LECCIONES SOBRE LAS CIENCIAS CORÁNICAS

La Historia del Corán (III)

El descenso del Corán y el orden de sus aleyas y suras

 Por: Husaîn Yavân Ârâsteh

Traducción: Dra. Zohre Rabbani

Las Aleyas y las Suras en el Corán

El Corán ha sido compilado en el marco de 114 suras y cada una de éstas contiene un número diverso de aleyas. En este capítulo analizaremos los significados de las aleyas, las suras, y los nombres y clasificación de las suras del Corán. También estudiaremos el número de las aleyas y términos de este Libro Sagrado.

A) El significado de “Âiah”.[1]

El significado lingüístico del vocablo “Âiah” (aleya)  es “signo o señal clara y evidente”. Ibn Fâris argumenta: “Aleya, es un signo”.[2] Râgib también ha manifestado: “Aleya, es una señal clara”.[3] En los empleos coránicos ha sido utilizado este mismo significado lingüístico, teniendo en cuenta sus diferentes aspectos:

  • Signo y señal:

﴿ قَالَ رَبِّ اجْعَل لِّي ءَايَةً ﴾

Qâla rabbi-ÿ‘al lî âiah

«Dijo: ¡Oh, Señor mío! Concédeme un indicio (âiah) de ello!»[4]

  • Milagro:

﴿ هَذِهِ نَاقَةُ اللّهِ لَكُمْ ءَايَةً ﴾

Hâdhihî nâqatul·lahi lakum Âîah

«Ésta es la camella de Al·lah que es un milagro (âiah) para vosotros».[5]

﴿ وَلَئِنْ أَتَيْتَ الَّذِينَ اُوتُوا الْكِتَابَ بِكُلِّ ءَايَةٍ مَا تَبِعُوا قِبْلَتَكَ ﴾

Wa la’in ataîtal ladhîna ûtûl kitâba bi kul·li âîatin mâ taba‘û qiblataka

«Aún cuando presentaras cualquier clase de milagros (âiah) ante quienes recibieron el Libro, jamás adoptarán tu qiblah».[6]

  • Mandato:

﴿ مَا نَنَسَخْ مِنْ ءَايَةٍ أَوْ نُنْسِهَا نَأْتِ بِخَيْرٍ مِنْهَا أَوْ مِثْلِهَا ﴾

Mâ nansaj min âîatin aû nunsihâ nâ’ti bijaîrin minhâ aû mizlihâ

«No abrogamos ningún mandato (âiah) ni lo dejamos en el olvido, sin reemplazarlo por otro mejor o semejante».[7]

  • Creación:

﴿ فَاَرْسَلْنَا عَلَيْهِمُ الطُّوفَانَ وَالْجَرَادَ وَالْقُمَّلَ وَالضَّفَادِعَ وَالدَّمَ ءَايَاتٍ مُفَصَّلاَتٍ ﴾

Fa arsalnâ ‘alaîhimut tûfâna wal ÿarâda wal qummala wad dafâdi‘a wad dama âîâtin mufassalât

«Entonces les enviamos el diluvio, la langosta, los parásitos, las ranas y la sangre como signos (âîâtin) evidentes».[8]

  • Profetas y seres próximos a Dios:

﴿ لَقَدْ كَانَ فِي يُوسُفَ وَإِخْوَتِهِ ءَايَاتٌ لِلسَّآئِلِينَ ﴾

La qad kâna fî îûsufa wa ijwatihî âîâtun lis sâ’ilîn

«Por cierto que en (la historia de) José y sus hermanos hay signos (âîâtun) para los que inquieren».[9]

“El milagro es un signo y señal de parte de Dios que corrobora la veracidad de los dichos del Profeta (BP) y la incapacidad del ser humano de traer algo parecido. Los mandatos y órdenes Divinos, debido a la devoción y aproximación a Dios que acarrean, son signos y señales. Los seres externos también son signos de Dios porque anuncian la existencia de un Creador. Y por último, los Profetas y seres próximos a Dios son signos, ejemplos y señales de la Majestuosidad Divina ya que sus dichos y prácticas convocan a la gente hacia Dios”.[10]

El significado terminológico de “Âiah”.

