CARTA PREMONITORIA

Del Imam Jomeini, Fundador de la República Islámica de Irán, a Mijail Gorbachov, durante el período de su presidencia de la U.R.S.S.

            El día 7 de enero de 1989, una delegación de alto rango iraní, entregó una carta mensaje del Imam Jomeini, en la secretaría del Presidente Gorbachov. A la mañana siguiente, la delegación fue recibida en el Palacio del Kremlim, por el Presidente. La entrevista duró unas dos horas.

            La visita tuvo hondas repercusiones internacionales y, el contenido de la misiva, se extendió por todo el mundo. Esto es parte del texto:

            «En el Nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso»

            A su Excelencia el Sr. Mijail Gorbachov, Presidente de la U.R.S.S.

           

            Expreso mis deseos de felicidad y prosperidad, para su Excelencia y el pueblo de la Unión Soviética.

            Desde vuestra asunción al poder se ha tenido la impresión que su excelencia al analizar los sucesos políticos mundiales, particularmente aquellos pertenecientes a la Unión Soviética, se ha encontrado, por sí mismo, en una nueva época de reevaluación, cambio y enfrentamiento, y su coraje e iniciativa al tratar las realidades del mundo es muy posible que ocasionen cambios que trastornarían las ecuaciones del poder dominante en el mundo. En consecuencia considero necesario traer ciertos asuntos a vuestra atención.

            Sea como fuere, si sus nuevos pasos y decisiones son usados, simplemente, como un medio para controlar la crisis del partido y para resolver alguno de los problemas que enfrenta vuestro pueblo, su valor en revaluar una escuela de pensamiento, que encadenado por décadas a la juventud revolucionaria del mundo, detrás de su cortina de hierro, es, verdaderamente, digna de elogio. Pero si usted está considerando dar un paso más hacia delante, lo que primero asegurará vuestro éxito, es la revaluación de las políticas, nefastas, por parte de vuestros predecesores, con respecto a Dios y a la religión de la sociedad, política que dio, sin ninguna duda el golpe más pesado al pueblo soviético.

            Esté seguro que éste es el único camino por el que los problemas mundiales pueden ser tratados, con plena efectividad.

            Es obvio que a causa del resultado de las políticas económicas, mal encaminadas, por las ex autoridades comunistas, es posible que se le presentará fascinante la ilusoria felicidad del mundo occidental, pero la verdad está en otro lado. Si esperan, desde esa conyuntura, cortar los nudos gordianos del socialismo y el comunismo, acudiendo al centro del capitalismo occidental, ustedes, lejos de remediar los males de vuestra sociedad, están cometiendo una equivocación, la cual, aquellos que vengan, posteriormente, la tendrán que borrar; pues si el marxismo ha llegado hasta el atolladero, en sus políticas sociales y económicas, el capitalismo también se encuentra atascado en esto, así como en otros aspectos, aunque de un modo diferente.

            Sr. Gorbachov,

            La realidad debe ser confrontada. El problema principal que enfrenta vuestro país no es el de la propiedad privada, el de la libertad y el de la economía; vuestro problema es el de la verdadera ausencia de fe en Dios: el mismo problema que ha arrastrado y arrastrará al occidente hacia lo vulgar y a un callejón sin salida. Vuestro problema fundamental es la guerra prolongada e inútil, que hacen contra Dios, la fuente de la existencia y de la creación.

            Sr. Gorbachov,

            No hay duda, para todo el mundo, que a partir de ahora, al comunismo solo se le encontrará en los Museos de la Historia de la política universal;  pues el marximo no satisface ninguna de las necesidades reales de la humanidad.

            El marxismo es una ideología materialista y el materialismo no puede sacar a la humanidad de la crisis causada por falta de creencia en la espiritualidad, lo que es la principal consternación de la sociedad humana, tanto en oriente como en occidente.

            Sr. Gorbachov,

            Es muy probable que usted, en teoría, no haya vuelto la espalda a ciertos aspectos del marxismo y posiblemente, en entrevistas le continúe profesando sincera lealtad, pero en la práctica usted sabe bien que no es así.

            El líder de China dio el primer golpe al comunismo y ustedes han dado el segundo y, aparentemente, el golpe final.

            Hoy ya no contamos con algo semejante al comunismo en el mundo. Se están demoliendo los muros de las ilusiones marxistas; sin embargo llamo vuestra atención, para que no caiga en la trampa del Occidente ni del Gran Satán.

            Espero que a usted le corresponderá el honor de limpiar la suciedad de setenta años de aberración comunista de la faz de la historia y de vuestra nación.

