Islam, Occidente y Los Derechos Humanos

De punto de vista del Imam Jomeini (ra)

Libertad de prensa”, desde el punto de vista del Imam Jomeini

Ÿawad Vandnowruz

Introducción

La Revolución Islámica de Irán creó por primera vez la oportunidad, a través de un jurista prominente que logró él mismo establecer un sistema político, de presentar sus ideas sobre los diferentes problemas de las libertades públicas a la sociedad política islámica mediante el uso de las fuentes de la jurisprudencia shiíta. En este artículo basaremos nuestra discusión en estas mismas ideas, a partir de las cuales estudiaremos la cuestión de si sus opiniones son o no suficientes para establecer un sistema de libertades públicas abarcativo, que enfatice la libertad de prensa. En otras palabras, ¿podemos concebir un sistema de libertad de prensa haciendo uso de las opiniones del Imam, que pueda constituirse en una base para el accionar de un gobierno islámico? Las opiniones, los mensajes, las cartas y los decretos religiosos del Imam, presentados ahora a los entusiastas investigadores en la forma del invaluable libro “Sahifeh-ye Imam”, utilizado aquí por nosotros como la fuente más importante, han sido también obviamente una clara guía para los redactores de la Constitución de la República Islámica de Irán. Familiarizarse con esas opiniones conducirá a un mejor entendimiento de los principios esenciales de la libertad de prensa en la Constitución y las leyes del país.

Mientras tanto, el estudio de los trabajos de su eminencia puede guiar a los legisladores y al público. La familiarización de los legisladores con la opinión del Imam durante la elaboración y promulgación de las leyes relacionadas con la prensa y sus libertades fue necesaria para que las normas promulgadas fueran más consistentes con las disposiciones religiosas y las condiciones de nuestro país en el período inmediatamente posterior a la victoria de la Revolución Islámica. La desatención a estas pautas y especificaciones puede provocar la promulgación de legislaciones que no garanticen la observancia de las leyes religiosas y la conveniencia del sistema de la República Islámica. Como cuarto poder de la democracia, la prensa accederá a una mejor comprensión de los derechos sociales y personales en este sistema político al familiarizarse con las opiniones del Imam.

Las grandes ideas del Imam Jomeini, que han marcado el inicio de una nueva fase en la atención de los fenómenos culturales, sociales y políticos de los pensadores a través de su propia clarividencia y profundos pensamientos, han sido probadas en todos los campos. Uno de los problemas más importantes que el Imam atendió de manera asidua fue el tema de la prensa y el papel fundamental que tiene en desarrollar y mejorar la sociedad. El gran efecto que puede tener en los pensamientos y actitudes de las personas, y en particular, en la juventud, hizo que el Imam de la comunidad (ummah) estudiara las diferentes dimensiones de este problema, expresándose en sus valiosas instrucciones sobre los valores y los defectos de la prensa.

Todas estas pautas, que de hecho son una colección de lecciones, consejos y advertencias que contienen las ideas de su eminencia sobre la importancia y el papel de la prensa, su responsabilidad ante la sociedad y la determinación del ámbito de su libertad, en verdad son instrucciones que abarcan muchos temas y pueden ser de gran utilidad en la era de los medios impresos.

La importancia y el papel de la prensa

a. La definición de la prensa y su estatus

En persa, la palabra “prensa” se utilizaba para referirse a los trabajos impresos, incluyendo libros, diarios, periódicos, declaraciones, anuncios en papel o lo que sea que esté escrito e impreso. Sobre la prensa, el Dr. Muhammad Mu’in escribe:

Matbu’at (prensa, impresos) es la forma plural de Matbu’ e incluye los escritos impresos, diarios y periódicos y la prensa… y Matbu’at incluye el material publicado”.[1]

Muhammad Muhit Tabataba’i define a la prensa como sigue:

