LECCIONES SOBRE LAS CIENCIAS CORÁNICAS

Setenta Puntos Respecto al Generoso Corán

 Por: Husaîn Yavân Ârâsteh

Traducción: Dra. Zohre Rabbani

En las partes anteriores nos hemos familiarizado con los más importantes temas de la historia y ciencias coránicas. El maestro experto en el Corán Bahâ’uddîn Jorramshâhî, en una parte de su obra “Qor’ân Shenâjt” (El Conocimiento del Corán) plantea ciento un puntos coránicos que en general tienen relación con las Ciencias Coránicas y contienen valiosas y benéficas informaciones en el terreno del conocimiento de este Libro Sagrado, en las que podemos hallar sutilezas y detalles interesantes.

Puesto que en esta misma obra fueron desarrollados algunos de estos puntos, mencionarlos sería repetir parte del contenido de este libro; por lo tanto, en este décimo capítulo nos dedicamos a exponer setenta de los ciento un puntos seleccionados del libro mencionado.

Cabe destacar que aunque en el orden de estos puntos hemos realizado alteraciones, no obstante su contenido ha sido trasmitido textualmente y sin ningún cambio.

Setenta Puntos Coránicos.

1. Son denominadas “Ciencias Coránicas” a las ciencias que han sido creadas con el fin de entender y hacer entender, conocer y hacer conocer al Generoso Corán, en la forma más profunda y exacta posible. Estas materias gradualmente a lo largo de la historia del Islam han sido incrementadas. Así mismo algunas técnicas utilizadas para recitar el Corán correctamente como: taÿwîd (reglas para la correcta recitación), tartîl (salmodio del Corán) y la traducción, se encuentran entre ellas. El número y títulos de estas ciencias y técnicas son:

(1) La historia del Corán. (2) La ciencia de rasm-ul jatt ‘uzmânî, es decir, la caligrafía otomana. (3) El conocimiento de las aleyas mecanas y medinesas. (4) La ciencia de sha’n-un nuzûl (el motivo u ocasión de la revelación). (5) La ciencia del conocimiento de lo “nâsij” y “mansûj” (lo abrogado y abrogante). (6) La ciencia de “muhkam” y “mutashâbih” (lo explícito y alegórico). (7) “Tahaddî” (el desafío), i‘ÿâz (milagro) y la inalterabilidad del Corán. (8) “Tafsîr” y “ta’wîl” (exégesis y hermenéutica). (9) “Qirâ’at” (lectura), “Taÿwîd” (reglas para la correcta recitación) y tartîl (recitación salmodiada del Corán). (10) La jurisprudencia del Corán o los mandatos del Corán. (11) “I‘râb-al-Qur’ân” (la desinencia gramatical del Corán). (12) “Qisas al-Qur’ân” (los relatos del Corán). (13) “‘Ilmu garîbil Qur’ân” (La ciencia de los vocablos complejos del Corán). (14) La ciencia o técnica de la traducción del Corán.[1]

2. El Generoso Corán es la última Revelación Divina en las religiones monoteístas y las que surgieron después del Profeta Abraham (P), y es el Sagrado Libro del Islam. Contiene exactamente las mismas palabras reveladas, sin ningún cambio, agregado o sustracción; su compilación fue exacta y minuciosa, obra que nunca fue realizada respecto a ningún otro de los Libros Celestiales anteriores. Fue recopilado a partir de un ejemplar escrito durante la vida del Profeta (BP), sólo que entonces su contenido no presentaba el aspecto de un libro empastado. Esta recopilación y encuadernación se realizó en la época de ‘Uzmân entre el año décimo primero (año del fallecimiento del Profeta ‑BP-) y trigésimo de la Hégira, cinco años antes de la muerte de ‘Uzmân.

3. Masâhif Imâm, o sea “los ejemplares matrices”, es el nombre otorgado a los ejemplares otomanos. Éstos fueron cinco o seis, los cuales fueron enviados a los grandes centros del mundo islámico, y cada uno iba acompañado por un memorizador y experto del Corán (un ejemplar a La Meca, uno a Medina[2], uno a Basora, uno a Kufah, uno a Bahrein y otro a Siria).

4. Los ejemplares matrices permanecieron durante siglos. De este modo, tres viajeros famosos del mundo islámico, es decir: Ibn Ÿubâir (f.614 d.H.), Îâqut (f.626 d.H.) e Ibn Batûtah (f.779 d.H.) en sus propias épocas vieron el ejemplar otomano que se encontraba guardado en la Gran Mezquita de Damasco, lugar muy respetado y visitado por la gente. Desafortunadamente este ejemplar fue destruido en un incendio sucedido en el año 1310 d.H. Se dice que uno de los ejemplares matrices (otomano) actualmente se guarda en Dârul Kutub Al-Misrîah (La Casa de Libros Egipcia) en el Cairo, en un tamaño más grande que el empleado actualmente, y últimamente fue restaurado por los expertos en este campo.

5. Cerca de dos tercios del Corán fue revelado en La Meca y poco más de un tercio en Medina (Tâ’rîj Qur’ân, Râmîâr, p. 263). El número de las aleyas mecanas es de 4468, y el de las medinesas es 1768 (Farhang Âmârî Kalimât Qur’ân KarîmEnciclopedia de Estadísticas de los Vocablos del Noble Corán-, t.1, p.39).

6. Los relatos del Corán mayoritariamente tienen lugar en las suras mecanas y los mandatos de la Sharî‘ah (ley islámica) mayoritariamente se hallan en las suras medinesas.

7. Las historias de los Profetas fueron mencionadas en el Noble Corán por partes. La historia de ningún profeta fue mencionada en forma completa en ninguna sección de éste, a excepción de la historia de José (P) y sus hermanos, que se encuentra en forma total en la sura décimo segunda del Corán.

