Un vistazo a la vida de Muytahida Nusrat Amin, conocida con el apodo “la dama iraní”

Extraído de la Revista Kauzar N° 68

Introducción

En el mundo islámico, siempre han existido mujeres destacables y comprometidas que han sido fuente de infinitas bendiciones en distintos ámbitos, tales como; ciencia, cultura, literatura, así como en los frentes de esfuerzo, sacrificio, autoconstrucción y purificación.

Homenajear a estas mujeres ejemplares es un deber que debemos esforzarnos en cumplir siempre.

Es por eso que aquí echemos un vistazo a la personalidad de uno de los verdaderos ejemplos de la sociedad de la República Islámica que goza de grados realmente elevados tanto de conocimiento, como de práctica del mismo y, ciertamente, ha sido un orgullo entre las mujeres del mundo islámico. Esta gran y humilde dama muytahida (jurisprudente) llevaba el nombre de Saiieda Nusrat Amin.

Extracto de su testamento

“Yo recomiendo a todas mis hermanas y hermanos, de los creyentes y musulmanes, todo aquello en lo que creo verdaderamente de los asuntos que resultan en la felicidad, triunfo, perfección y salvación y pido a Dios, Altísimo y Único que me ayude a mí y a todos los creyentes y las creyentes a alcanzar todo aquello. Yo les recomiendo la piedad, la piedad correcta, la atención a Dios, Glorificado Sea, con toda vuestra voluntad y fuerza, y no distraerse de Él ni un solo instante, sea que gocen de tranquilidad y salud o sufran dificultades y enfermedad, sea que disfruten de comodidad o padezcan pobreza. Estén siempre recordando a Dios, tanto con vuestros corazones como con vuestras lenguas y no abandonen la obediencia a Él en sus permisos, ni en sus prohibiciones”.

Su purificada alma se ha unido al mundo celestial el primer día del mes de Ramadán del año 1403, equivalente al mes de Junio de 1984.

Sus obras:

  • El cofre de misticismo en la exégesis del Sagrado Corán (quince                                  tomos)
  • Arba’in Al-Hashemiia (en idioma árabe)
  • Yame’u Ash-shitat (en idioma árabe)
  • La resurrección o la última estación de la humanidad (en idioma persa)
  • Nafahat Rahmaniia (en idioma persa)
  • Fil-Waridat Al-qalbiia (en idioma árabe)
  • La moral (en idioma árabe)
  • Método para alcanzar la felicidad, recomendaciones a las hermanas en la fe (en idioma árabe)
  • Majzanul-La-ali fi Manaqibi Maula Al-Mawali Ali (la paz sea con él)
  • Viaje espiritual, el método de los próximos (a Dios) y el camino de los felices

La dama Amin y la Revolución islámica

La dama Amin tenía una gran convicción y devoción por la Revolución Islámica de Irán y su gran líder. Una de sus alumnas relata al respecto: en el año 1980, la Hayya Nusrat Amin no podía salir de su casa pero, se mantenía informada acerca de lo que acontecía en la Revolución a través de la televisión.

 Cuando el Imam Jomeini (r.a) interpretó la sura “La apertura”, públicamente, ella se veía totalmente compenetrada en cada palabra que él decía, es por eso que decidió comenzar a estudiar las obras del Imam. Ella decía: ‘El Imam tiene un conocimiento muy elevado, es por eso que puede realizar cosas tan sorprendentes’”.

Cabe decir que asimismo, el Imam también solía preguntar por la muytahida Nusrat Amin.

El señor Kamal Faqih Imani, un sheij (clérigo) de la ciudad de Isfahan cuenta: “Cada vez que me hacía presente ante el Imam, él me preguntaba siempre por la Hayya Nusrat Amin, su estado de salud y sus ocupaciones y, a su vez, cuando visitaba a esta gran dama iraní, ella repetía constantemente sus plegarias a Dios, pidiendo por la salud, éxito y avance del Imam Jomeini hacia sus sagrados objetivos”.

Su infancia y adolescencia

La Saiieda Nusrat Beigum Amin, conocida como Banu Muytahida Isfahaní Amin, nació en la ciudad de Isfahan el año 1895, descendiente del Imam Ali Ibn Abi Taleb (la paz sea con él) con treinta ancestros de por medio.

Su padre, el Hayy Muhammad Ali Aminut-Tuyyar (el confiable entre los comerciantes), fue una persona honorable, grandiosa, creyente y de los comerciantes conocidos y religiosos de esa época. Su madre, Zahra, la hija del Saiied Mahdi, conocido como Yenab, fue una mujer religiosa, creyente, que recordaba constantemente a Dios y era caritativa con los más necesitados.

