Todo lo que el hombre se imagina, todo lo que percibe en realidad, sea cual fuere esta percepción, inteligible o sensible, en este mundo o en el más allá, todo eso constituye otras tantas cosas inseparables, indisociables de su yo esencial. Mejor dicho, lo que es para él objeto de percepción es algo que existe en sí mismo, y no en algo ajeno a él. Ya hemos tenido ocasión de decir que lo que es esencialmente objeto de la percepción visual,...