“La prensa incluye los diarios, periódicos, panfletos y boletines, mensuales y semanales, y junto con el gobierno constitucional, la nueva cultura, el correo, los telégrafos, las vías férreas, los aviones, los automóviles, las impresiones internas, la radio y la televisión y todos los signos de nuestra era que tienen sus raíces en la cultura y la civilización europea, se han puesto en marcha en Irán desde hace ciento setenta años”.[2]

La prensa es, probablemente, el medio de transmisión más poderoso para los valores, ideas, opiniones y noticias. Es tanto económica como accesible. El rol más importante de los diarios y la prensa consiste en publicar las noticias del día, pero la prensa cumple además otras funciones, que quizás son más importantes que las propias noticias. Por ejemplo, aquellos periódicos cuyo objetivo es entretener o aquellos que son técnicos y tienen información especial que puede ser de interés para ciertos grupos.

Entre otras características de la prensa, está el efecto que puede tener sobre la opinión pública. Debido a su pluralidad, la prensa puede dirigirse a varios grupos y comunicarse con ellos a través de su propio lenguaje publicando sobre sus deseos y temas favoritos. Siendo el más barato de los medios masivos de comunicación, la prensa es quizás, a largo plazo, el medio más eficiente para influenciar la opinión pública. Puede además jugar un papel significativo en la difusión, mantenimiento, propagación y/o negación de los valores culturales. En otras palabras, puede decirse que la prensa es uno de los medios de comunicación que cubre una vasta porción de audiencia sin ningún contacto personal entre el receptor y el emisor de los mensajes.

La prensa es la que introduce patrones, puntos de vista y métodos para predisponer a los valores culturales, a los que la gente no podría llegar a través de ningún otro medio. A través de los medios escritos, los niños pueden aprender mucho sobre los legisladores, las cortes judiciales, los actores, los detectives y las celebridades. También pueden los jóvenes, a través de la información de los medios masivos, aprender mucho sobre sus roles futuros como consumidores en el mercado y sobre los valores que la sociedad asigna a los jóvenes, como el éxito, la belleza y el materialismo. Los cambios en los valores sociales y las normas son reflejadas de manera rápida en los medios masivos y son fácilmente aceptados por parte de las personas que de otra manera no tendrían la oportunidad de tener un fácil acceso a ellos. Casi todos los aspectos del comportamiento humano están potencialmente bajo la influencia de los medios masivos. Esto puede abarcar una gran variedad de temas incluyendo la política, la higiene, los comportamientos anti-sociales y pro-sociales, las actitudes hacia ciertos grupos de la sociedad, el conocimiento vocacional, la educación y el comportamiento de los consumidores.[3] En cualquier país, la prensa juega un rol innegable en la creación de una atmósfera digna o corrupta[4]. Tiene un rol efectivo en la construcción de la sociedad.[5] Si la prensa es corregida y reformada, la sociedad será reformada.[6] La prensa es el lenguaje de cualquier país y la reputación del país se apoya en ella.[7] Todos los medios son los instructores del país y deben capacitarse. “El rol de la prensa juega un papel mucho más importante que cualquier otro en un país; los diarios y los periódicos pueden ayudar a desarrollar un país y a conducirlo en una dirección que sea buena para él; pero también pueden actuar al revés”.[8]

Toda organización de una sociedad tiene su rol al servicio de las personas que la componen. Debe estar pensada de manera que sea capaz de, como un organismo sincronizado, servir a la sociedad, y este debería ser su objetivo último. La prensa y las organizaciones de la comunicación no son la excepción a esto, por lo que casi todos los investigadores y aquellos que están a cargo de las necesidades y los asuntos de la sociedad y los expertos de los medios masivos en particular han reflexionado sobre ello y están enterados de la importancia de la prensa.

