Diferencias y malinterpretaciones entre la Shi’a y demás escuelas de pensamiento (III)

Visitar los santuarios de los Profetas y los Imames

Por Sayed Mustafá Qazwini

 

Visitar los santuarios de los Profetas y los Imames

Tocar o besar a los santuarios del Profeta y los imames no implica idolatría, ni asociar a esa persona en particular con Dios, porque Dios tiene la soberanía definitiva en este universo y los musulmanes se someten, adoran y buscan la ayuda de Dios. Visitar las tumbas no es más que un gesto de respeto. Si el Profeta o los imames vivieran, la gente por admiración y respeto estrecharían sus manos o los besarían. Ya que están muertos y la gente sabe que sus santuarios sagrados contienen sus cuerpos y tal vez sus almas, entonces, tocar o besar sus santuarios es una forma de renovación de lealtad y fidelidad a estos líderes. La gente es muy consciente del hecho que los santuarios son hechos de un material común y los fieles saben que esto no tiene el poder de beneficiar o dañar, sin embargo, el respeto y el homenaje es para lo que representan estos santuarios--las almas de estas grandes personalidades. Además, estar presente en el recinto de los santuarios sagrados le da al creyente una sensación de estar en un lugar sagrado y santo.

El Sagrado Corán enseña que cuando el Profeta Jacob lloraba por la separación de su hijo José, perdió la vista. Años más tarde, José envió su camisa con uno de sus hermanos y le dijo que la colocara en el rostro de su padre para que recobrara su visión. El Corán dice:

اذْهَبُوا بِقَمِيصِي هَذَا فَاَلْقُوهُ عَلَى وَجْهِ أَبِي يَأْتِ بَصِيراً وَأْتُونِي بِاَهْلِكُمْ أَجْمَعِينَ

وَلَمَّا فَصَلَتِ الْعِيرُ قَالَ أَبُوهُمْ إِنِّي لأَجِدُ رِيحَ يُوسُفَ لَوْلآ أَن تُفَنِّدُونِ

قَالُوا تَاللَّهِ إِنَّكَ لَفِي ضَلاَلِكَ الْقَدِيِمِ

فَلَمَّآ أَن جَآءَ الْبَشِيرُ أَلْقَاهُ عَلَى وَجْهِهِ فَارْتَدَّ بَصِيراً

“Llevad esta camisa mí a y ponedla sobre el rostro de mi padre, recuperará la vista. Y traedme a toda vuestra familia.

Y, cuando la caravana se alejó, dijo el padre de ellos: Percibo el olor de José, si no creéis que chocheo.

Ellos dijeron: ¡Por Dios! ¡Vuelves a tu antiguo extravío!

Cuando el portador de la buena nueva llegó, la puso sobre su rostro y él recuperó la vista.”[1]

A pesar de que la camisa de José era de tela de algodón ordinario, usado por la mayoría de la gente en esa época, Dios la hizo llevar Sus bendiciones porque tocó el cuerpo de José. Así, con el permiso y autoridad de Dios, esta camisa, le permitió a Jacob recupera la visión al ponerla sobre su rostro.

 Si tocar el santuario del Profeta o el Imam Ali y el Imam Husain es idolatría (ya que estos templos están hechos de hierro), entonces ¿por qué millones de musulmanes tocan las piedras de la Sagrada Kaaba? ¿Fueron estas piedras traídas del Paraíso o son simples piedras utilizadas en la tierra del Hiyaz? Todos los musulmanes están de acuerdo en que el Profeta dio besó al-Hayar al-Aswad, la Piedra Negra en la Kaaba, y el no solía ir por ahí y besar cualquier piedra de Meca, aunque fuesen más atractivas que la Piedra negra. Hoy en día, en la mayoría de los países, tanto musulmanes como no musulmanes, la bandera de una nación es tan sagrada que los soldados, incluso civiles la besan y lo ponen en sus rostros. ¿Eso quiere decir que están adorando a un trozo de tela? ¡Por supuesto que no! La moraleja detrás de estos ejemplos es que se glorifican las ideas detrás de las piedras, los santuarios o de las banderas.