            Hoy, aquellos aliados suyos que se interesan, genuinamente, por sus tierras y pueblos, ya no desean sacrificar sus recursos bajo tierra ni en la superficie para mantener vivo el éxito del comunismo, una ideología cuyo estruendo de colapso ya ha llegado a oídos de sus hijos.

            Sr. Gorbachov,

            Cuando tras setenta años se escucha, desde los alminares de las mezquitas, de algunas de vuestras repúblicas, la llamada (a la oración): “Dios es más Grande” y el testimonio de la profecía del Sello de los Profetas: Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él y sus descendientes), todos los seguidores del Islam, puro, a ejemplo del Profeta Muhammad, se conmueven, hasta derramar lágrimas, en un clima de éxtasis. Por lo que encuentro necesario recordarle que reflexione, una vez más, sobre las visiones mundiales materialistas y teístas.

            Los materialistas consideran el sentido como el solo criterio del conocimiento y son de la opinión que todo lo que se desconoce a través de los sentidos, cae fuera del dominio del conocimiento. Identifican la existencia con la materia y consideran no existente algo que no tenga cuerpo material.

            Inevitablemente, estiman el mundo invisible de Dios Todopoderoso, la Revelación Divina, la Profecía y la Resurrección, como simples ficciones. Por otro lado, los teístas consideran tanto los sentidos como la razón, los criterios del conocimiento y mantienen que todo lo que se puede conocer a través de la razón, se sitúa dentro del reino del conocimiento, aunque no sea perceptible. Entonces, para los teístas la existencia es inclusiva, tanto en lo no visto como en lo manifiesto, pues para que una cosa exista no es necesario que se posea un cuerpo material. De la misma manera que una cosa material depende de una cosa incorpórea, la percepción sensorial es dependiente de la percepción racional.

            El Sagrado Corán condena los fundamentos del pensamiento materialista y dirigiéndose a aquellos que dicen :

            “No creeremos en ti hasta que veamos a Dios claramente”. (2 : 55)

            Proclama:

            “La visión no le alcanza; pero Él sí que alcanza toda visión. Es el Sutil, el bien Informado”. (6 - 103)

            No me place presentar aquí los argumentos coránicos, relacionados con la Revelación Divina, la Profecía y la Resurrección, dado que, desde vuestro punto de vista son discutibles. Realmente no es mi deseo el enredarlo en vueltas y revueltas, de los argumentos filosóficos, particularmente los de la filosofía islámica.

            Me contentaré con presentar uno o dos ejemplos intuitivos simples, de los que hasta los políticos pueden beneficiarse...

           

            ...Sr. Gorbachov,

            Tras mencionar estos problemas y cuestiones preliminares, permítame invitarle a que estudie, con seriedad, el Islam y no es porque el Islam y los musulmanes precisen de usted, sino porque el Islam exalta los valores universales que brindan comodidad y salvación a todas las naciones y extirpan los problemas básicos de la humanidad.

            Un verdadero entendimiento del Islam puede liberarle, para siempre, del problema de Afganistán y de otras complicaciones similares. Nosotros tratamos a todos los musulmanes del mundo como si fueran musulmanes de nuestra propia nación y participamos siempre en su destino.

            Usted al conceder algunas libertades a ciertas de sus repúblicas en asuntos relacionados con prácticas religiosas, ha demostrado que ya no considera la religión como “el opio del pueblo”. Verdaderamente, ¿cómo puede ser el Islam el opio del pueblo, cuando es una religión que ha hecho a los iraníes tan firmes como una montaña contra las superpotencias? ¿Es, acaso, el opio del pueblo una religión que busca la administración de la justicia en el mundo y la libertad del hombre de las trabas materiales y espirituales?

            La religión es, solamente, el opio del pueblo cuando induce a los países islámicos y los no-islámicos a que entreguen sus recursos materiales y espirituales en las garras de las grandes y pequeñas potencias, y predica que la religión, es, más bien, lo que nuestro pueblo llama “una religión a la americana”.

            En conclusión, declaro, solemnemente, a la República Islámica de Irán como la base más grande y poderosa del mundo islámico y que puede fácilmente llenar el vacío de la fe religiosa en vuestra sociedad. En todo caso, nuestro país, como en el pasado, honra las buenas relaciones bilaterales y de vecindad.

            La paz sea sobre quien siga la buena dirección.

            Ruhol·lah Al-Musawi Al-Jomeini.

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

www.islamoriente.com, Fundación Cultural Oriente

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