El valor de la publicación es el mismo que el valor de la sangre derramada en el campo de batalla. “Las plumas de los eruditos” son superiores a la sangre de los mártires. “Sin importar cuán valiosa y constructiva pueda ser la sangre de los mártires, las plumas son aún más valiosas, ya que los mártires son sirvientes de las plumas, pues son las plumas las que generan a los mártires”.[9]

Al investigar el papel educativo de la prensa, también deberíamos referirnos a la importancia de los escritos en general y al efecto que tienen en la orientación de la vida de los individuos y en el movimiento reformista de la sociedad. Si creemos que los escritos no son sagrados o si creemos que no debe de haber limitación a la prensa y los artículos, y que a través de ellos podemos escribir lo que sea, tanto lo bueno como lo malo, también debemos creer en el sistema legal que gobierna la prensa y el hecho de que debe ser armonioso con esta perspectiva. Si por otro lado, asumimos que el hombre dentro de los dominios espirituales no tiene limitaciones, llegamos a la conclusión de que los escritos de los hombres son sagrados y que la prensa dedicada a la sociedad humana debería ser didáctica. La prensa debe ser una escuela móvil con el fin de informar a la gente de todos los temas, particularmente los más actuales. La prensa debe ser, de manera íntegra, un agente didáctico y así podrá jugar su rol eficazmente en el crecimiento personal de los seres humanos.[10] Debe ser como aquellos maestros que enseñan y educan al país y a los jóvenes y que reflejan los ideales de la nación: “En un país en el que hubo mucha sangre derramada, muchas personas de nuestra nación (para reformar la sociedad) fueron martirizados, de resultas de lo cual quedó establecida una República Islámica, a través de los votos de la mayoría, y los traidores y los ventajistas fueron erradicados del país, por ende si la prensa pretende escribir en favor de los traidores y la rapiña, entonces no es nuestra prensa, que debe estar en manos respetada y reconocidas. Si un malhechor tiene el control de los artículos y la prensa, habrá mucha corrupción”.[11]

Esta opinión está exactamente en oposición al objetivo del sistema capitalista difusión, ya que los capitalistas tienen fines insignificantes y despreciables que no procuran la perfección del hombre y su edificación espiritual. El capitalista está dispuesto a hacer que la gente se conforme con su rol de simples consumidores.[12] La razón por la cual el papel educacional de la prensa está más enfatizado en una sociedad política se debe al hecho de que, en esencia, todos los problemas del Islam, incluyendo los políticos, son temas relacionados a la edificación espiritual y son dirigidos al perfeccionamiento del hombre.[13]

b. La responsabilidad de la prensa

Los especialistas en comunicación y los medios consideran que defender el medio ambiente y establecer la armonía y concordia entre los diferentes elementos de la sociedad —con lo cual el legado cultural es transferido de una generación a otra—, es la principal responsabilidad de los medios masivos

El Imam enumera las siguientes responsabilidades para la prensa además de las citadas en párrafos anteriores:

1. Defender el medio ambiente.

2. Crear solidaridad entre los diferentes estratos de la sociedad en respuesta a los requerimientos de la situación.

3. La transmisión del legado social de una generación a otra.

El Imam Jomeini también ha enumerado una serie de responsabilidades para la prensa incluyendo:

1. Evitar cualquier tipo de ventajas personales y superficialidades.

2. Ser sinceros en los artículos realizados[14].

3. La magnanimidad[15].

4. Educar a las personas[16].

5. Brindar servicio al Islam[17].

6. Brindar servicio a las personas.[18]

7. Estar al servicio de la Revolución.[19]

8. Traer esperanza a la gente.[20]

9. Examinar cuidadosamente los artículos antes de publicarlos.[21]

10. Emplear a escritores comprometidos.[22]

11. Evitar intensificar las diferencias.[23]

12. Reforzar las fuerzas armadas.[24]

13. Independizar el pensamiento.[25]

14. Criticar constructivamente en vez de tomar revancha.[26]

15. Favorecer el intelecto racional y político de los jóvenes.[27]

16. Proporcionar material didáctico.[28]

17. Evitar la propaganda hueca.[29]

18. Evitar dar prioridad a ciertas personalidades.[30]

19. Reflejar la situación del estrato pobre de la sociedad.[31]

20. Admitir sus propios errores.[32]

La libertad y la opinión del Imam Jomeini

El concepto de libertad es tan amplio que ha dado lugar a una gran variedad de significados. Escritores a lo largo de la historia han registrado cerca de doscientas definiciones diferentes. Especialistas en legislación y políticos la han definido de manera distinta, cada uno reclamando que su propia definición es la perfecta.

