Génesis y trayectoria de la Revolución Islámica de Irán sobre los cimientos de la espiritualidad política desde la mirada de Michel Foucault

Roberto Chambi Calle[1]

Hacer el análisis sobre uno de los sucesos más importantes de la historia del siglo XX, es reconocer los aportes de otros tipos de sociedades en la formación del Estado pues cada una de las revoluciones en el mundo han sido determinantes para sí mismas; pues fueron las garantes de los derechos adquiridos y la vigencia de la norma jurídica como ordenamiento estatal, así por ejemplo la Revolución Norteamérica de 1776 había estructurado un nuevo tipo de estado, con sistemas políticos y jurídicos propios de aquellos migrantes Ingleses, por otro lado la Revolución Francesa de 1789 conseguía espetar la monarquía otorgando mayores derechos a los hombres en lo que respecta a la libertad, la igualdad y la fraternidad. La revolución Rusa de 1917 casi de la misma manera derrocaba a un régimen Monárquico devolviendo al pueblo su rol como actor y beneficiado; ya que las revoluciones tienen un fin, el de instaurar un nuevo poder, un nuevo paradigma para la administración y el establecimiento del nuevo estado.

Un hito de suma importancia fue lo sucedió en 1978-79 en Irán, aquel país que en su momento estaba gobernado por una monarquía absoluta, la misma que masacraba, oprimía y rifaba las empresas públicas del país Persa, ello obviamente con el consentimiento y la venia de la administración Norteamericana, Inglesa y Francesa. Aquella monarquía la de los Pahlavi, se había mantenido en el poder con argucias y falacias, cuyo fin sólo era el enriquecimiento de sus finanzas personales, pero ésta no llegó a calcular que aquellos hombres y mujeres iraníes no solo eran eso; sino también hombres y mujeres de práctica espiritual, hombres y mujeres que no solo el aspecto material les interesaba, sino por sobre todo el espiritual, aquello que más tarde les daría la victoria frente a la monarquía,  instaurándose un Estado Teocrático cuya regencia sería el libro sagrado de los musulmanes que es el Corán.

La Revolución Islámica de Irán fue un suceso histórico de suma importancia; pues el mundo estaba presenciando un movimiento rebelde con connotaciones fuera de serie, ya que cada revolución que se había dado hasta ese entonces era política, social económica; etc… a diferencia de la que se había llevado en Persia porque aparte de ser política era espiritual, liderada por hombres que creyeron que un estado sí podría estar bajo la sombra de Dios y de que las monarquías son las principales enemigas de los hombres que buscan la libertad y la paz espiritual.

Hombres y mujeres aunando esfuerzos, instauraron con la legitimidad del pueblo la República Islámica, siendo uno de los artífices más importantes el Ayatollah Jomeini, que soslayado y condenado al ostracismo por la monarquía Pahlavi aún mantenía viva las llamas de la espiritualidad y la libertad, el mismo que en los albores de la revolución había sido exiliado a Irak, Turquía y finalmente a Francia y que ni con su exilio forzado pudo silenciar este movimiento que no solo provenía de él; sino de las mismas fuentes del Islam Shiita, aquellas que siempre se han opuesto a la opresión, a la esclavitud, al vilipendio diciendo siempre no, esta cultura, la del nieto del Profeta Muhammad el Imam Hussein había sido una de las bases más importantes de aquella revolución. Fue muy importante también el apoyo y el rol de los intelectuales musulmanes, los mismos que en su posición ideológica común apoyaron y abogaron por el establecimiento de un estado teocrático, en esa línea los aportes del Sociólogo e intelectual Ali Shariati, fueron uno de los elementos importantes en la lucha por la conquista del poder.  

La monarquía reconociendo la capacidad intelectual revolucionaria de Shariati, siempre lo encarceló y lo torturó, muriendo sospechosamente en Inglaterra  en 1978 presuntamente por las órdenes del Sha Pahlavi, mediante sus aparatos represivos: la SAVAK[2]; pues su muerte no fue aclarada. Otro hombre importante fue el profesor Murtada Mutahari[3], aquel filósofo, intelectual, religioso y político, quien fue una pieza clave para la lucha revolucionaria, hombre formado íntegramente en la escuela clásica de religión y formación coránica, siendo uno de los principales colaboradores del Ayatolá Jomeini, el mismo que al igual que Shariati fue asesinado por las fuerzas represoras del régimen Pahlavi.