8. El Noble Corán tuvo dos formas de revelación: una daf’î (de una sola vez), y la otra tadrîÿî (gradualmente, durante 23 años). La primera revelación del Corán fue realizada de una sola vez en Lailat-ul Qadr (La Noche del Decreto) como un todo, desde el Lauh-ul Mahfûdh (la Tabla Protegida) hacia Bait-ul ‘Izzah (La Casa de la Grandeza) o Bait-ul Ma‘mûr (La Casa Edificada) (en el cuarto cielo) y luego fue revelado en forma gradual y detallada a lo largo de veintitrés años (Bihâr Al-Anwâr, t.18, p.253 y 254). Mul·lâ Muhsin Faîd Al-Kashânî, define de la siguiente manera ambos descensos coránicos: “El primer descenso fue el descenso del significado del Corán al corazón del Profeta (BP)... luego, a lo largo de veinte (y tres) años, cada vez que el Arcángel Gabriel se le aparecía, le transmitía el Mensaje y le recitaba el contenido de las aleyas; las aleyas en forma gradual se revelaban en su lengua desde la profundidad de su corazón (noveno prólogo de la obra Tafsîr As-Sâfî).

9. Registran que los escribas del Mensajero de Dios (BP) fueron hasta cuarenta personas de entre los Compañeros instruidos. A continuación nombramos a diez de ellos: (1 a 4) Los cuatro primeros Califas; (5) Ubaîî Ibn Ka’b; (6) Zaid Ibn Zâbit; (7) Talhah; (8) Zubaîr; (9) Sa’d Ibn Abî Waqâs; (10) Sâlim el sirviente de Abî Hudhaîfah.

10. Diez de los primeros memorizadores del Noble Corán de entre los Compañeros del Profeta (BP) fueron: (1) ‘Alî Ibn Abî Tâlib; (2) ‘Uzmân; (3) Ibn Mas‘ûd; (4) Ubaîî Ibn Ka‘b; (5) Zaîd Ibn Zâbit; (6) Abû Dardâ’; (7) Sâlim el sirviente de Abî Hudhaîfah; (8) Ma‘âdh Ibn Ÿabal; (9) Abû Zaîd; (10) Tamîm Ad-Dârî.

11. Zaîd Ibn Zâbit, que en la época de ‘Uzmân fue el jefe del Comité de recopilación, ordenación y escritura final del Corán y preparación de los ejemplares ‘uzmânî, por un lado fue escriba de la revelación y por otro memorizador del Corán. Él, en la época de Abû Bakr y obedeciendo lo ordenado por éste, preparó un ejemplar completo a partir de los manuscritos de la revelación -que estaban sin ordenar- legados por el Profeta (BP). Este ejemplar se encontró en poder de ‘Umar mientras estuvo en vida, heredándolo su hija Hafsah después de su muerte, y fue el mismo ejemplar utilizado como base del trabajo realizado en la época de ‘Uzmân.

12. El Noble Corán posee treinta partes (ÿuz’), cada una de las cuales iguala en volumen a la otra. Es posible que el Profeta (BP)[3] o sus sucesores hayan realizado esta división para facilitar la recitación diaria. En el ejemplar formal utilizado hoy en día en el mundo islámico, es decir el ejemplar de Medina escrito con la caligrafía de ‘Uzmân Ta Ha, cada parte ocupa exactamente veinte páginas de quince renglones cada una.

13. Cada una de las treinta partes del Corán se divide en cuatro o dos partes menores (hizb), y la totalidad del Corán posee ciento veinte o sesenta hizb. Posiblemente esta división sea para facilitar la recitación de éste en las reuniones funerarias.[4]

14. Cada cinco aleyas son denominadas jums [خ=] y cada diez aleyas ‘ushr [=ع] y esto fue llamado tajmîs y ta‘shîr. Estas divisiones son indicadas en los márgenes del Corán.

15. Existe otra partición interna en el Corán llamada rukû‘ât. A diferencia de las otras divisiones, rukû‘ât no tiene cantidad ni tamaño igual ni determinado. En esta división los expertos del Corán llaman rukû‘ a cada parte formada por algunas aleyas con el mismo tópico y significado, y consideran que esta parte se puede recitar luego de la Sura Al-Hamd (1) en las oraciones y ya que después de esta recitación el orante hace rukû‘, esta división es denominada rukû‘ y su plural rukû‘ât. El número de rukû‘at del Corán, según la versión conocida es de 540.

16. El número de las aleyas coránicas según las más correctas narraciones es de 6236 aleyas.

17. El número de los vocablos coránicos es de 77807.

18. El esplendoroso vocablo “Al·lah” ha sido empleado en el Corán 2699 veces.

19. Sab‘ At-Tuwal o tiwâl (las siete suras más largas) son: desde la Sura Al-Baqarah (2) hasta At-Taûbah (9)[5] a excepción de la Sura Al-Anfâl (8).

20. Mufassalât son sesenta y seis suras del Corán que comienzan luego de la Sura Al-Huÿurât (49), es decir, desde la Sura Qâf (50) hasta el final del Corán, añadiendo la Sura Al-Hamd (1) que se encuentra en el comienzo del Corán. (Shenâjte Surehâîe Qur’ân – Conocimiento de las Suras del Corán, p.47).

21. Hâmidât son las cinco suras que comienzan con “alhamdu lil·lah” que son: Sura Al-Fâtihah (1), Sura Al-An‘âm (6), Sura Al-Kahf (18), Sura Saba’ (34) y Sura Fâtir (35).

22. Musabbahât son los suras: Al-Isrâ’ (17), Al-Hadîd (57), Al-Hashr (59), As-Saff (61), Al-Ÿum’ah (62)’, At-Tagâbun (64) y Al-A’lâ (87).

23. Zahrâwân o zahrâweîn, es el nombre de dos suras coránicas: Sura Al-Baqarah (2) y Sura Âli ‘Imrân (3).

24. Mu‘auwazateîn o Mu‘auwizateîn (la “w” seguida por la vocal “a” o “i” –ambas pronunciaciones son correctas-) es el nombre de las dos suras al final del Corán, es decir: Al-Falaq (113) (qul a‘ûdhu bi Rabb-il falaq…) y An-Nâs (qul a‘ûdhu bi Rabb-in nâs…), que fueron denominadas así porque el Enviado de Dios (BP) a través de su recitación colocaba a sus nietos Hasan y Husaîn bajo el refugio de Dios (ta‘wîdh).

25. Hurûf Muqatta‘ah (las letras aisladas) o fawâtih as-sûar (las aperturas de las suras) se les llama a las letras como [الم] Alif Lâm Mîm,  [طسم] Tâ Sîn Mîm, [كهيعص] Kâf Hâ’ Îâ’ ‘Aîn Sâd, que se leen en forma separada, y que consisten en veintinueve letras que se encuentran en el comienzo de veintiocho suras coránicas, todas éstas reveladas en La Meca a excepción de la Sura Al-Baqarah (1) y Âli ‘Imrân (3), que fueron reveladas en Medina.

