Importancia de la mujer en el Islam

Sdenka Saavedra Alfaro

Periodista y escritora

Asociación de la Comunidad Islámica Ahlul Bait Bolivia

A lo largo de la historia se ha podido comprobar cómo la mujer fue despreciada, discriminada, relegada, sin haber ocupado el lugar que le correspondía y no haberle dado la importancia que ella tiene; por ser madre, esposa, hija; etc.…

Por ejemplo en la época de Jesús, la mujer era considerada como un objeto, propiedad del padre o del marido. Socialmente la mujer no servía ni como testigo. Una situación de objeto, a la que se sumaba el preconcepto de ser una gran pecadora, porque pecó primero, y llevó al hombre al pecado, y fue creada después y a partir del hombre [1]; esto se puede comprobar en lecturas parciales de los relatos (Gen 2,6n.3) en la Biblia; así como en la carta e San Pablo a Timoteo:

“La mujer debe aprender a estar en calma y en plena sumisión. Yo no permito a una mujer enseñar o tener autoridad sobre un hombre, debe estar en silencio. Adán fue creado primero, luego Eva; y Adán no fue el engañado, fue la mujer quien fue engañada y se volvió pecadora” (Timoteo 2: 11-14).

En este pasaje bíblico se comprueba el lugar secundario, por no decir el último que la mujer debía ocupar en la familia, y el grado de culpa con que fue criada, siendo ella pecadora.

En la Edad Media se las consideraba con menos inteligencia y menos capacidades: las prescripciones y normas que debían seguir las mujeres, independientemente de su edad o clase social, se regían por libros de los monasterios o de la antigüedad.

La naturaleza de las mujeres les hacía no sólo ser más débiles en los aspectos morales; sino también físicos, porque podía ser causante de todas sus enfermedades; entre ellas la menstruación, que no era sino todo aquello demoniaco que la mujer expulsaba por la vagina.

Estos tratados fisiológicos, junto con otros escritos sobre moral y costumbres; así como una regulación jurídica muy negativa para la mujer hicieron de la Edad Media, en su mayoría, una etapa oscura, de austeridad y de prohibiciones para la mujer, en la que su comportamiento estuvo medido por la intuición de la iglesia como único garante del buen orden social y vigilado por los maridos ejecutores de las normas[2].

En la Edad Moderna la mujer va ser la principal perjudicada y receptora de todas las críticas y ataques de las instituciones religiosas, como causantes de los vicios morales imperantes. Y es que según Ana Molina Reguilón[3] en esta época más que nunca, los eclesiásticos recurren a las interpretaciones de la Biblia para criticar y culpar a la mujer de los vicios morales, recurriendo a pasajes bíblicos en los que se apoyan

tales como el Eclesiastés:

“Por una mujer ha comenzado el pecado y por ello morimos todos”, o como lo señalé la Carta de Pablo a Timoteo: “Adán no ha sido engañado, sino que la mujer, habiendo sido engañada, ha sido la transgresora”…, para de esa forma buscar desde los orígenes de la historia la culpa de la mujer en el pecado sexual, y en todo lo relacionado.

En esta época las mujeres estaban acostumbradas a servir meramente de consolador sexual de los varones y a las cuales no se dejaba apenas margen alguno de satisfacción sexual. Ello no era algo novedoso en este período y ya desde la época antigua, en la antigua Grecia y Roma, a las mujeres se las consideraba como meros objetos sexuales, como meras fuentes de placer inanimadas, que motivó que desde épocas tempranas, a las mujeres a buscar otros métodos de satisfacerse sexualmente y poder experimentar un orgasmo. Por ello muchas de ellas, practicaban un doble “pecado sexual” con frecuencia (lo cual las condenaba habitualmente a la cárcel) consistente en encontrar el placer sexual entre mujeres, el conocido “lesbianismo” (el cual fue introducido en la antigua Grecia por Safo de Lesbos y sus compañeras).[4]

De esta manera, se puede considerar el período renacentista, humanista e ilustrado modernos como una época en la que, la familia lógicamente formada únicamente por un hombre y una mujer con el único objetivo de tener descendencia y perpetuar el género humano era el pilar fundamental en ese sentido, para ello las mujeres debían ser enseñadas desde muy pequeñas a asumir su papel dentro de ese juego, de estos roles, donde ella debía ser instruida únicamente con el objetivo de encontrar a un hombre con el que casarse, tener hijos y al cual servir complacientemente durante el resto de su vida.

Y me atrevo a señalar que esa instrucción que recibían las mujeres para casarse y ser madres continúo en la edad Contemporánea y si no caigo en la mentira obviamente con algunos cambios y demás es que hasta en la actualidad existen mujeres que han crecido con esa escuela que viene de nuestras tatará abuelas; en este caso puedo hacer referencia a las mujeres del nuevo mundo, en las ciudades de Bolivia entre 1920-1930, al respecto Ximena Medinaceli [5]relata:

“Resulta ilustrativo conocer cómo se expresan: Retraigámonos en el hogar… presentémonos sencillas y humildes en el vestir, seamos virtuosas…si somos felices en la vida conyugal, para que esa felicidad perdure, y si somos desdichadas, para redimir a los que no han sabido comprendernos y para demostrar que somos dignas de mejor suerte” (Atlántida No.10, 1920).

Dentro del hogar, se subraya la maternidad y la relación con el esposo, bajo cuya autoridad se somete toda la familia, por lo menos como norma.