 El Imam al-Bukhari relata que cuando el Profeta tenía la ablución (wudu), los musulmanes se reunían para recolectar el agua restante y la vertían sobre sus rostros por las bendiciones.[2] También relata que incluso recogían el sudor del Profeta: “Umm Salamah colocó una tela debajo del cuerpo del Profeta cuando él dormía. El Profeta sudaba mucho ese día y ella tomó una botella y recolectó su sudor. Cuando el Profeta de Dios se despertó, le dijo, Umm Salamah, ¿Qué es esto? Ella le dijo: “Es tu dulce sudor el cual mezclamos con nuestros perfumes y se convierten en la más deliciosa fragancia.”[3]

Jums (El quinto) en el Islam

El Jums es uno de los pilares del Islam que fue ordenado por Dios y practicado durante la vida del Mensajero de Al.lah. Jums significa “un quinto=1/5”, e indica que la quinta parte de los ingresos que exceden los gastos esenciales (después de un año) a la persona tiene que ser donada, de acuerdo con el Corán, por lo siguiente:

وَاعْلَمُوا اَنَّمَا غَنِمْتُم مِن شَيْءٍ فَاَنَّ لِلّهِ خُمُسَهُ وَلِلرَّسُولِ وَلِذِى الْقُرْبَى وَالْيَتَامَى وَالْمَسَاكِينِ وَابْنِ السَّبِيلِ إِن كُنتُمْ ءَامَنتُم بِاللّهِ وَمَآ أَنْزَلْنَا عَلَى عَبْدِنَا يَوْمَ الْفُرْقَانِ يَوْمَ الْتَقَى الْجَمْعَانِ وَاللّهُ عَلَى كُلِّ شَيْءٍ قَدِيرٌ

“Y sabed que, de los bienes excedentes que obtengáis de cualquier cosa, una quinta parte pertenece a Dios, al Mensajero y a su familia, a los huérfanos, a los necesitados y a los viajeros, si creéis en Dios y en lo que nosotros hicimos descender para nuestro siervo el día del criterio, el día en que se encontraron los dos ejércitos, pues Dios tiene poder sobre todas las cosas.”[4]

 Jums, en resumen, significa pagar una quinta parte de los excedentes de nuestros ingresos después de separar nuestros gastos personales y de nuestros dependientes. Se compone de dos partes iguales: Una es la parte del Imám al-Mahdi, lo que significa que esta parte va para la construcción de mezquitas, seminarios islámicos, escuelas islámicas, bibliotecas, hospitales o clínicas, orfanatos, la impresión del Sagrado Corán, libros de Hadithes, libros islámicos y conferencias y otras cosas útiles, también para defender o propagar el Islam. La segunda parte es la parte de la Sayyids (descendientes del Profeta) pobres, ya que es prohibido para ellos recibir zakat (caridad).

Muchas referencias históricas de diferentes escuelas de pensamiento mencionan que el jums existía en la época del Profeta y fue prohibido durante el periodo del primer y segundo califa.[5] La interpretación de Ahlul Bayt de la palabra “ghanimtum” en el Corán, capítulo 8, aleya 41 es “todo lo que obtuviste en ganancia”, ya sea de la guerra, el trabajo, el comercio o de otras fuentes, y la historia del Islam demuestra que el Profeta sacó una quinta parte del botín de guerra y también de otros activos diferentes a los obtenidos en la guerra en tiempos de paz.[6] Otros estudiosos fuera del Shiismo han apoyado esta opinión.[7]

Fuente: Cuestionamientos acerca del Islam Shi’a; Editorial Elhame Shargh

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

www.islamoriente.com, Fundación Cultural Oriente


[1] Sagrado Corán, 12:93

[2] aī al-Bukhari, “Kitab al-Libas”, Vol. 7, 199

[3] aī al-Bukhari, “Libro de la consideración de permiso”, Hadith 5809; aī Muslim, “Libro de las virtudes”, Hadith 4302; an-Nisa’i, “Libro en la ornamentación”, Hadith 5276; Musnad Ahmad ibn Hanbal, Vol. 3, 103, 136, 221, 226, 230, 231, y 287; Vol. 6, 376

[4] Sagrado Corán, 8:41

[5] Sunan al-Bayhaqi, Vol. 6, “Sahm Dhil Qurba”; Musnad ash-Shafi’i, “al-Fay’”, 187; Sunan Abu Dawud, Vol. 18, “al-Khums”; Musnad Ahmad ibn Hanbal, Vol. 1, 320; al-Muttaqi al-Hindi, Kanz al-’Ummal, Vol. 2, 305; Lisan al-Mizan, Vol. 6, 148; Huliyat Abu Nu’aym, Vol. 2, 205; aī Muslim, Vol. 5, 198; Sunan an-Nisa’i, 177 y 178; Tafsir at-Tabari, Vol. 10, 5

[6] Ver para más detalles: Musnad Ahmad ibn Hanbal, Vol. 1, 314; Sunan ibn Mayah, 839

[7] Al-Qadi Abu Yusuf, Kitab al-Kharay, 25-27

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