26. Algunos de los investigadores Shîas dijeron: “Si colocamos juntas las letras separadas (dejando de lado las repetidas) podemos formar la frase: صراط على حق نمسكه‏ - “Sirâtu ‘Alîin haqqun numsikuhu” (el camino de ‘Alî es el verdadero, y lo seguimos) y algunos de los investigadores de la escuela Sunnah, quizás respondiendo a ello, han dicho: صح طريقك مع السنة‏ - “Sahha tarîquka ma‘a-s sunnah” (es correcto tu camino junto a la sunnah).

27. La aleya coránica más breve de entre las letras aisladas es “[طه] tâ hâ” al comienzo de la Sura Tâ Hâ (20). También “[يس] îâ sîn” al comienzo de la Sura Îâ Sîn (36). Debemos tener en cuenta que “[ق] qâf” al comienzo de la Sura Qâf (50) y “[ن] nûn” al comienzo de la Sura Al-Qalam (68), no se cuentan como una aleya independiente.[6] Aparte de las letras aisladas, la aleya más breve del Generoso Corán es “mud·hâmmatâni” (Sura Ar-Rahmân, 55:64) que significa: “verdinegros”. Y la aleya más larga es la aleya de “tadâîun [se deriva de la raíz daîn – préstamo] (referente a la necesidad de escribir un documento para préstamos: Sura Al-Baqarah, 2:282. Esta aleya en el ejemplar caligrafiado por ‘Uzmân Tâ Hâ ocupa toda una página de quince líneas (p. 48). Asimismo la sura más larga del Corán es la Sura Al-Baqarah (en el ejemplar mencionado ocupa cuarenta y ocho páginas), y la sura coránica más breve es la Sura Al-Kaûzar (108) que sólo ocupa un renglón y medio.

28. Mi’ûn o Mi’în son las suras que contienen más de cien aleyas y son: desde la Sura Îûnus (10) hasta la Sura Ash-Shu‘arâ’ (26) -a excepción de las Suras Ibrâhîm (14), Ra‘d (13), Al-Hiÿr (15), Marîam (19), An-Nûr (24) y Al-Furqân (25) que contienen menos de cien aleyas- y añadiendo la Sura As-Sâffât (37), con la cual suman once suras, y sus nombres son: Îûnus (10), Hûd (11), Îûsuf (12), An-Nahl (16), Isrâ’ (17), Al-Kahf (18), Tâ Hâ (20), Al-‘Anbîâ’ (21), Al-Mu’minûn (23), Ash-Shu‘arâ’ (26), As-Sâffât (37). (Shenâjte Surehâîe Qur’ân – Conocimiento de las Suras del Corán, p.46).

29. Mazânî, según la terminología de las Ciencias Coránicas, son todas las suras desde An-Naml (27) hasta Al-Huÿurât (49), y el número de sus aleyas son menos de cien -a excepción de la Sura As-Sâffât (37) que contiene ciento ochenta y dos aleyas- más ocho suras más que están compuestas por menos de cien aleyas, que son: Suras Al-Anfâl (8), Ar-Ra‘d (13), Ibrâhîm (14), Al-Hiÿr (15), Marîam (19), Al-Haÿÿ (22), An-Nûr (24), Al-Furqân (25) (Shenâjte Surehâîe Qur’ân – Conocimiento de las Suras del Corán, p. 46 a 47).

30. Existen dos aleyas en el Corán en las que han sido utilizadas todas las letras del alfabeto, estas dos son:

1) Aleya 154 de la Sura Âli ‘Imrân (3), que comienza así:

﴿ ثُمَّ أَنزَلَ عَلَيْكُم مِّن بَعْدِ الْغَمِّ أَمَنَةً نُّعَاساً يغْشى طَآئِفَةً مِّنكُم... ﴾

Zumma anzala ‘alaîkum min ba‘d-il gammi amanatan nu‘âsan îagshâ tâ’ifatan minkum…

«Luego, tras la aflicción, hizo que descendiera seguridad sobre vosotros: Un sueño que envolvió a una parte de vosotros…»

2) Aleya 29 de la Sura Al-Fath (48):

﴿ مُّحَمَّدٌ رَّسُولُ اللهِ وَ الَّذينَ مَعَهُ أَشِدَّآءُ عَلَى الْكُفَّارِ رُحَمَآءُ بَيْنَهُمْ... ﴾

Muhammadun Rasûlul·lahi wal·ladhîna ma‘ahu ashiddâ’u ‘alal kuffâri ruhamâ’u baînahum…

«Muhammad es el Mensajero de Al·lah, los que están con él son severos con los incrédulos y compasivos entre sí…»

31. Existen dos aleyas coránicas en las que fue utilizado el arte de Qalb Mustawî, es decir que si se lee del comienzo al final o viceversa es igual: (1): كل في فلك‏ - “kul-lun fî falak”Sura Îa Sîn 36:40; (2); ربك فكبر - “wa Rabbaka fa kabbir” - Sura Al-Muddazzir 74:3.

32. El punto medio del Generoso Corán, es decir el vocablo a través del cual el Corán se divide en dos partes es la expresión وَلْيَتَلَطَّفْ - “wal îatalattaf” (Sura Kahf, 18:19).

33. Existen cuatro frases coránicas en cada una de las cuales existen cuatro tashdîd (letras repetidas) seguidos (considerando las reglas de recitación):

1. ﴿ نَسِيّاً رَّبُّ السَّمَاوَاتِ

Nasîîar-Rabbus-samâwat - (Marîam, 19:64 y 65).

2. ﴿ فِي بَحْرٍ لُّجِّيٍّ يَّغْشَاهُ مَوْجٌ

Fi bahril-luÿÿîî-î-îagshâhu maûÿ - (An-Nûr, 24:40).

3. ﴿ قَوْلاً مِّن رَّبٍّ رَّحِيمٍ

Qaûlam-mir-Rabbir-rahîm - (Îa Sîn, 36:58).