La palabra “âiah” (aleya), terminológicamente, tiene una raíz coránica y ha sido utilizada en algunos casos:

1.       ﴿ كِتَابٌ فُصِّلَتْ ءَايَاتُهُ قُرْءَاناً عَرَبِيّاً لِقَوْمٍ  يَعْلَمُونَ

Kitâbun fussilat âîâtuhu qur’ânan ‘arabîîan liqaûmin îa‘lamûn

«Es un Libro cuyas aleyas han sido detalladas. Es un Corán arábigo para gente que tiene conocimiento».[11]

2.                       ﴿ المر تِلْكَ ءَايَاتُ الْكِتَابِ

Alif Lâm Mîm Râ’. Tilka Âîâtul Kitâb

«Alif Lâm Mìm Râ’. Éstas son las aleyas del Libro».[12]

3.                    ﴿ الر تِلْكَ ءَايَاتُ الْكِتَابِ الْحَكِيم ﴾ِ

Alif Lâm Râ’. Âîâtul Kitâbil Hakîm

«Alif Lâm Râ’. He aquí las aleyas del Libro Prudente».[13]

4.                   ﴿ وَإِذَا تُلِيَتْ عَلَيْهِمْ ءَايَاتُهُ زَادَتْهُمْ إِيمَاناً ﴾

Wa idha tulîat ‘alaîhim Âîâtuhu zâdathum îmânan

«Y cuando se les recita sus aleyas se les acrecienta su fe».[14]

En los casos mencionados la palabra “aleya” fue utiliza para referirse a un vocablo o vocablos del Corán independientes de la frase anterior y posterior a ésta, y forma parte de una sura.

B) El significado de “Sûra”.

﴿ سُورَةٌ أَنزَلْنَاهَا وَفَرَضْنَاهَا وَأَنزَلْنَا فِيهَآ ءَايَاتٍ بَيِّنَاتٍ ﴾

Sûratun anzalnâhâ wa faradnâhâ wa anzalnâ fîhâ âîâtin baîînâtin

«He aquí una sura que hemos revelado, impuesto, y en la que revelamos lúcidas aleyas».[15]

Lingüísticamente el vocablo “Sûra” ha sido utilizado de dos formas: con y sin el grafema “hamzah” .

1. Con el grafema es “Su’r”. Este vocablo significa sobrante de bebida o comida, y su plural es “Asâr”.

2. En caso de que no lleve grafema o vocal corta proviene de la raíz “Sûr” que significa “pared”, del mismo modo que el árabe llama “Sûr Al-Madînah” al muro que rodea la ciudad. Râgib manifiesta: “El “Sûr” de la ciudad es un muro que la rodea, y la Sura del Corán, en forma metafórica, es como un muro para las partes del Corán, a las cuales abarca al igual que un muro a la ciudad.” El plural de este término con esta definición es “âswâr” y “sîrân”.[16]

3. “Sûra” originalmente significaba el enaltecimiento y la elevación. Ibn Fâris manifiesta: “Sîn”, “wau”, “râ’” es una raíz única con el significado de “elevación” y “enaltecimiento”.

El plural de “Sûra” cuando significa jerarquía y elevación es, “sûr”, “suwar”, “sûrât” y “suwarât”. Cualquiera de los tres significados arriba mencionados concuerda con el significado terminológico de “sura” que es un grupo de aleyas en un marco específico, comenzando con el Nombre de Dios.

“Sûra” si es que su raíz tiene hamzah, fue llamada así porque es una parte del Corán. O porque la sura del Corán es como una fortaleza inquebrantable e impenetrable, y del mismo modo que las torres y muros de una ciudad, abarcan y dominan la ciudad, la Sûra también abarca las aleyas y las relaciona.

En el tercer significado es denominado “Sûra” porque es palabra de Dios y goza de nobleza, jerarquía y un rango elevado; o porque su lectura y recitación enaltecen y engrandecen la jerarquía de su recitador.

Según nuestra opinión, la tercera probabilidad es la más correcta; ya que “sûra” según la terminología del Corán, sólo tiene su plural como “suwar” y este término coincide con la tercera versión.

El vocablo “Sûra” en forma singular ha sido empleado en el Corán en nueve casos, con su significado terminológico.

C) La filosofía de la división del Corán en suras.

En cuanto a la razón y filosofía de la división del Corán en diferentes suras, los expertos del Corán han enumerado varios provechos. Naturalmente la división del Corán en suras por parte de Dios, no fue realizada sin sabiduría ni objetivo, ya que en el Corán existe la mayor minuciosidad y delicadeza e incluso existe una atención especial en la elaboración de sus letras y palabras. Aquí exponemos algunos de los beneficios de la división del Corán en suras y recordamos que definitivamente éstos no se limitan a lo que nosotros mencionamos:

1. Los diferentes objetivos y los diversos temáticos: En  muchas suras existe un específico objetivo, que es el eje de todas las aleyas de esa sura. Incluso algunos intérpretes opinan que cada sura busca un objetivo particular.[17] Este objetivo particular ha hecho que las aleyas vinculadas estén unidas en el marco de una sura, como por ejemplo: Las Suras Îûsuf (José), An-Naml (La Hormiga), Al-Fîl (El Elefante) etc., nos relatan la historia de un profeta o un acontecimiento histórico.