Estos acontecimientos sucedidos en esta parte de Medio Oriente fueron estudiados como fenómenos nuevos por muchos cientistas sociales de Occidente, entre los más connotados haremos referencia a Michel Foucault, habida cuenta de que este filósofo, psicólogo, político, humanista ha sido uno de los más importante del siglo XX y más aún cuando in situ hace su análisis sobre la Revolución Islámica y de cómo ésta ha logrado consolidarse desde sus inicios prístino religiosos.

Michel Foucault ha sido conocido ampliamente por sus estudios en torno al “poder” con una amplia producción intelectual filosófica; pero más allá de toda su obra intelectual, no deja de extrañar a muchos su posicionamiento con respecto al islam, los musulmanes, el shiismo; así como la revolución que se había gestado y corporeizado en un estado teocrático, aquel hombre connotado profesor en  muchas Universidades en Europa y EEUU, de pronto daba un viraje a su posición como filósofo e intelectual cuando visita Irán en 1979 para presenciar aquella revolución que tenía particularidades que estaban lejos de las revoluciones típicas, hasta esa época suscitadas en el mundo, cuestionando  el porqué de su triunfo para que finalmente pueda admirarla como un nuevo paradigma de administración del estado, sobre la base de la fe y la espiritualidad que sometiendo a la política era un instrumento para cumplir los principios de Dios.

Esta admiración que siente por la Revolución Islámica se puede entender como una legitimidad de verdaderos intelectuales, que reconocen la practicidad y la forma de vida que llevan los musulmanes; pues ese “estilo musulmán” como él lo ha denominado ha establecido un nuevo sistema político que no sólo es movido por dos dinámicas; 1ra aquella que se revela en contra de contracciones internas, por ejemplo la lucha de clases y 2da la Política; “la presencia de una vanguardia, clase, partido, o ideología política, una punta de lanza que arrasa consigo toda una nación”[4], aquí es claro cuando Foucault dice que estas dos dinámicas están ausentes de  esta revolución; así mismo se pregunta “¿Cómo se concibe un movimiento revolucionario sin lucha de clases, sin contradicciones sociales internas, donde tampoco es posible designar una vanguardia?” este cuestionamiento es precisamente lo que hace entender a Foucault que el proceso revolucionario obedece a una voluntad colectiva, la misma que tiene su fin en Dios, en este sentido podríamos argumentar que aquel movimiento liderado por el Imam Jomeini, no obedecía en su totalidad al partido Tudeh[5], ni a las organizaciones marxistas , tal cual siempre han afirmado los detractores de la revolución Islámica para  empañar la gesta islámica en 1978-79.

Foucault dice: “La voluntad colectiva es un mito político con el que los juristas o filósofos intentan analizar, o justificar, instituciones, etcétera; es un instrumento teórico: la “voluntad colectiva” no se puede ver, yo pensaba que era como Dios, como el alma, algo que nunca aparecía. No sé si estén de acuerdo conmigo, pero en Teherán (y en todo Irán) vimos la aparición de la voluntad colectiva de un pueblo. Entonces hay que aclamarla, algo así no sucede todos los días. Además (y aquí podemos hablar del sentido político de Khomeini), esta voluntad colectiva estaba dirigida hacia un objeto, hacia un sólo blanco, la salida del Sha. Esa voluntad colectiva, que en nuestras teorías es siempre general, se fijó un objetivo absolutamente claro y preciso en Irán; por eso irrumpió en la historia. Por supuesto que en las luchas de independencia, en las guerras anticoloniales, encontramos fenómenos del mismo género. En Irán el sentimiento nacional fue en extremo vigoroso: la negativa a someterse al extranjero, la repugnancia ante el pillaje de los recursos nacionales, el rechazo de una política externa dependiente, la injerencia norteamericana visible en todas partes, determinaron que al Sha se le considerara como un agente de Occidente. Pero el sentimiento nacional, en mi opinión, sólo fue uno de los elementos de un rechazo más radical aún: el que experimenta el pueblo, no sólo ante lo extranjero, sino ante todo lo que había constituido desde hacía muchos años, desde hacía siglos, su destino político[6]pero esa voluntad colectiva a la que hace referencia Foucault, no sólo reposa en el pueblo; sino en sus creencias más profundas y místicas, de no ser oprimidos, ni esclavizados y de que esa opresión y esa esclavitud en términos espirituales y místicos es sola y exclusivamente para Dios, siguiendo esa línea Foucault en su concepción de colectividad no hace el análisis de ese sentimiento, simplemente es apreciado desde sus herramientas científicas que obviamente son contundentes; pero no completas; pues ese pueblo no solo se ha movido por ese sentimiento contra el imperialismo, sino esta tiene su raigambre en el sentimiento y las tradiciones que los musulmanes shiitas que directamente están relacionadas con los sucesos en Karbala cuando se martirizó al nieto del profeta Muhammad, ese sentimiento, ese movimiento de aquel hombre también es uno de los elementos más importantes espiritualmente hablando para el movimiento y su  victoria en 1979.