4. ﴿ وَلَقَدْ زَيَّنَّا السَّمَآءَ الدُّنْيَا

Wa laqad zaîîannas-samâ’-ad-duniâ - (Al-Mulk, 67:5)

34. El tarÿî‘ (fragmentos que se repiten) más mencionado en el Corán está en la Sura Ar-Rahmân (55), que treinta y un veces repite:

﴿ فَبِأَيِّ ءَالآءِ رَبِّكُمَا تُكَذِّبَانِ ﴾

Fabi’aîî alâ’i Rabbikumâ tukadh-dhibân

«¿Cuál de las mercedes de vuestro Señor podréis ambos (los hombres y los genios) negar?».

Es preferible luego de recitar esta aleya decir:

لا بشيء من آلائك ربّنا نكذب‏

“Lâ bi shaî’in min âlâ’ika Rabbanâ nukadh-dhibu” (No desmentimos, Dios nuestro, ninguna de tus mercedes);

o:            ولا بشيء من نعمك ربّنا نكذب، فلك الحمد

“Lâ bi shaî’in min ni‘amika Rabbanâ nukadh-dhibu, falakal Hamd” (No desmentimos, Dios nuestro, ninguna de Tus gracias, y a ti pertenecen las Alabanzas).

35. Existen otros dos tarÿî‘ en el Generoso Corán en la Sura Al-Qamar (54) en la que la aleya:

﴿ فَكَيْفَ كَانَ عَذَابِي وَنُذُرِ ﴾

Fa kaîfa kâna ‘adhâbî wa nudhuri

«¡Y cómo fueron Mi castigo y Mi advertencia!».

se repite tres veces. Así también la aleya:

﴿ وَلَقَدْ يَسَّرْنَا الْقُرْءَانَ لِلذِّكْرِ فَهَلْ مِن مُّدَّكِرٍ ﴾

Wa laqad îassarnal Qur’âna lidh-dhikri fa hal mim muddakir

«Realmente hemos hecho el Corán fácil para recordar. ¿Hay quien recapacite?».

se repite cuatro veces en esa misma sura.

36. Otro tarÿi‘ se encuentra en la Sura Al-Mursalât (77) en la que la aleya:

﴿ وَيْلٌ يَوْمَئِذٍ لِلْمُكَذِّبِينَ ﴾

Waîluî îaûma’idhil lil mukadh-dhibîn

«¡Perdición ese día para los que negaron (la verdad)!»,

la cual se repite diez veces.

37. Existen quince aleyas coránicas llamadas “aleyas de prosternación” obligatoria o preferible. Cuatro de ellas son aleyas que luego de recitarlas se debe hacer prosternación obligatoria, estas aleyas se encuentran en las suras: As-Saÿdah (32), Fussilat (41), An-Naÿm (53) y Al-‘Alaq (96); estas suras son también denominadas “‘Azâ’îm”.

38. “Wa in îakâd”, es el comienzo de la penúltima aleya de la Sura Al-Qalam (68:51 y 52). Esta aleya con la subsiguiente es:

﴿ وَإِن يَكَادُ الَّذِينَ كَفَرُوا لَيُزْلِقُونَكَ بِأَبْصَارِهِمْ لَمَّا سَمِعُوا الذِّكْرَ وَيَقُولُونَ إِنَّهُ لَمَـجْنُونٌ * وَمَا هُوَ إِلاَّ ذِكْرٌ لِلْعَالَمِينَ ﴾

Wa in îakâdul·ladhîna kafarû laîuzliqûnaka bi absârihim lammâ sami‘ûdh-dhikra wa îaqûlûna innahu lamaÿnûn · wa mâ huwa il·la dhikrun  lil ‘âlamîn

«Cerca estuvo que aquellos que se niegan a creer te dañaran con sus miradas cuando oyeron el Recordatorio, y dicen: “¡Ciertamente está loco!”. Sin embargo, no es más que un recordatorio para el Universo».

Los exegetas, respecto a la interpretación de esta aleya, han argumentado que un grupo de los incrédulos fueron en busca de la gente del Clan de Banî Asad –famosos por echar el mal de ojo y la brujería, y por los daños que podían provocar a los seres humanos y animales- y los llevaron ante el Profeta (BP) para que lo dañaran a través del maleficio. No obstante, la protección Divina lo salvaguardó, entonces esta aleya fue revelada indicando aquel suceso. Hasan Basrî y otros han afirmado que la recitación de esta aleya, así como llevarla con uno es efectiva para prevenir el mal de ojo. Así también a esta aleya la han escrito y puesto en colgantes, por lo que mucha gente la cuelga del cuello de sus hijos para protegerlos de cualquier mal. El famoso poeta Hâfidz (en paz descanse) dijo: “Estamos presentes en una reunión de afecto, y los amigos se encuentran reunidos. Reciten “wa in îakâdu”… y espárzanlo en el aire (o sea que a través de este acto cierren las puertas para evitar la entrada de ajenos)”.

39. En el Generoso Corán han sido nombrados veinticinco de los grandes Profetas Divinos y un comentario detallado o breve de sus convocatorias hacia el monoteísmo y benevolencia. Estos Profetas son: (1) Âdam (Adán); (2) Ibrâhîm (Abraham); (3) Idrîs (Enoc); (4) Is·hâq (Isaac); (5) Isrâ’îl [Îa‘qûb - Jacob]; (6) Ismâ‘îl (Ismael); (7) Ilîâs (Elías); (8) Ilîasa‘ (Eliseo); (9) Aîûb (Job); (10) Dâwûd (David); (11) Dhûl Kifl; (12) Zakarîâ (Zacarías); (13) Sulaîmân (Salomón); (14) Shu‘aîb (Jetro); (15) Sâlih (Sale); (16) ‘Isâ (Jesús); (17) Lût (Lot); (18) Muhammad (Muhammad); (19) Mûsâ (Moisés); (20) Nûh (Noé); (21) Hârûn (Aarón); (22) Hûd (Heber); (23) Îahîâ (Juan); (24) Îûsuf (José); (25) Îûnus (Jonás).

