La verdad sobre el Islam
El Corán, el milagro viviente

Revelación y compilación del Corán

Por Abdun-Nabi Chaaban

 

El milagro del profeta Muhammad (SAAWAWS) es el Corán. La palabra Corán, en árabe, significa: la lectura, la recitación. A lo largo del presente capítulo, se presentarán detalles que demostrarán la autenticidad del Corán como la palabra revelada de Dios, y la imposibilidad de que la misma haya sido compuesta por persona alguna, y menos por el profeta Muhammad (SAAWAWS) siendo una persona analfabeta.

El Corán es el libro más leído a lo largo de los siglos y el mismo ha creado una nueva etapa en el pensamiento humano y ha afectado de una manera significativa la vida de millones de personas alrededor del mundo. Por ello, este libro sagrado se puede considerar como el único milagro viviente, si se toma en cuenta que los demás profetas fueron apoyados por milagros considerados como acciones puntuales, manifestados en eventos o sucesos de su época.

El Corán es un libro que contiene los mensajes revelados por Dios, los cuales guían al ser humano hacia su bienestar y salvación. Al mismo tiempo, es una referencia sublime e inigualable para el lingüista, una guía precisa para las reglas de la gramática árabe, una “Constitución” suprema para el jurista y un tesoro inagotable para el sabio. Igualmente, el Corán es una fuente para las ciencias sociales y políticas y –al mismo tiempo- revela los secretos fascinantes de la naturaleza y de la Creación. Muchos secretos del Corán no han sido descubiertos todavía; la ciencia –a medida que vaya avanzando en sus descubrimientos- se encargará de develarlos, igual como ya develó muchos otros.

El Corán representa un código de conducta para el buen obrar, suministra una guía para discriminar el bien del mal y se manifiesta como una iluminación para las personas para guiarlos en el sendero del bien y ayudarles en la satisfacción de sus necesidades.

En el mismo Corán, Dios lo describe en diversos pasajes o versículos:

  • ¡Oh, humanos!, ya os llegó una prueba convincente de vuestro Señor, y os enviamos una verdadera luz” (4:174)
  • ….Te hemos revelado el Libro que es una explicación de todo, y además es una guía, misericordia y albricias para los musulmanes” (16:89)
  • El mes de Ramadán, en que fue revelado el Corán, guía de la humanidad y evidencia de la guía y el discernimiento (entre el bien y el mal)…..” (2:185)
  • Por cierto que este Corán encamina hacia el sendero más recto y albricia a los creyentes benefactores que obtendrán una magnífica recompensa” (17:9)
  • He aquí uno de los relatos del más allá que te revelamos, que no lo sabías tú ni tu pueblo antes….” (11:49)
  • ….He aquí el Libro que te hemos revelado para que saques a los humanos de las tinieblas a la luz….” (14:1)
  • Este Corán es una declaración para la humanidad, y guía y exhortación para los timoratos” (3:138)
  • He aquí el Libro indubitable que es la guía para los timoratos” (2:2)
  • Ciertamente, hemos hecho descender sobre ti esta escritura divina que expone la verdad, para que juzgues entre los hombres según lo que Dios te ha enseñado….” (4:105)
  • Y este es el Libro bendito que revelamos al Mensajero; observadle, pues, y temed a Dios para que estéis compadecidos” (6:155)
  • He aquí el Libro que te fue revelado para que, con él, conmines a los incrédulos y sea un mensaje para los creyentes….” (7:2)
  • Es inadmisible que este Corán haya sido creado por alguien que no sea Dios; al contrario, es la confirmación de los anteriores a él (revelaciones anteriores), y además la dilucidación del Libro indubitable del Señor del universo” (10:37)
  • Y no te hemos revelado el Libro sino para que les dilucides sus discordias y para que sirva como guía y misericordia para los creyentes” (16:64)
  • Os hemos enviado el Libro que encierra vuestras tradiciones. ¿Pero no lo razonaréis?” (21:10)
  • Ciertamente, en verdad te hemos revelado el Libro para instruir al hombre; así, quien se encamine será en beneficio propio; en cambio, quien se desvíe será en su propio perjuicio….”. (39:41)

El Corán ha sido revelado por Dios a su Profeta (SAAWAWS) en idioma árabe y, por ello, el texto del Corán es reconocido como tal, sólo en árabe. Cualquier versión del Corán en otro idioma diferente al árabe se considera una interpretación del texto; como tal, la misma nunca puede ser considerada como texto revelado o auténtico del Libro, ya que la traducción es alterada por la subjetividad y la natural limitación humana de la persona que la haya realizado.

