La veneración de la bendita Virgen María

Por el Sheij Muzaffer Ozak

«Y los ángeles dijeron: ¡Oh María, Allah te ha escogido y purificado. Él te ha elegido entre todas las mujeres. ¡Oh María!, sé devota a tu Señor, prostérnate y reverencia con aquellos que reverencian en adoración». (Corán, 3:42-43)

Allah ofrece a la bendita María como un ejemplo para  todos aquellos que creen.

 «Y a María, hija de Imran, que preservó su virginidad, y a la que le insuflamos nuestro Espíritu Santo. Tuvo por auténticas las palabras de su Señor y fue de las devotas» (Corán, 66:12)

Los ángeles dijeron:

«¡Oh María, Allah te trae buenas nuevas de una Palabra que procede de Él. Su nombre debe ser el Mesías, Jesús, el hijo de María, que será reverenciado en este mundo y en la otra vida, y uno de los más cercanos a Allah!» (Corán, 3:45)

En un breve y humilde tratado como éste, no es posible hacerle justicia a la bendita Virgen María, ese ser perfectamente santificado por la gracia divina y honrado con Su revelación.

Ella y su amado hijo Jesús han sido rechazados por mucha gente. Sin embargo, musulmanes de toda raza y color, incluyendo turcos, persas, afganos, indios, paquistaníes, indonesios, albanos, árabes y nigerianos, no tienen más que amor y respeto por esta santificada mujer, igual que los cristianos de todas partes del mundo. Que estos dos grupos de amantes se amen los unos a los otros.

Como musulmanes, creemos en el nacimiento milagroso y en la sublime espiritualidad de Jesús. El sagrado Corán atestigua la santidad de Mariam, como el receptáculo bendito de la revelación divina y  como la Madre Virgen del gran Profeta, a quien ella concibió y dio a luz  a través únicamente del poder de Allah.

«Dijo ella: ‘¡Señor! ¿Cómo puedo tener un hijo, si no me ha tocado mortal?’ Dijo: ‘Así será. Allah crea lo que Él quiere...» (Corán, 3:47)

La Virgen bendita provenía de una familia reconocida por su virtud y honor, por su pureza y devoción. En el sagrado Corán se le refiere como hermana de Aarón. Este Aarón no es el hermano del venerable Moisés, sino un amigo íntimo de Dios, reverenciado por su rectitud y santidad entre los Hijos de Israel.

El padre de María, ‘Imrán, es mencionado en el sagrado Corán como un hombre honorable y muy respetado. Su madre, la noble Hanna, era también un ejemplo de pureza y virtud. Así podemos entender el relato coránico del recibimiento tan de sorpresa, viendo que Mariam había sido educada en una familia como ésta, cuando su gente la vio llegar madre soltera con un bebé en brazos.

«Entonces ella lo trajo a su gente, llevándolo en sus brazos. Ellos dijeron: ‘¡Oh, María! ¡Has llevado a cabo una acción imperdonable! ¡Oh hermana de Aarón, tu padre no fue un hombre inmoral, tampoco fue impura tu madre’. Ella les indicó que debían preguntarle al amado Jesús. Dijeron: ‘¿Cómo podemos hablarle si sólo es un pequeño de cuna?’ Jesús respondió: ‘Ciertamente soy un servidor de Allah. Él me ha dado la revelación y me ha designado Su profeta. Él me ha hecho bendito, donde sea que me encuentre y me ha ordenado que rece y que Lo sirva a lo largo de toda mi vida. Él me ha hecho piadoso con mi madre y no me ha hecho ni arrogante ni desagradecido. La paz estuvo conmigo el día en que nací y estará el día en que muera y el día en que sea resucitado’. Tal es Jesús, el hijo de María, para decir la Verdad  de la que ellos dudan» (Corán, 19:27-34)

Según el historiador ‘Imrán ibn Maimun, los vecinos de María, la detuvieron y la llevaron ante la corte religiosa para que fuera juzgada. Ya estaban preparados para lapidarla pero, al darse cuenta que el niño Jesús podía hablar, detuvieron las demandas del castigo y, sin atreverse a insultarla, se retiraron y la dejaron sola.

No deberíamos pensar que son milagros increíbles. Allah, el Todopoderoso hizo que un insecto le hablara al profeta Salomón en el Valle de las Hormigas. En el Día de la Resurrección, por venir, Él hará que nuestras manos testifiquen sus acciones, mientras nuestros labios permanecerán sellados. Si así Él lo desea, Allah es, con toda seguridad, capaz de dar el poder de hablar a un infante.

Nuestro limitado intelecto es incapaz de comprender la creación de los profetas y los milagros conferidos sobre ellos. Una actitud receptiva a estas maravillosas manifestaciones, nos es más fructífera que su negación.

El niño Jesús no habló por su propia voluntad sino por la inspiración de Allah, quien es capaz de hacer todas las cosas.

Otros eruditos sostienen que la Madre Virgen fue llevada por su primo y protector José el carpintero, a una región de Egipto llamada Rabwa.

«Y nosotros hicimos del hijo de María y de su madre un bendito signo. Y Nosotros les proporcionamos refugio en Rabwa, un lugar seguro y provisto de agua viva» (Corán, 23:50)

El sagrado Corán glorifica su nombre al vincularlo siempre con el nombre de su amado hijo, llamado  ‘Isa ibn Mariam, Jesús hijo de María.

Su concepción a través del aliento del Espíritu Santo y el exaltado milagro de la forma en que alumbró al Mesías es considerado por todas las personas  de fe como un maravilloso signo de gracia divina.

Su noble nombre y persona son honrados y venerados. Su radiante morada espiritual está en los corazones iluminados de todos aquellos que creen en Dios, el Altísimo. Ella es una santa viviente, como una entre los santos amigos de Allah, ella no murió, sino que entró en el dominio del ser eterno.

Aquí hemos intentado ofrecer humildemente al menos un pequeño botón de un vasto jardín de rosas, transmitiendo la fragante esencia de la Virgen María como está descrita en el glorioso Corán y en la tradición oral del Islam.

De entre todas las benditas madres de la humanidad, Mariam, la madre Virgen de Jesús, y Fátima, la hija del profeta, tienen la mayor influencia sobre el corazón musulmán.

Mariam - publicado por Yalveti-Yerraji

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

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