40. A‘lâm Qur’ân, es decir, las personalidades, lugares, pueblos, ángeles, etc. nombrados por el Corán, que son: (1) hombres como: Dhul Qarnaîn, Shu‘aîb, Ibrâhîm, etc.; (2) mujeres como: María, las esposas de algunos Profetas, Zulaîjâ, que el Corán llama así a la esposa del gobernador de Egipto; (3) a veces estos nombres son nombres de lugares geográficos como: Misr (Egipto), Madian, Makkah (La Meca) y Medina; (4) otras veces son nombres de batallas o guerras, como Badr, Uhud (la palabra Uhud no es mencionada explícitamente, sino que el suceso es detallado) y Hunaîn; (5) estos nombres a veces son de tribus, tales como: ‘Arab, Âd, Iâ’ÿûÿ y Mâ’ÿûÿ; (6) nombres de ángeles como: Ÿibrâ’îl (Gabriel), Mîkâ’îl (Miguel), Malik-ul Maût (el Ángel de la Muerte), el Ángel del Infierno, Hârût y Mârût; (7) nombres de dioses de la época de la incredulidad y de ídolos tales como: ‘Uzzâ, Lât, Manât, Wad, Sawâ‘, Îa‘ûq; (8) los jefes de la incredulidad tales como: el Faraón, Sâmirî, Qârûn; (9) entes invisibles de otra vida, como: el Paraíso, el Infierno, Salsabîl (nombre de un río) y Kaûzar; (10) libros Celestiales tales como: Az-Zabûr (Los Salmos), At-Taûrât (La Torá), Al-Inÿîl (Los Evangelios) y Al-Qur’ân (El Corán).

41. ¿Acaso el Corán presenta altibajos en su elocuencia)? De entre los sabios antiguos, el Imâm Muhammad Gazâlî responde afirmativamente y en su libro Yawâhir-ul Qur’ân expone este tema.

42. Los siete recitadores que son en realidad los Imâmes de la Recitación y expertos en este tema (muqrî) son: (1) ‘Abdul·lah Ibn ‘Âmir Dimashqî (21-118 d.H.); (2) ‘Abdul·lah Ibn Kazîr Makkî (45-120 d.H.); (3) ‘Âsim Ibn Abî An-Nuÿûd (76-128 d.H.); (4) Zabbân Ibn ‘Alâ’ = Abû ‘Amr Basrî (68-154 d.H.); (5) Hamzah Ibn Habîb Kûfî (80-156 d.H.); (6) Nâfi‘ Ibn ‘Abdil·lah Madanî (70-169 d.H.); (7) ‘Alî Ibn Hamzah Kisâ’î (119-189 d.H.).

43. Según el propio Corán (en la Sura Âli ‘Imrân, aleya 7) existen en él aleyas alegóricas, es decir, aleyas y frases que ni pueden ni deben ser entendidas en su sentido aparente y literal, como: “ar-rahmânu ‘alal ‘arshi-stawâ - «El Misericordioso, se situó sobre el Trono».[7] Opuesto a mutashâbihât (alegóricas) se encuentran las aleyas muhkamât (explícitas) las cuales constituyen una gran parte del Corán y su definición se entiende por su apariencia. Como:

﴿ وَالْوَالِدَاتُ يُرْضِعْنَ أَوْلاَدَهُنَّ حَوْلَيْنِ كَامِلَيْنِ ﴾

Al-wâlidâtu iûrdi‘na awlâdahunna hawlaîni kâmilaîn

«Las madres deberán amamantar a sus hijos durante dos años completos»[8]

El número total de aleyas en el Sagrado Corán es de 6236, 200 de las cuales son aleyas alegóricas. La interpretación de las aleyas alegóricas está permitida e incluso necesaria; y es considerado un deber para los expertos y aquellos que profundizan en el conocimiento y la fe. Al contrario, es innecesario y prohibido interpretar (darle un significado diferente al de su apariencia) las aleyas explícitas.

44. ¿Acaso únicamente Dios sabe el ta’wîl (la hermenéutica precisa) del Corán? Este tema es muy discutido entre los sabios, exegetas y expertos del Corán de ambas escuelas, el cual gira en torno a la aleya 7 del Sura Âli ‘Imrân. Esta aleya, luego de afirmar que existen en el Corán aleyas explícitas y alegóricas, y que los enfermos de corazón buscan siempre aleyas alegóricas para interpretarlas según sus deseos, dice:

﴿ وَمَا يَعْلَمُ تَأْوِيلَهُ إِلاَّ اللّهُ وَالرَّاسِخُونَ فِي الْعِلْمِ ﴾

Wa mâ îa‘lamu ta’wîlahu il·lal·lahu wa-r râsijûna fil ‘ilm

«Y no conoce su interpretación más que Al·lah y los Imbuidos en la ciencia».

Esta frase, desde el punto de vista de la sintaxis y elocuencia, puede recitarse de dos formas:

(A) Haciendo una pausa luego del término “Al·lah”, lo cual acepta la mayoría de los sabios de la Escuela Sunnah, excepto algunas personalidades como: Zamajsharî, Qâdî ‘Abdul Ÿabbâr Hamdânî, Abû As-Sa‘ûd ‘Imâdî, Al-Âlûsî, Qâdî Baîdâwî y grandes lingüistas como Nahhâs, Akbarî y Mahmûd As-Sâfî.

(B) La recitación de ‘atf (conjuntiva), es decir, la expresión «y los Imbuidos en la ciencia» se encuentra sintácticamente enlazada al vocablo “Al·lah” con el término que le sigue. Esta opinión pertenece a una gran mayoría de la Escuela Shî‘ah y grandes personalidades de la escuela Sunnah nombradas en el punto (A). Evidentemente, por varias razones ésta es la mejor recitación, ya que Dios está alabando a los que profundizan en el conocimiento e ignorar el ta’wîl del Corán no es un elogio. Por otro lado, si nadie más que Dios supiera el significado de las aleyas alegóricas del Corán, este Libro Sagrado se asemejaría a un enigma, lo cual estaría en oposición a los propósitos de Quien lo reveló, que es Dios. De ninguna forma podemos decir que el Profeta (BP) y los Inmaculados Imâmes (P) no conocen el significado del Corán. Entonces, respondiendo a la pregunta planteada al principio decimos que, “los imbuidos en el conocimiento”, en primer lugar son el Profeta (BP) y los Infalibles Imâmes (quienes han dicho: “nahnu ar-râsijûna fil ‘ilmi fa nahnu na‘lamu ta‘wîlahu”Nosotros somos los imbuidos en el conocimiento, por lo tanto conocemos su interpretación), y en segundo lugar los sabios conocedores de la literatura árabe y los expertos en el Corán, quienes tienen conocimiento de los significados de las aleyas alegóricas del Corán y la capacidad de interpretarlas.