Un aspecto del Corán que indica su naturaleza única y excepcional, es la atracción sorprendente, extraordinaria e inagotable que el mismo ha ejercido durante siglos, y sigue ejerciendo, sobre millones de personas. Aún hoy, después de casi 15 siglos después de su revelación y posterior compilación, el sonido cautivo de su recitación se sigue escuchando a lo largo y ancho del mundo, penetrando en los corazones y en las mentes y transformando los espíritus de todos aquellos que lo escuchan.

3.1 REVELACIÓN DEL CORÁN

Como fue descrito en el capítulo 2, Muhammad (SAAWAWS) iba a la cueva del Monte Hirá´ -actualmente se le llama Monte Nur, o sea Luz- para dedicarse a reflexionar y meditar sobre la vida. En una de las noches del mes de Ramadán del año 610 DC, el ángel Gabriel le aparece a Muhammad (SAAWAWS) -quien tenía en ese entonces unos 40 años de edad- y le dice, con una voz sobrenatural : “¡Lee!”. Muhammad (SAAWAWS) gritó, asustado: “¡No leeré!”. Después el ángel repite: “¡Lee!”. Muhammad (SAAWAWS) gritó, todavía asustado: “¡No leeré!”. Después el ángel dice: “¡Lee! En el nombre de tu Señor, que todo lo creó. * Creó al hombre de una célula embrionaria (de un coágulo, o de un espermatozoide, en otras traducciones). * ¡Lee! Que tu Señor es el más generoso. * Que enseñó el uso de la pluma. * Enseñó al hombre lo que no sabía” (96:1-5). Así, con estas frases, inicia la revelación del Corán. Estos son los primeros 5 versículos del Corán revelados al Profeta (SAAWAWS).

Es de suma importancia resaltar que Dios, en la primera revelación a su Profeta (SAAWAWS), exhorta a la lectura, al uso de la pluma y el saber. Mensajes anteriores, a profetas previos, han sido perdidos, olvidados o alterados, ya que no fueron registrados o escritos adecuadamente desde el momento inicial de su revelación.  Dado que el Islam sería la última fase de la religión divina y Muhammad (SAAWAWS) sería el último de los profetas, según se revela en el mismo Corán, su mensaje debió ser soportado y bien documentado como para salvaguardar  -por siempre- la pureza e integridad de la palabra de Dios, en un libro escrito para guiar a la humanidad hasta el fin de los tiempos. De allí, lo significativo de comenzar la revelación haciendo mención a la pluma, como un instrumento de escritura.

El Profeta (SAAWAWS) siguió recibiendo revelaciones, tanto en su estadía en La Meca, entre los años 610 DC y 623 DC, antes de emigrar, como en Madinah, después de la emigración, entre los años 623 DC y 632 DC.

La revelación total del Corán fue realizada durante casi 23 años. El ángel Gabriel visitaba el Profeta Muhammad (SAAWAWS) para recitarle y enseñarle el mensaje de Dios, en partes, y le solicitaba que ensayara su recitación a sus compañeros, quienes -a su vez- lo ensayaban numerosas veces. Al mismo tiempo, el Profeta (SAAWAWS) ordenaba el registro escrito de las revelaciones por compañeros muy cercanos a él, y supervisaba tal escritura, haciendo que el escribiente repitiera, en voz alta, lo que había escrito, para verificar la exactitud del mensaje revelado.

Cada año, el ángel Gabriel le solicitaba al Profeta (SAAWAWS) recitar todas las revelaciones del año, para verificar su exactitud. Durante el último año de la vida del Profeta (SAAWAWS), el ángel lo visitó dos veces con el propósito de verificar la correcta recitación de las revelaciones; ello le hizo suponer al Profeta (SAAWAWS) que éste sería su último año de vida.

Así, Dios fue revelando el Corán en fases, por versículo o grupo de versículos. La misma revelación nos dice en el Corán: “¡En verdad!, Nosotros hemos hecho descender sobre ti el Corán, gradualmente” (76:23). En muchas oportunidades, la revelación respondía a algún suceso, evento o circunstancia y, a veces, hasta a alguna pregunta específica que le hacían las personas al Profeta (SAAWAWS). “En cuanto al Corán, te lo revelamos a intervalos, para que lo recites paulatinamente a los humanos y te lo revelamos según las circunstancias” (17:106); “Los incrédulos dicen: ¿Porqué no le fue revelado el Corán de una sola vez? Obramos así para confortar con él tu corazón y te lo dictamos por versículos paulatinamente * Siempre que te hagan alguna impugnación, te comunicaremos la verdad irrefutable y la mejor explicación de ello” (25:32-33).