Este aspecto es tan profundo que no sólo se tiene una cultura de Ashura[7], sino también se tiene el conocimiento místico divino de lo que el Profeta Muhammad ha legado a los musulmanes, en especial a los seguidores de su familia, la cual recae en doce líderes, doces Imames[8] mismos (exceptuando el doceavo), los que si analizamos la historia siempre han sido martirizados, oprimidos, soslayados por los regímenes absolutistas de la época como lo fueron los Omeyas y los Abasidas cuando manejaban el “Estado Islámico” de otrora. Ese sentimiento tiene otro tipo de connotación que no es estático; sino perenne en el tiempo el mismo que es una chispa siempre contra el sometimiento de los que creen en la regencia de Dios sobre la Tierra.

Se debe hacer notar también que muchos de los intérpretes del pensamiento Foucaultiano han desmerecido la admiración y el análisis de apoyo que hizo Foucault, ello sin duda es poco creíble; pues después de la muerte de éste muchos de sus seguidores mediante sus análisis han tratado de mostrar otro tipo de posicionamientos como por ejemplo, decir que los reportajes, manuscritos y trabajos que había realizado Foucault durante y después de su estadía en Irán no pueden ser considerados al mismo nivel que su producción de libros; así como su posición como intelectual y filósofo, como autor; ya que su apoyo y admiración a la República Islámica emergente sólo era temporal “por lo que no se podían considerar como  parte de su obra”, estas  apreciaciones nos parecen exageradas cuando en vida misma Foucault había demostrado su respeto y admiración por ese fenómeno revolucionario iniciado en 1978: “Que el islam no fue el opio del pueblo (…) fue el espíritu de un mundo sin espíritu”; pero irónicamente (quizás porque el análisis era apresurado; ya que él murió en 1984 y la revolución perdura aún) aquella admiración que trató de aprender  y que tanto lo fascinó[9], según su percepción iba a morir y que después de ello aparecerían los demás grupos de poder, las diferentes corrientes ideológicas y que la instauración de la revolución un día se apagaría; sin embargo es muy respetable  lo manifestado por Foucault, pues aún no llegó a su fin, porque la revolución, por ende la República Islámica y su sistema de gobierno paradigmático es pleno y vigente por más de 37 años; pues ese cambio radical en la existencia a la cual él hacía referencia, hoy tal cual como contradictoriamente lo vaticinó, está cimentada en todos los órganos del Estado Teocrático Islámico, la misma que está legitimada por el pueblo iraní, el mismo que como una muestra de su consentimiento (base de la soberanía estatal) afirma y reafirma con su voluntad política y por sobre todo espiritual, la regencia de Dios y la mística profética imamita de los musulmanes en la tierra.

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www.islamoriente.com, Fundación Cultural Oriente


[1] Cientista Jurídico y Analista en Relaciones Internacionales, Miembro del Comité para el Estudio y la Difusión del  Derecho en América Latina.

[2] Organización de Inteligencia y Seguridad Nacional por sus siglas en persa. La SAVAK era la organización y policía secreta que estaba bajo la autoridad del Sha para asesinar, torturar y hacer desaparecer físicamente a las personas, fue el órgano más represivo de ese entonces.