45. El Generoso Corán ha sido escrito e impreso en diversos tamaños y formas. De entre los más conocidos calígrafos antiguos del Corán están: Ibn Maqlah (el inventor de la letra zulz), Ibn Bawwâb y Îâqût Musta‘simî, y entre los contemporáneos el más famoso es Ahmad Naîrizî. En el mundo islámico uno de los calígrafos contemporáneos más famosos es Hamid Al-Âmidî, el talentoso calígrafo turco; y otro es ‘Uzmân Tâ Hâ, un talentoso calígrafo sirio. Asimismo el Corán ha sido impreso en diferentes tamaños, entre ellos todo el Corán en una página que únicamente es posible leerse utilizando una lupa; así también ha sido impreso en papel muy delgado, en páginas de un centímetro por dos. De igual forma el Corán ha sido impreso en hojas de cien por cincuenta centímetros. Uno de estos ejemplares fue escrito por Bâîsinqur Mîrzâ (802-838 d.H.) que fue un talentoso príncipe de la Dinastía Taîmûrî (los Timuríes), escrito con letra muhaqiq y quizás pueda ser denominado el Corán más artístico por su escritura. Este Corán durante largo tiempo fue guardado en la Ciudad de Shirâz en un lugar llamado “Darvâzeh Qur’ân Shirâz” (La Puerta del Corán de Shirâz), luego un grupo de irresponsables e incultos, desglosaron sus hojas y a causa de la codicia cada una de sus páginas fue dispersada en un lugar diferente. Hoy día la mayor parte de sus hojas están en exhibición en los museos más famosos del mundo.

46. La primera impresión importante del Corán fue la realizada por Paganini en Venecia entre los años 1503 y 1523 d.C. Otras impresiones importantes del Corán fueron: la impresión de Abraham Henkelman en 1694 d.C. (en Hamburgo); la impresión de Flögel en 1834 d.C (Leipzig); la impresión de San Petersburgo que fue la primera impresión realizada para los musulmanes en 1787 d.C.; la impresión de Tabriz (Irán) en 1242 o 1244 d.H. (aprox. 182 d.C.). La primera corrección e impresión científica del Corán en el mundo islámico fue el ejemplar de El Cairo realizada en el año 1343 d.H. (1923 d.C.) bajo la dirección de los maestros de Al-Azhar y respaldado por el Rey Fuad I. Este ejemplar fue documentado en los más aceptados manuscritos del Corán y tiene una lectura específica que concuerda con la narración de Hafs del recitador ‘Âsim. El ejemplar de Medina, que hoy día es considerado el ejemplar universal y formal del mundo islámico, se basa en el ejemplar de El Cairo y fue escrito por ‘Uzmân Tâ Hâ el experto calígrafo sirio.

47. Traducción al persa: La más antigua traducción del Corán fue realizada cuando el Profeta (BP) se encontraba aún en vida, ya que sus cartas a los grandes reyes de esa época, tales como el Negus, Maqauqas y Josrou Parviz (Cosroes) contenía aleyas coránicas y naturalmente se les hacía llegar traducciones de las cartas y las aleyas que contenían. El Profeta  (BP) estaba al tanto de este acto, y nunca objetó al mismo. Así también un grupo de persas solicitó a Salman que tradujera la Sura Al-Fâtihah (1) y otras aleyas coránicas, y así lo hizo. En los siglos subsiguientes los persas fueron el primer pueblo musulmán que tradujo el Corán a su lengua natal. La traducción hecha por Tabarî en su obra de exégesis realizada en el año 345 d.H. era considerada la más antigua traducción persa, hasta que el Dr. ‘Alî Rabâqî descubrió la traducción de Quds la cuál corrigió, y así fue como se supo que la traducción de Quds fue realizada antes que la de Tabarî, la cual perteneció a los años 250 a 350 d.H.

48. Traducción al turco: La traducción al turco más antigua del Corán fue realizada en el año 734 d.H., y actualmente se guarda en los museos de arte islámico en Estambul, Turquía.

49. Traducción al urdu: La primera traducción del Corán a la lengua urdu fue realizada por Maûlânâ Shâh Rafî’ Ad-Dîn Dahlawî (1190 d.H.); no obstante posterior a esta fecha, el pueblo que ha dominado esta lengua a lo largo de cuatro siglos, ha realizado grandes obras tanto en la traducción como en la interpretación del Corán. Los catálogos que presentan las obras coránicas impresas en este idioma, ofrecen más de mil obras.

50. Traducción al latín: La primera traducción al latín fue realizada por Robert de Ketton (Robertus Ketenensis) en el año 1143 d.H. que siglos después obtuvo el permiso de impresión por medio de Martín Lutero.

51. Traducción al inglés: El Corán ha sido traducido al inglés más que a cualquier otra lengua europea. Hoy día existen más de cuarenta traducciones completas y más de ciento veinte partes traducidas seleccionadas del Corán en esta lengua. La primera traducción completa al inglés fue realizada por Alexander Ross, basándose en la traducción francesa realizada en el año 1648 d.C. De entre las personalidades no-musulmanas, la traducción de Artur Arberry es una traducción privilegiada, y entre los musulmanes la traducción de Pickthall y ‘Abdul·lah Îûsuf ‘Alî.

52. Traducción al francés: Las mejores traducciones francesas del Corán son las realizadas por Kasimirski y Blachere.

53 Traducción al alemán: Las mejores traducciones en esta lengua son las de Ullmann, Henning y últimamente la realizada por Rudi Paret que contiene explicaciones.

54. Traducción al ruso: La mejor traducción rusa del Corán es la de Kratchkovski y otra impresa en el año de 1995 d.C. realizada por el Profesor Uzmanov.

55. El primer exegeta del Corán fue el Enviado de Dios (BP) y un ejemplo de sus interpretaciones ordenadas en suras ha sido trasmitido en la obra Al-Itqân por el sabio Suîûtî. Asimismo existen muchas narraciones proféticas que dilucidan las aleyas coránicas que son denominadas “las narraciones exegéticas”.