Montesquieu, pensador político de la primera mitad del siglo dieciocho (1689-1755), propuso una definición más moderada de la libertad. Creyendo que la libertad política no significa hacer lo que uno quiera, dice en su definición: “El significado de «libertad» es que el hombre tiene derecho a hacer lo que sea que le permita la ley y lo que ésta le permita realizar, y tiene el derecho a no ser forzado a hacer cosas que la ley ha prohibido y que son dañinas para él mismo. Si realiza actos que la ley ha prohibido, la libertad deja de existir”. En su significado occidental, libertad significa el poder de hacer cualquier cosa siempre y cuando no perjudique los derechos de los demás; en otras palabras: puedes hacer lo que quieras, solo trata de no dañar los derechos de los otros.

El concepto de libertad definido por los filósofos sociales de occidente, tiene grandes diferencias con la definición del Islam. Desde el punto de vista del Imam Jomeini, tal definición es condenada por el Islam y debemos tratar de evitar que se establezca en la sociedad. Dice al respecto: “No estamos a favor de esa libertad que ha llegado de occidente defendida por los pro-occidentales, la libertad importada”.

El sistema de libertades sociales y personales debe estar dispuesto de manera de ser capaz de garantizar la perfección del aspecto espiritual de los seres humanos. “Las libertades que ahora les son otorgadas a ustedes son para vuestro beneficio. Todas las cosas que son útiles para el crecimiento del hombre, todas ellas son permitidas”, dijo el Imam.

No encontramos una definición específica de libertad en los trabajos del Imam Jomeini, pero sin embargo, lo que ha expresado sobre ella y sus características son suficientes para nuestros estudios sobre la libertad de prensa y serán utilizadas en este artículo.

El significado de la libertad desde el punto de vista del Imam Jomeini

Considerando la libertad como uno de los fundamentos del Islam, dice el Imam:

“El Islam cree que el hombre es libre y se gobierna a sí mismo, su propia vida, su riqueza y su descendencia. El hombre es libre de elegir su residencia y es libre en lo que come y bebe. Es libre de hacer lo que no esté en contra de las leyes divinas. Es la ley del Islam la que dice que si una persona ataca una casa, el atacado tiene el derecho de matar al atacante. El Islam acepta la libertad hasta tales niveles. El Islam es el origen de todas las libertades, de todas las magnificencias y todas las independencias”.

Los derechos humanos y las libertades personales y sociales son parte del Islam y son elementos de su sistema social. Creer en el primer principio del Islam, el monoteísmo, es el fundamento del principio de justicia y de los derechos inherentes de las personas. Solo a través de la aceptación del principio del monoteísmo puede uno aceptar los derechos intrínsecos y la justicia genuina para las personas como dos verdades independientes de cualquier suposición.

En la mayoría de las enseñanzas islámicas, obviamente, se observa la noción de procurar la libertad y los derechos humanos.

La libertad de prensa y la opinión del Imam Jomeini

En las discusiones sobre la libertad de prensa, otra cuestión esencial es definir en qué medida el poder político puede interferir con la prensa. Para comenzar, debemos señalar que la independencia de la prensa no lo abarca todo, ya que cualquier tipo de actividad social, incluyendo a la prensa, depende del grueso de la sociedad y esto es en sí mismo un obstáculo para una independencia absoluta.

Diferentes estamentos de una sociedad pueden ejercer influencia sobre la prensa. En los países desarrollados donde existen poderes económicos organizados, es factible imaginar que la prensa esté influenciada por ellos.