“…que nuestra vida es para alegrar la de los varones que trabajan y se desvelan por nosotras” (Ilustración No. 15. 1921).

“…a él por fuerte se le permiten todas las debilidades, por valiente todas las cobardías…” (Adela Zamudio, Paredes, 1964).

Con esto quiero dar a conocer también el machismo que existía en esta época, que viene como manifestamos desde la edad antigua, y cuyo efecto continúa en la actualidad en muchas culturas tanto en occidente como en oriente.

Otro ejemplo de esto es durante el Imperio Napoleónico, la consideración de la mujer fue:

“El marido debe proteger a su mujer, y la esposa debe obedecer al marido, sirviéndole hasta como empleada. Las mujeres casadas no están autorizadas a firmar ninguna clase de contratos. Una esposa sólo puede solicitar el divorcio, si la amante del marido vive de hecho en el domicilio familiar. No creo que debamos hacer plan de estudios para las niñas, no está hechas para recibir ningún tipo de educación, con que aprendan buenas maneras es suficiente, el matrimonio es lo único que importa”.[6]

Con la Revolución Industrial el papel de la mujer no mejoró mucho, e la economía preindustrial la mujer participaba en las actividades artesanales dentro del hogar; pero con la llegada de la Primera Revolución Industrial las mujeres quedaron excluidas de la producción. Su papel fue atender el hogar y los hijos.

Mayoritariamente eran las mujeres solteras, las jóvenes y las niñas que trabajan en el mundo fabril; aunque recibiendo unos salarios mucho más bajos que los de sus compañeros varones.

A medida que transcurrió el siglo XIX y se produjo la Segunda Revolución Industrial:

“Las mujeres no debían participar de la producción y menos aún en la política; ya que estas debían permanecer en el hogar. La mujer tenía dos destinos posibles: ama de casa o prostituta”.[7]

No fue sino que en la Primera Guerra Mundial la movilización de los hombres al campo de batalla provocó un vacío en los distintos sectores económicos que urgía cubrir.

Fueron las mujeres excluidas de la lucha, las reclamadas para trabajar; así ocuparon puestos administrativos en instituciones, oficinas, bancos; fueron conductoras de autobuses, camiones, taxis; etc.…

Pero esto no significó que se reconociera su valía; por lo que los salarios siguieron siendo más bajos que los de los hombres.

Se iniciaron las demandas por la igualdad salarial, y los sueldos fueron subiendo; pero sin ser iguales[8].

Tras la Segunda Guerra Mundial la mujer fue adquiriendo derechos y el voto en aquellos países democráticos en los que aún no lo había alcanzado.

Tras la creación de la ONU, el 24 de Oct. de 1945 se fueron redactando diversos documentos como la Declaración de los Derechos Humanos (1948); pero no se tuvo en cuenta la especial situación de discriminación y abuso que mujeres y niñas del planeta sufrían y continúan sufriendo por el mismo hecho de ser mujeres.

En la Conferencia Mundial de Derechos Humanos, celebrada en Viena en 1993: los derechos humanos de la mujer y de la niña son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales. Entre uno de sus puntos con respecto al tema de la discriminación de la mujer señala:

“Considerando que la redacción Universal de Derechos Humanos reafirma el principio de la no discriminación y proclama que todos los seres humanos, nacen libres e iguales en dignidad, y derechos…Recordando que la discriminación contra la mujer viola los principios de igualdad, de derechos y del respeto de la dignidad humana, que dificulta la participación de la mujer, en las mismas condiciones del hombre…Resueltos a aplicar los principios enunciados sobre la eliminación de la discriminación contra la mujer, y para ello, adoptar las medidas necesarias a fin de suprimir esta discriminación en todas sus formas y manifestaciones.

Han convenido en lo siguiente (…).[9]

Y así llegamos hasta hoy, donde la violencia contra la mujer adopta diversas formas, incluidas la violencia en el hogar, conocida como violencia doméstica o violencia intrafamiliar que en occidente y tiende a elevarse los casos de esta naturaleza.

Según Bernardo Kliksberg[10] el prestigioso Instituto Sangari del Brasil, informa en su riguroso Mapa de la Violencia 2011, que cada 2 horas es asesinada en ese país una mujer por parientes, esposos, novios, ex u hombres rechazados. El 40% de las mujeres asesinadas tenían sólo entre 18 y 30 años.

En Colombia 6603 mujeres, fueron asesinadas entre el 2004 y el 2008, en el 71% de los casos, el agresor era el marido o ex marido.

 En Perú crece la violencia doméstica, en el 2009 hubo 135 feminicidios[11] , 56.3% de las mujeres fueron asesinadas desde el 2001.

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

www.islamoriente.com , Fundación Cultural Oriente

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[1] www.mercaba.org

[2] www.arteguías.com

[3] Escritora, investigadora, colaboradora de Arte guías.

[4] www.Iniciativacomunista.org

[5] “Alterando la rutina”. Mujeres en las ciudades de Bolivia 1920­­­-1930. CIDEM.

[6] www.slideshare.net

[7] www.ahistcon.org/…/Pilar %20 Díaz %20 Sanchez.pd…

[8] www1.Cuny.edu/Portal.

[9] prodiversitas.bioética.org/doc.97.Htm

[10] Asesor principal de la Dirección Regional para América Latina y el Caribe del PNUD.

[11] Homicidio evitable de mujeres por razones de género. Entra dentro las esferas de la violencia contra la mujer. Es.wikipedia.org/wiki/Feminicidio

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