56. El más famoso intérprete y experto del Corán en la comunidad islámica en sus comienzos, luego del Profeta (BP), fue Imâm ‘Alî ibn Abî Tâlib (P), quien juró: “Si quisiera interpretar la Sura Al-Hamd (1) podría hacerlo y su escrito ocuparía setenta cargas de camellos”. Así mismo él fue uno de los que memorizó este Libro Divino y uno de los principales escribas que reunió todas las hojas separadas del Corán luego del fallecimiento del Profeta (BP); no obstante este Corán fue rechazado ya que contenía interpretaciones, como por ejemplo, el nombre de los hipócritas a los cuales criticaba el Corán sin nombrarlos; así también estaba dispuesto con el orden en que fue revelado. El Imâm ‘Alî (P) se apenó por ello, pero luego de ver el trabajo realizado por un comité liderado por Zaîd Ibn Zâbit, su cuidado y exactitud en la recopilación del ejemplar principal, lo aceptó y dijo: “Si yo hubiera estado en el lugar de ‘Uzmân, habría hecho lo mismo en cuanto a la recopilación y ordenación del Corán”.

57. Luego del Enviado de Dios (BP) y el Imâm ‘Alî (P), Ibn ‘Abbâs (‘Abdul·lah Ibn ‘Abbâs), el gran Compañero del Profeta y alumno del Imâm ‘Alî (P), fue el más distinguido experto en el Corán en los inicios del Islam. Sus dichos interpretando el Corán fueron expuestos en la obra Tafsîr At-Tabarî y últimamente fueron presentados como una obra en forma independiente por Fîrûz Âbâdî (el autor de Al-Qâmûs), titulado Tanwîr-ul Miqbâs fi Tafsîr Ibn ‘Abbâs.

58. Luego de Ibn ‘Abbâs, su gran alumno Muÿâhid fue un gran intérprete del Corán. Dicen que por lo menos treinta veces repasó el Corán y su interpretación ante Ibn ‘Abbâs. Según una versión él fue también alumno de Imâm ‘Alî (P). Sus interpretaciones coránicas fueron impresas en estos últimos tiempos en dos tomos.

59. La exégesis más antigua e importante del mundo islámico es la obra Tafsîr At-Tabarî, del gran historiador y narrador de dichos proféticos iraní (f.310 d.H.). Esta obra es conocida como Ÿâmi’ul Baîân y está formada por treinta tomos. Además, esta interpretación se considera en el mundo islámico como la más antigua e importante obra de exégesis basada en las tradiciones o hadices (tafsîr naqlî o ma’zûr).

60. Las obras de exégesis más antiguas de la Escuela Shî’ah son: Tafsîr ‘Alî Ibn Ibrâhîm Qomî impresa en dos tomos, y la otra Tafsîr Furât Kufî. Qomî y Kufî son dos personalidades que pertenecen a los finales del siglo III y comienzos de IV d.H.

61. El libro más antiguo de exégesis en lengua persa de la Escuela Shî’ah Imamîiah es el Tafsîr de Abûl Futûhzî (f. en la primera mitad del siglo VI d.H.), titulado Rawdul Ÿinân wa Rawhul Ÿinân. Esta obra está impresa en veinte tomos. Las primeras impresiones fueron realizadas por ‘Al·lamah Qazvînî, los fallecidos Qomshe’î y Sha‘rânî, y últimamente por el Dr. Muhammad Ÿa’far Îâhiqî y el Dr. Mahdî Nâsih.

62. El más antiguo Tafsîr místico en lengua persa, es el Tafsîr Kashf-ul Asrâr wa ‘Uddat-ul Abrâr, obra de Rashîd-ud Dîn Abûl Fadl Maibudî (f.520 d.H.), basada en la obra de exégesis Al-Amâlî de Joÿeh ‘Abdul·lah Ansârî.

63. La obra más importante de exégesis de la escuela Mu‘tazilî, es el Tafsîr Al-Kash·shâf de Az-Zamajsharî (f.538 d.H.)

64. La obra más importante de exégesis de tenor teológico (tafsîr kalâmî) en el mundo islámico de la escuela Ash‘arî es el Tafsîr Al-Kabîr del Imâm Fajr Ar-Râzî (f. 606 d.H.) constituido por más de treinta tomos.

65. La más completa exégesis antigua de la escuela Shî’ah, es la obra Maÿma‘ul Baîân presentada en diez tomos, escrita por Abû ‘Alî Amîn-ul Islâm Fadl Ibn Hasan Tabarsî (f.548 d.H.), en idioma árabe, también traducido al persa.

66. La obra de exégeis más importante de la escuela Shî’ah, del siglo XIV d.H., es el Tafsîr Al-Mizân escrito por el fallecido ‘Al·lâmah Tabâtabâ’î (f.1403 d.H.-1982 d.C.), impreso en veinte tomos en lengua árabe y ya traducido al persa.

67. El libro de interpretación coránica más reciente e importante del mundo islámico (Escuela Sunnah) es At-Tafsîr-ul Munîr, escrito por el maestro Wahabah Zuhailî en idioma árabe (treinta y dos tomos encuadernados en dieciséis volúmenes, e impresos en el año 1411 d.H.- 1991 d.C.). El Dr. Zuhailî es jurisconsulto y profesor de fiqh (jurisprudencia religiosa) en la mayoría de las universidades de Siria, así como en las del mundo islámico. Cabe recordar que esta obra unos años atrás fue elegida como “el libro del año” por la República Islámica de Irán.