La libertad adquiere un significado particular cuando se discute sobre la prensa. En los países desarrollados, son los poderes económicos los que han predeterminado la función socio-política de la prensa, según la cual intentan usarla para su propio beneficio. De ahí que la genuina libertad de prensa en esos países surge sólo si la prensa está protegida de la fuerza y las demandas de los sindicatos, las compañías y las fundaciones. La libertad de prensa definida por el Imam Jomeini difiere de este tipo de libertad:

“Tan pronto como sea necesario, anunciaremos nuestros programas, pero la responsabilidad más importante de mi futuro gobierno es suministrar pronto las condiciones para el llamado a elecciones libres, que puedan incluir la libertad de prensa, la cual es de vital importancia para informar a las personas”.

“Todo lo que estamos diciendo es que debemos actuar conforme a la Constitución: la prensa es libre, la pluma es libre; permítanles escribir sobre los problemas existentes, si son fieles a la religión, entonces actúen de acuerdo a ella. Si piensan que la religión es reaccionaria, sigan por lo menos a la Constitución. Permítanles escribir.

¿Somos nosotros, los que dejamos a la prensa escribir, los reaccionarios? ¿Son progresistas esos caballeros que obligan a la prensa a escribir ciertas cosas? Nuestras voces pueden alcanzarlos a través de los parlantes, pero ellos hablan aquí por Estados Unidos, hablan por quien sea que les dé dólares. En la República Islámica, la prensa es libre de publicar todas las verdades y realidades”.

La prensa, debido a su rol especial, debe respetar los límites de la sensibilidad social y no tratar de hacer mal uso de la libertad ni sabotear al país. La prensa, en algunas instancias, confundió traición con libertad. El Imam se dio cuenta y estuvo en contra de ello, advirtiendo:

“Conozcan a su enemigo, yo estoy tratando de dárselo a conocer a ustedes. Se lo que estoy diciendo, esto será difundido esta noche en diferentes lugares. Si la radio o los diarios distorsionan lo que digo, los arruinaré ya que está en contra del curso que la nación ha tomado. Esto no es libertad, sino una traición a la cual haremos añicos”.

“Le advierto firmemente a la prensa y a los medios masivos para que comprendan que la libertad es diferente a la traición, y este tipo de traición que está en contra de la conveniencia del Islam y del país debe evitarse sinceramente”.

Desde el punto de vista del Imam, la prensa de un país debería, en la práctica, seguir el curso de acción de las personas y servirles, de otro modo, no puede ser admitida por la gente y no debe ser considerada ni nacional ni popular, aún si el gobierno le permite continuar sus actividades. Si la prensa es nacional, y si se alinea al curso de acción de la gente, reflejará las expectativas de las personas en cuanto al poder político y en este caso será apoyada por el pueblo. Esto fortalece a la prensa e impide que las autoridades interfieran en su trabajo. La prensa debería advertir a los gobernantes en nombre de la nación cuando éstos actúen de manera incorrecta; cuando, por ejemplo, violen los principios de la Constitución y la causa de la Revolución Islámica. No debería, en cambio, estar en las manos del poder político ya que de ser así no sería nacional y sería en vano leerla debido a que no podría considerársela como parte de la democracia del país. Esta manera de comportarse de los medios debe diferenciarse de aquella en la que la prensa trata injustamente de debilitar al poder político.

Si la prensa “usa titulares que debiliten el espíritu de la gente o publican artículos que puedan dañar la victoria de la Revolución por la cual la gente ha derramado su sangre, o que pueda ser perjudicial para el interés de la nación, o que vaya en contra del Islam o de la virtud pública, no le será permitido disfrutar del derecho a la libertad de expresión”.

Todos debemos saber que la libertad occidental, que provoca la ruina moral de la juventud (tanto de hombres como de mujeres), es condenada por el Islam y por la razón, y que cualquier propaganda, documentos, discursos, libros y periódicos en contra del Islam, la virtud pública y el interés del país están prohibidos.