3.2 COMPILACIÓN DEL CORÁN

Es relevante analizar las circunstancias y métodos que acompañaron el registro y compilación del Corán en un solo libro o volumen. Igualmente relevante es enterarse del esfuerzo, interés y suma atención que dedicaron los musulmanes, después de la muerte del Profeta (SAAWAWS), a esta noble y -a la vez- muy delicada  tarea, la cual permitió a la humanidad tener –y mantener- en sus manos, durante siglos, el Libro Sagrado, sin alteración alguna.

Durante la vida del profeta Muhammad (SAAWAWS),  los versículos del Corán se iban memorizando y, al mismo tiempo, se iban registrando o escribiendo en piezas de madera, cuero y pergaminos.  Esto sugiere que dicho registro se hacía de una manera dispersa. El Profeta (SAAWAWS) se encargaba, por inspiración divina, de ordenar los versículos en capítulos, pero manteniendo los mismos “abiertos”, esperando por eventuales revelaciones posteriores.

3.2.1 PRIMERA COMPILACIÓN: REALIZADA POR ALI IBN ABÍ TÁLEB

En los últimos días de su vida, el Profeta (SAAWAWS) encargó a Alí Ibn Abí Táleb la recopilación del Corán, en un sólo libro o volumen. La selección de Alí para esta tarea responde a que éste era la persona más allegada y cercana al Profeta (SAAWAWS), y a quien el Profeta (SAAWAWS) crió desde niño y le fue enseñando y transmitiendo su sabiduría. Ibn Mas´úd, que se contaba entre los grandes Compañeros del Profeta (SAAWAWS), dijo: “No vi a nadie más versado en la lectura del Corán que Alí Ibn Abi Táleb.

Es así que, tras el fallecimiento del Profeta (SAAWAWS), Alí ibn Abi Táleb se dedicó a la recopilación del Corán, considerando esta tarea como su mayor deber. Ibn Sirín transmitió: “Alí dijo: Cuando el Profeta (SAAWAWS) falleció, juré que hasta que no recopilara el Corán, no me pondría mi capa sobre la espalda excepto para la oración del viernes”. Esta tarea le llevó a Alí unos seis meses de dedicación. Dicha recopilación siguió el orden cronológico de las revelaciones. Según Ibn Hajar: “Tras el fallecimiento del Profeta (SAAWAWS), Alí recopiló el Corán según el orden de descenso. Abú Dawoud lo narró así”.

Alí dispuso, como ya se mencionó, el orden de los capítulos de acuerdo al orden en que sus versículos habían sido revelados. Además, se aseguró que la lectura o recitación, letra por letra, haya sido precisamente la misma que la del Profeta (SAAWAWS). Por otro lado, esta compilación contenía, en forma de comentarios, la causa, lugar y momento de revelación de cada uno de los versículos, además de las personas por las que fueron revelados, cuando aplica. Así, las circunstancias y la explicación general de las revelaciones fueron incluidas  -en los márgenes- como comentarios. Los mismos comprendían las precisiones que él había aprendido del Profeta (SAAWAWS), sin que omitiera o cambiara nada, por más pequeño que fuese. El mismo Alí dijo: “No descendió versículo alguno al Profeta (SAAWAWS) sin que me lo leyese y me lo dictara, escribiéndolo yo con mi propia letra, y me enseñó el Ta´wíl (explicaciones) y el Tafsír (interpretaciones), los versículos abrogantes y los abrogados, los versículos Muhkamat (determinantes) y Mutashábihat (alegóricos), y pidió a Dios que me dotara con su entendimiento y memorización, y desde que suplicó por mí, yo no olvidé ni un sólo versículo del Libro de Dios, ni sus peculiaridades que el Profeta (SAAWAWS) me dictaba y yo escribía”..

En conclusión, tanto los Shi´itas como los Sunnitas, los dos grupos musulmanes principales, afirman que -tras la muerte del Profeta (SAAWAWS) y siguiendo sus órdenes- el primero que se había dedicado a la compilación del Corán, fue Alí Ibn Abí Táleb, quien finalizó su trabajo de una manera como nadie más podía, tras transcurrir seis meses de la muerte del Profeta (SAAWAWS). A pesar de esto, la recopilación de Alí no fue reconocida ni aceptada por Abu Bakr, primer Califa o sucesor del Profeta (SAAWAWS), a sugerencia de Omar Ibn Al Khattáb, quien más adelante sería el segundo Califa. Por ello, la misma no circuló entre los musulmanes, como  primera recopilación. Para que la misma no se perdiera, Alí decidió conservarla ordenando mantener su circulación sólo entre sus hijos, Hassan y Hussein, y luego entre sus descendientes.