Banu Amin comenzó sus estudios a los cuatro años, aprendiendo el Sagrado Corán y el idioma árabe y, desde su más tierna infancia, comenzó a gozar de una atención especial de Dios, Todopoderoso y Su amor divino. Desde esa tan temprana edad, su inclinación por la verdad y la unicidad era evidente.

Ella misma narró: “En mi infancia y adolescencia tenía mucho interés por estudiar libros y escuchar conferencias de religión. Cada vez que mis cercanos se proponían descansar y distraerse, yo me quedaba estudiando. Ellos me criticaban y reprochaban: ‘¿cómo puede ser que sólo te dediques estudiar y no te diviertas? Eso no es lógico, eso se debe a algún problema’. Yo soportaba todas esos reproches y burlas por el profundo amor que tenía por el estudio”.

La señora Nusrat Amin se casó a los quince años de edad con su primo, Mirza, conocido como Mu’inut-Tuyyar (el auxiliante de los comerciantes), un exitoso y honesto comerciante de la ciudad de Isfahan.

Brillante, tanto en conocimiento, como en su accionar

Ella comenzó a estudiar jurisprudencia, usul, exégesis coránica y hadiz desde los veintiún años. Ella misma relata al respecto: “El favor de Dios siempre me acompañó en mi camino y mientras estudiaba, a veces, era agraciada con estados muy luminosos y espirituales”.

Banu Amin también era una entendida en filosofía y mística.

La prueba y desgracia más grande que Dios, Generoso, puso en su camino y sirvió para purificarla y acercarla a Él fue la pérdida de sus hijos. Siete hijos suyos fallecieron debido a diferentes razones y enfermedades, de manera que sólo uno de sus hijos logró sobrevivir.

Estas desgracias no lograron debilitar en lo más mínimo su incomparable voluntad y fuerza. Cuando falleció uno de sus hijos, el Aiatullah Nayaf Abadi (maestro de Banu Nusrat Amin) suspendió sus clases por algunos días. Entonces, la muytahida fue en su búsqueda y le preguntó por qué había hecho tal cosa. Él le respondió, con mucho respeto y compasión, que sentía vergüenza impartir las clases siendo que su hijo había fallecido tan recientemente. La sorprendente respuesta de esta gran mujer fue: “Yo siento vergüenza ante Dios al ser que han pasado varios días sin que haya leído, ni aprendido nada. Dios me había dado algo (refiriéndose a su hijo) y Dios se lo llevó. Era una confianza divina”.

La piadosa Nusrat Amin obtuvo el permiso de iytihad luego de haber sido alumna de grandes maestros, tales como: Aiatullah Saiied Abul Qasim Dehkardí, Huyyatul-Islam wal-muslimin Mirza Ali Asghar Sharif, Aiatullah Mirza Ali Shirazí, Huyyatul-Islam wal-muslimin Hayy Sheij Abul Qasim Zafreí, Huyyatul-Islam wal Muslimin Hayy Husein Nizamud-Din Kachuí, Aiatullah Sheij Muhammad Riza Esfahaní, Aiatullah Saiied Muhammad Nayaf Abadí, Aiatullah Sheij Murtaza Mazaherí. Así como obtuvo permiso para narrar hadices del Aiatullah Muhammad Riza Nayafí Esfahaní y Huyyatul- Islam wal-muslimin Mazaherí Nayafí Esfahaní. Y ella, a su vez, otorgó el permiso de narrar hadices al Aiatullah Mar’ashi Nayafi y al Huyyatul-Islam wal-muslimin Zahirul-Hassun.

Factores de éxito

Si queremos saber cuáles son los factores que pudieron haber influido en el innegable éxito de la dama Nusrat Amin, debemos enumerar varios: autoconstrucción, auto-purificación, muhasibat an-nafs (computar las acciones de uno mismo), amor al estudio, buen uso del tiempo y estudio constante, esfuerzo (incluso en las noches), pensamiento, reflexión, atención, anonimato, valentía y firmeza, orden, el equilibrio en su vida, paciencia y sabiduría frente a los problemas y calamidades, obediencia y conexión con los Imames inmaculados (la paz sea con ellos), sinceridad, gran uso del intelecto en cuestiones tanto cotidianas, como espirituales.

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www.islamoriente.com; Fundación Cultural Oriente

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