Otra limitación de la prensa está relacionada con la publicación de informes conteniendo las actividades de las autoridades judiciales. Los diarios, periódicos y medios masivos deben darse cuenta que debilitar al sistema judicial está en contra de las leyes islámicas, por lo que la prensa debe evitar publicar materiales que debiliten y ofendan a las autoridades judiciales. Este es un país islámico y todo debe estar basado en las leyes del Islam. Las apelaciones contra la Corte así como contra el juez deben realizarse de acuerdo a las normas islámicas. Sin importar quien sea, nadie tiene derecho a llevar su caso a la prensa, a los medios masivos o a las sociedades públicas suscitando sentimientos en contra del poder judicial. Con respecto a la responsabilidad del poder judicial, su eminencia el Imam Jomeini señaló en un discurso dado el 06/06/1358 (1979):

“Los fiscales de las cortes tienen sobre sus hombros la responsabilidad de tratar con la prensa y las actividades de los escritores. Ellos deben autorizar los medios que no consideran traidores y que no están en contra del interés de la nación y prohibir aquellos que han demostrado lo contrario”.

Las limitaciones mencionadas más arriba se refieren a una parte de la relación entre el poder político y la prensa. Si la prensa no cumple con tales limitaciones, las autoridades competentes tienen que ocuparse de sus violaciones. Sin embargo, si la prensa realiza sus actividades respetando estas limitaciones, no habrá interferencia sobre la prensa por parte de las autoridades. Uno debe también tener en mente que los temas en contra del interés del país o aquellos que están en contra del Islam son usualmente categorías muy generales que las autoridades deben atender con mucho cuidado, y si un diario o un periódico es acusado de uno de estos cargos, deben proporcionarse razones adecuadas y convincentes para la opinión del público y la sociedad. Se deben evitar decisiones rápidas sobre cualquier justificación aparentemente legal que pueda estar originada en grupos influenciados en contra de la prensa, ya que esto perjudica el apoyo político en cualquier país.

Las limitaciones citadas arriba son bastante razonables para un país con tales características religiosas; sin embargo, para las sociedades internacionales de derechos humanos, que tienen actitudes diferentes hacia la religión, deben sin duda parecer restricciones en vez de libertades.

Fuente: Prólogo del libro Islam, Occidente y Los Derechos Humanos De punto de vista del Imam Jomeini (ra); Una Colección de Artículos; Editorial Elhame Shargh

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

www.islamoriente.com, Fundación Cultural Oriente

 

[1] Mu’in, Muhammad, Farhang-e Farsi, vol. 5, Letra M, vocablo “Prensa” (Matbu’at).

[2] Muhit Tabataba’i, Muhammad, “Historia analítica de la prensa iraní”.

[3] Donald Roberts y Christian Bchen (1981), p. 309.

[4] Sahifeh-ye Imam, vol. 12, p. 23.

[5] Ibíd., vol. 13, p. 41.

[6] Ibíd., vol. 13, p. 41.

[7] Ibíd., vol. 10, p. 245.

[8] Ibíd., vol. 6, p. 193.

[9] Ibíd., vol. 14, p. 248.

[10] Ibíd., vol. 16, p. 81.

[11] Ibíd., vol. 18, p. 65.

[12] Ibíd., vol. 22, p. 283.

[13] Ibíd., vol. 9, p. 235.

[14] Maurice Duverger, “Sociología política”, traducido por el Dr. Qadi, Abulfadl, p. 314.

[15] Ibíd., vol. 16, p. 9.

[16] Ibíd., vol. 1, p. 4.

[17] Ibíd., vol. 13, p. 253.

[18] Ibíd., vol. 20, p. 240.

[19] Ibíd., vol. 6, p. 193.

[20] Ibíd., vol. 1, p. 120.

[21] Ibíd., vol. 6, p. 191.

[22] Ibíd., vol. 5, pp. 121-122.

[23] Ibíd., vol. 14, p. 88.

[24] Ibíd., vol. 14, p. 51.

[25] Ibíd., vol. 13, p. 250.

[26] Ibíd., vol. 14, p. 38.

[27] Ibíd., vol. 13, p. 94.

[28] Ibíd., vol. 12, p. 23.

[29] Ibíd., vol. 12, p. 48.

[30] Ibíd., vol. 8, p. 24.

[31] Ibíd., vol. 12, p. 209.

[32] Ibíd., vol. 8, p. 220.

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