3.2.2 SEGUNDA COMPILACIÓN (ÉPOCA DE ABU BAKR)

A raíz del rechazo de aceptar esta primera recopilación como oficial y definitiva, surgió la preocupación de que el contenido del Corán -la principal referencia de la legislación islámica y la base sobre la cual se construye la vida social en la totalidad de sus diferentes asuntos- permaneciera esparcido. Esta preocupación alcanzó su máximo, cuando -tras un poco más de un año del fallecimiento del Profeta- aconteció una batalla, donde murieron setenta -y según otras narraciones, cuatrocientas- personas que memorizaban el Corán. Por ello, Abu Bakr comisionó, por sugerencia de Omar, a Zaid Ibn Thábet –uno de los escribientes del Profeta- para que llevara a cabo la recopilación del Corán en un Libro.

Zaid logró compilar el Corán, reuniendo tanto los que memorizan el mismo como las piezas de madera, piedra, cuero y pergamino sobre las que habían sido escritos los versículos, y que se encontraban dispersas en manos de los Compañeros. Durante este trabajo, Zaid fue asistido por una comitiva constituida por 25 compañeros, y el mismo se realizó bajo la fiscalización de Abu Bakr. Sin embargo, el trabajo se limitó a reunir los versículos en unas páginas, las cuales fueron colocadas juntas en un cofre a fin de que no estuvieran dispersas y no desaparecieran; es por ello que no se le consideró un Libro o un volumen. Los versículos fueron ordenados por capítulo pero, en esta recopilación inicial, no hubo un ordenamiento de los capítulos.

Estas páginas fueron confiadas a Abu Bakr y hasta el final de su vida estuvieron con él, para ponerlas luego a disposición de Omar quién sería el segundo Califa y quien le dejó estas páginas a su hija Hafsah. En el momento de “la unificación de las escrituras”, Outhmán Ibn Affán, el tercer Califa, se las pidió prestadas para compararlas con otra copia, devolviéndoselas luego a Hafsah. Cuando ésta falleció, Marwán, quien era el gobernador en Madinah por orden de Mu‘áwiah, las tomó del heredero de Hafsah y las rompió.

3.2.3 TERCERA COMPILACIÓN (ÉPOCA DE OUTHMÁN IBN AFFÁN)

Durante el período posterior al fallecimiento del Profeta (SAAWAWS) hasta principios del Califato de Outhmán, además de la recopilación que hiciera Alí, que era el más sabio de todos, y de la que hiciera Zaid Ibn Thábet a pedido de Abu Bakr en forma oficial, otros grupos de Compañeros que habían llegado a una alta posición en lo que se refiere a la lectura del Corán, también procedieron a recopilar el Corán por cuenta propia. Las recopilaciones y registros realizados por aquéllos que gozaban de una situación especial, rápidamente fueron objeto de la atención de los musulmanes, según la posición personal del lector y el lugar en que cada uno de éstos se encontraba. Es así que la gente de cada región leía una escritura o un libro ordenado en forma diferente, siendo –siempre- el contenido, el mismo.

Más adelante, en la época del tercer Califa, Outhmán Ibn Affán, el Islam ya se había  extendido y consolidado más allá de la Península Arábiga. Muchas personas que sabían leer y escribir comenzaron a escribir nuevas copias del Corán, transcribiéndolo de aquellas escrituras famosas existentes en cada región. Es importante destacar aquí que una letra en árabe se puede leer de diferentes maneras, de acuerdo a su ubicación en la palabra y –a veces- en la frase. Dadas las deficiencias de escritura existentes en la época, los puntos y señales especiales que identificarían cada letra de una manera unívoca, no se registraban de una manera adecuada, o no se registraban. Por esta razón, no se pudo evitar el surgimiento de diferencias entre los musulmanes en lo relacionado a la lectura del mismo, y a medida que pasaba el tiempo y se alejaban de la época de la revelación, las diferencias se incrementaban también.

(ver la continuación en archivo pdf)

Extracto de “LA VERDAD SOBRE EL ISLAM”

Desmitificando falsos paradigmas

Por Abdun-Nabi Chaaban

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