujeres”, versículo: 1).

[11] Al-lamh Baqir Sharif Qurashi, “La vida de Fátima Zahra (P)”, Análisis histórico sobre la Inmaculada hija del Profeta del Islam (PB); Ed. Elhame Shargh, 2014.

[12] A´lam al-WARA, p.148, Jami al-Usul, Vol.12, P.9-10, Nisa´an-Nabiy wa Awladuh (esposas e hijos del Profeta (PB), P. 89.

[13] Al-Kawthar fee AhwalFátima, Vol.1, P.309.

[14] Jadiya (P), la esposa del Profeta Muhammad (PB), quien junto al Imam Alí (P), fueron los primeros en creer en el Mensajero de Dios (PB), y abrazar esta forma de vida, que es el islam.

[15] “La vida de Fátima Zahra (P)”; Al-lamh Baqir Sarif Qurashi, Ed. Elhame Shargh, 2014. Págs.9-15.

[16] Ídem (10), páginas: 15-20.

[17] Ídem (10).

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