2. El aprendizaje, la recitación y memorización del Corán: La separación del Corán en suras facilita a los buscadores y devotos de la Palabra Divina el aprendizaje y enseñanza de éste. Cuando el recitador del Corán termina una sura, se siente más ansioso por iniciar la lectura de la siguiente. Este asunto en especial es más claro en la memorización del Corán, ya que la división en pequeñas y grandes partes facilita la memorización del Libro, de lo contrario disminuiría la ansiedad por memorizar el Corán y su memorización se dificultaría.

3. La inmunidad y resguardo del Corán ante la alteración de su texto: Una de las delicadezas del Corán y uno de sus aspectos milagrosos es esta misma división en partes independientes, llamadas “sura”. Esto facilitó su memorización, en especial las suras mecanas que eran en el comienzo de su descenso, cortas y rítmicas, y cada musulmán por lo menos podía memorizar algunas de ellas. Naturalmente fueron muchos quienes memorizaron todo el Corán ‑según lo mencionaremos más adelante-.

4. Nada se compara al Corán, ni siquiera en las pequeñas suras: La división del Corán en suras, en las cuales el número de sus aleyas difiere en gran número una de otra, por sí solo constituye otro fenómeno interesante en el Corán, ya que el Corán ha convocado a todos a desafiarlo y ha dicho que si pueden traigan algo parecido. Este desafío abarca hasta las suras más cortas. El Corán, con su división en suras pequeñas y grandes, señala esta verdad que, la brevedad y extensión de las suras, no es condición de su milagro. Cada sura, por más corta que sea, se encuentra en la cima del milagro y la majestuosidad.

D) La clasificación de las suras.

Los expertos del Corán, en una clasificación general, han dividido las suras coránicas en cuatro grupos, otorgando a cada uno de éstos un nombre especial:

1. As-Sab‘ut Tuwal o las siete suras más largas. (Tuwal” es plural de tûlâ” que es el femenino de “atwal” y significa “largo”). Éste es el nombre de siete suras grandes del Corán que son: Al-Baqarah, Âli ‘Imrân, An-Nisâ’, Al-Mâ’idah, Al-An‘âm, Al-A‘râf, pero respecto a la séptima sura existen diferentes opiniones, según Sa‘îd Ibn Ÿubaîr es la Sûra Îûnus, y según algunos otros es la Sûra Al-Kahf .[18]

2. Al-Mi’ûn (las centenales): Estas suras son más cortas que las suras tuwal” y sus aleyas son alrededor de cien. Éstas son: At-Taûbah, An-Nahl, Hûd, Îûsuf, Al-Kahf, Al-Isrâ’, Al-Anbîâ’, Tâ Hâ, Al-Mû’minûn, Ash-Shu‘arâ’ y As Sâfât.

3. Al-Mazânî: Las suras cuyas aleyas son menos de cien, las cuáles son aproximadamente veinte suras.

4. Al-Mufassal (separado): Las suras cortas fueron denominadas “mufassal”, ya que son cortas y separadas a través de “Bismil·lah...”, o porque son muchas las separaciones de las aleyas en éstas. No existe diferencia de opiniones en que la última sura “mufassal” fuese la Sûra An-Nâs. No obstante, respecto a la primera sura “mufassal” existen versiones diferentes. Suîûtî  enumera doce versiones, que de entre éstas la obra At-Tamhîd prefiere la Sura Ar-Rahmân, mientras que las obras Manâhilul ‘Irfân y Muÿaz ‘Ulûmil Qur’ân, mencionan a la Sura Al-Huÿurât como la primera sura “mufassal”.[19]

Ha sido registrada una narración del Mensajero del Islam (BP) que dice:

أعطيت مكان التوراة، السبع الطول، و أعطيت مكان الزبور، المئين و أعطيت مكان الإنجيل، المثاني و فضلت بالمفصل

“Me fueron cedidas siete suras largas en lugar de la Torá, las suras mi’ûn en lugar de los Salmos y las suras mazânî en lugar de la Biblia, y me hicieron superior a los demás con la concesión de las suras mufassal”.[20]

Existe otro tipo de clasificación para las suras coránicas como: las suras mumtahanât, musabbahât, hawamîm (o sea, las suras comenzadas con las letras Ha’ Mîm) y las suras ‘azâ’im (las suras que tienen prosternación obligatoria: As-Saÿdah, Fussilat, An-Naÿm y Al-‘Alaq).