68. “El milagro numérico del Generoso Corán”, es una de las nuevas especialidades de las Ciencias Coránicas que se dedica a demostrar el milagroso orden matemático de este Libro Sagrado. El Dr. Rashâd Jalîfah, originario de Egipto y profesor en computación en las universidades de los Estados Unidos de América, fue quien por primera vez planteó esta cuestión y asombró al mundo entero. Él expuso la teoría del número diecinueve en el Corán y dijo: “Bismil·lah Ar-Rahmân Ar-Ram” contiene diecinueve letras (en árabe) y el término “ism” (nombre) es empleado en el Corán diecinueve veces; el bendito término “Al·lah” fue utilizado 2698 veces y esta cifra es un múltiplo del número diecinueve, es decir: 142 x 19. El término “Ar-Rahmân” fue utilizado 57 veces (3 x 19); “Ar-Rahîm” fue utilizado 114 veces (6 x 19). No obstante su teoría causó inquietudes en dos aspectos: en primer lugar el que el número diecinueve es el número de los ángeles guardianes del Infierno (عَلَيْهَا تِسْعَةَ عَشَرَ  - ‘alaîha tis‘ata ‘ashar = «Y sobre ella diecinueve»)[9]. Esto no provoca consecuencias, pero debido a que el número diecinueve es el número sagrado de las dos tendencias Babismo y Bahaísmo, es decir hurûf haî”, o los discípulos cercanos al “Bab”, esta teoría enfureció al resto de los musulmanes y los disturbios finalizaron con el asesinato de Rashâd Jalîfah. Otra objeción a su hipótesis era que en algunos casos se observó la manipulación de estos números. El Dr. Mahmûd Ruhânî, uno de los más grandes expertos del Corán en Irán y autor de uno de los más exactos diccionarios e índices estadísticos del Corán (titulado Farhang Âmârî Kalemâte Qur’ân Karîm – Al-Mu‘ÿam-ul Ihsâ’i li Alfâzhil Qur’ân-il Karîm, que consta de tres tomos y fue impreso en Mash·shad - Irán, por la Editorial de Âstâne Qudse Redawî), realizó un nuevo y exacto estudio en cuanto a la estadística del término “Al·lah” en el Corán y categóricamente afirma el número 2699 que contiene un número más que la estadística presentada por Rashâd Jalîfah, y dos números de diferencia con el famoso diccionario Al-Mu’ÿam-ul Mufahras de Muhammad Fu’âd ‘Abdul Bâqî.

69. Otros han seguido el camino que abrió Rashâd Jalîfah. De entre ellos podemos nombrar a ‘Abdur Razzâq Naufil, de entre los expertos del Corán de la Escuela Sunnah, y Abû Zahra’ An- Naÿdî, de entre los expertos del Corán de la Escuela Shî‘ah. Ellos llegaron a concordancias matemáticas interesantes. El libro de ‘Abdur Razzâq Naufil, se titula A‘ÿâz ‘Adadî dar Qur’ân-e Karîm El Milagro Numérico en el Generoso Corán - y fue traducido al persa por el experto del Corán contemporáneo Mustafâ Husaîn Tabâtabâ’î. A continuación exponemos algunas de las estadísticas y asombrosas cifras de la obra mencionada:

  • El término “dunîâ” (la vida mundanal) es utilizado 115 veces en el Generoso Corán, y el término “âjirah” (la otra vida) es empleado el mismo número de veces.
  • “Shaîâtîn” (los demonios) 68 veces y “malâikah” (los ángeles) el mismo número de veces.
  • Haîât” (vida) 71 veces y así mismo “al-maût” (la muerte).
  • “‘Ilm” y “ma’rifah” (ciencia y conocimiento) junto a sus derivaciones, son empleados 811 veces. “Imân” (fe) y sus derivaciones son utilizados el mismo número de veces.
  • “Iblîs” (Satanás), 11 veces y ampararse en Dios de él, el mismo número de veces.
  • El término “îaûm” (día) en forma singular es utilizado 365 veces que concuerda con los días del año (solar), y en forma dual o plural ha sido utilizado 30 veces, que concuerda con los días del mes.
  • El término “shahr” (mes) es utilizado 12 veces en el Corán que concuerda con los meses del año.

70. El libro del Dr. Abû Zahrâ’ An-Naÿdî, investigador del Corán de la Escuela Shî‘ah, titulado Al-A‘ÿâz-ul Balâgî wal ‘Adadî lil Qur’ân-il Karîm en idioma árabe, desde el punto de vista de las maravillas matemáticas, no llega al grado de las obras de Rashâd Jalîfah y ‘Abdur Razzâq Naufil. No obstante, tiene algunas sutilezas coránicas que él descubrió. A continuación transmitimos algunas de ellas:

  • “As-Sâ’ah” (la hora) es utilizado en el Corán 24 veces, que concuerda con el número de las horas de un día completo.
  • “Samâwât As-sab‘” o “sab‘a samâwât” (los siete cielos) es utilizado 7 veces en el Corán.
  • “Saÿdah” (prosternación) y sus derivados es empleado en el Corán 34 veces, que concuerda con el número de prosternaciones realizadas por un musulmán durante los 17 ciclos en sus oraciones diarias, o sea dos prosternaciones en cada ciclo.
  • Los términos salât” “qîâm” “aqîmû” y sus derivados son empleados 51 veces en el Corán, lo cual concuerda con 17 ciclos en las oraciones obligatorias, más 34 ciclos de las oraciones preferibles diarias.
  • Las derivaciones de “wasî” (el legado, la sucesión) son utilizadas 12 veces en el Corán que concuerda con el número de los vicarios de Dios (los sucesores del Profeta, que son los doce Imâmes Infalibles).
  • El término “shî’ah” y sus derivaciones 12 veces.

Cabe destacar que estas investigaciones tienen un aspecto informal y de esparcimiento, y no gozan de una posición científica importante.

Fuente: “Lecciones sobre Las Ciencias Coránicas”; Ediciones: Elhame Shargh, 2004

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

www.islamoriente.com, Fundación Cultural Oriente


[1] Hoy día, con una nueva clasificación creada por los expertos contemporáneos, estos términos no son usuales. Recurrir al primer capítulo de la presente obra.

[2] Debido a que la encuadernación de estos ejemplares tuvo lugar en Medina, en el centro del califato islámico, la expresión “enviar a Medina” no es correcta, ya que el ejemplar original se guardaba en esta ciudad.

[3] No tenemos ninguna prueba para asegurar que esta división fue realizada por parte del Profeta (BP).

[4] La otra probabilidad es para facilitar la memorización del Corán.

[5] No han considerado  a la Sura At-Taûbah entre las siete suras más largas, sino que la séptima sura, según algunos, es la Sura Îûnûs y según otros la Sura Al-Kahf. (Recurrir a: Al-Itqân, t.1, p.199).

[6] Así también [ص] Sâd” al comienzo de la Sura Sâd (38).

[7] Sura Ta Ha, 20:5.

[8]  Sura Al-Baqarah, 2:233.

[9] Sura Al-Muddazzir, 74:30.

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