[3] “Este gran profesor y mártir que supo ligar sus cánones controversiales con su sabiduría mística con los temas netamente contemporáneos dejándonos su magnánima filosofía, es nada menos que el Ayatollah Murtada Mutahhari, quien pese a ser brutalmente martirizado (el 2 de mayo de 1979) a sólo tres meses del triunfo de la Revolución Islámica (ocurrida el 11 de febrero de 1979), continúa vivo por sus ideas y pensamientos que dejó en sus libros, que fueron y son expresión del más puro espíritu islámico, un espíritu abierto que busca la justicia y la libertad, y que procura entrar en los corazones por medio de la persuasión y la razón y no por la violencia.

Debemos recordar que cuando fue martirizado el Ayatollah Murtada Mutahhari, el Imam Jomeini (r.a) el gran líder de la Revolución Islámica dijo:

“En él he perdido a un querido hijo. Estoy de luto por la muerte de uno que era el fruto de mi vida”. Ver más: http://islamoriente.com/content/article/ayatollah-mutahhari-el-profesor-el-ide%C3%B3logo-y-el-fil%C3%B3sofo-sui-generis-del-mundo-del

[4] Publicada a modo de prefacio en el libro  Irán. La revolución en nombre de Dios, de Claire Brière y Pierre  Blanchet. Editorial Terra Nova, México, 1980. Ver más:  http://www.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/13-Foucault-entrevista.pdf

[5] Por sus siglas en persa es el Partido Comunista de Irán fundado por Mohsen Skandari en 1941, grupo político que también apoyo la Revolución Islámica en 1978-79

[6] Publicada a modo de prefacio en el libro  Irán. La revolución en nombre de Dios, de Claire Brière y Pierre  Blanchet. Editorial Terra Nova, México, 1980. Ver más:  http://www.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/13-Foucault-entrevista.pdf

[7] “Ashura (en lengua árabe diez) es el décimo día del mes de Muharram que es el primer mes del calendario islámico, y es un punto culminante en la historia del islam; pues tiene una importancia muy grande y fundamental debido a su décimo día que es el día de Ashura. Se trata de la triste conmemoración del martirio del Señor de los Mártires, Imam Hussein (P), pues en realidad su asesinato y los trágicos acontecimientos de Ashura consagraron aún más lo que es y simboliza este día; ya que el levantamiento que inició nunca morirá. Su valentía, y su heroísmo son un ejemplo para todas las generaciones y todos los tiempos. El Imam Hussein (P) junto a sus compañeros sabía que su victoria militar contra el opresor sería imposible; pero conseguirían una victoria moral y espiritual, la que continúa de pie, ya que esta gran tragedia sigue anidado en el corazón y la mente de todos los musulmanes”. Ver más: http://islamoriente.com/content/article/la-autoflagelaci%C3%B3n-es-una-tradici%C3%B3n-fabricada-y-anti-isl%C3%A1mica-en-el-luto-del-imam

[8] “Los Imames Infalibles (P) (أئمة الشيعة) son doce hombres de la familia del Profeta Muhammad (PBD) que de acuerdo con la Escuela Shiíta, son los sucesores del Profeta (PBD) y los tutores y líderes de la Comunidad Islámica después de él (PBD). El primer Imam, es el Imam Alí (P) y los otros Imames son los hijos y nietos del Imam Alí (P) y la señora Fátima (P).  Los Imames (P) son designados por Dios y tienen el conocimiento de lo divino, la infalibilidad y el privilegio de la intercesión ante Dios. Según la doctrina shiíta, los Imames (P) son los medios a través de los cuales la gente puede acercarse a Dios. Ellos (P) tienen el liderazgo político de la sociedad, así como su dirección científica. En el Sagrado Corán, sin mencionar los nombres de los Imames (P), se ha aludido al tema del Imamato en numerosas aleyas; tales como la aleya de Uli al-Amr, la aleya de Tathir, la aleya del Wilaya, la aleya de Ikmal, la aleya de Tablig y la aleya de Sadiqin”. Ver más: http://es.wikishia.net/view/Imames_Infalibles_%28P%29

[9] Publicada a modo de prefacio en el libro  Irán. La revolución en nombre de Dios, de Claire Brière y Pierre  Blanchet. Editorial Terra Nova, México, 1980. Ver más:  http://www.sociales.uba.ar/wp-content/uploads/13-Foucault-entrevista.pdf

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