Este tema lo desarrollaremos en la cuarta parte de este libro cuando tratemos el tema de las características de los manuscritos de los Compañeros del Profeta (BP).

E) El número de suras, aleyas y palabras del Corán:

1. El número de suras y aleyas:

Todos están de acuerdo que el número de las suras coránicas es de ciento catorce. No obstante en la cantidad de las aleyas existe una diferencia de opinión. Esta diferencia no se debe a la disminución o agregado de aleyas, sino que únicamente es a causa de la forma en que fueron numeradas las aleyas. Han relatado que el motivo de la diferencia se debió a que el Profeta del Islam (BP) en el comienzo de cada aleya hacia un intervalo, luego unía esta aleya a la aleya siguiente. Por lo tanto, algunos suponían que esta unión se debía a que la aleya recitada no estaba completa, lo cual ocasionó diferencia de opiniones en el número de aleyas entre los musulmanes.[21]

Meramente esta diferencia es una diferencia externa y aparente, sin tener nada que ver con las aleyas y palabras del Corán en sí.

Cada uno de los famosos recitadores del Corán en las importantes ciudades islámicas sostenía una opinión diferente en cuanto al número de aleyas. Esas diferentes numeraciones eran conocidas con el nombre de las ciudades. Como ejemplo, cuando se dice el número “mecano” o “mequí” es decir, el número de las aleyas Coránicas según la gente de La Meca que se basaba en la opinión de uno o algunos recitadores más famosos de esa ciudad.

Quienes consideran el número de las aleyas coránicas 6236, han preferido la “kufî” a otras numeraciones. Este número se atribuye a Hamzah Ibn Habîb Zaîîât, Abul Hasan Kisâ’î y Jalaf Ibn Hishâm. Hamzah ha manifestado que este número es trasmitido a través de Ibn Abî Laîlâ, que a su vez narra de Abû ‘Abdu Rahman Sulamî y él de Imâm ‘Alî Ibn Abî Tâlib (P).[22]

2. El número de palabras en el Corán

Existe también entre los intérpretes y lingüísticos una diferencia en el número de aleyas; esta diferencia se debe también al modo de contar las aleyas y los artículos y prefijos o sufijos de las palabras, y no a otra cosa. Todas estas diferencias han terminado a través de la elaboración de la importante obra del Dr. Mahmûd Rûhânî “Al-Mu‘ÿam Al-Ihsâ’î lil Qur’ânil Karîm”, el Diccionario Estadístico del Censo de las Palabras del Generoso Corán. Esta colección incomparable que se ha realizado con elevada exactitud es el diccionario más exacto y completo que nos presenta las estadísticas de las palabras y términos del Corán en los diferentes campos.

El cómputo de las palabras coránicas en este Diccionario se ha realizado con dos diferentes métodos:

1. El cómputo directo (palabra por palabra).

2. El cómputo indirecto (el cómputo de las palabras derivadas y sus raíces).

De este modo, comparando los dos métodos mencionados y el ajustamiento de sus resultados mutuamente, se ha obtenido la siguiente estadística confiable:

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[1] Ver: Manâhil-ul ‘Irfân, t.1, p.338-391; Tâ’rîj Qur’ân, Dr. Râmîâr, p.549.

[2] Muqâîîs Al-Lugah.

[3] Mufradât, de Râgib Al-Isfahânî

[4] Sûra Marîam, 19:10

[5] Sûra Al-‘Arâf, 7:73.

[6] Sura Al-Baqarah, 2:145.

[7] Ídem 2:106.

[8] Sura Al-‘Arâf, 7:133.

[9] Sura Îûsuf, 12:7.

[10] Al-Mizân, t.1, p.250.

[11] Sûra Fussilat, 41:3.

[12] Sûra Ar-Ra‘d, 13:1.

[13] Sûra Îûnus, 10:1.

[14] Sûra Al-Anfâl, 8:2.

[15] Sûra An-Nûr, 24:1.

[16] Mufradât; Al-Itqân, t.1, p.165.

[17] Recurrir a los libros de exégesis coránica, como Al-Mizân, en los comienzos del desarrollo de cada sura.

[18] Al-Itqân, t.1, p.199.

[19] Recurrir a Al-Itqân, t.1, p.200; At-Tamhîd, t.1, p.251; Manâhi-ul ‘Irfân, t.1, p.352, Mûÿaz ‘Ulûmil Qur’ân, p.180.

[20] Al-Itqân, t.1, p.180.

[21] Al-Itqân, t.1, p.21; Mûÿaz ‘Ulûmil Qur’ân, p.181.

[22] Al-Itqân, t.1, p.211.

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