Diferencias en la práctica de Salat entre las escuelas shia y sunna

Postrarse sobre la tierra (turbah) y salat de Tarawih

Por Sayed Mustafá Qazwini

Postrarse sobre la tierra (Turbah)

Postrarse sobre la tierra o sobre un material natural no implica en absoluto adoración a la tierra o piedra sobre la cual uno se prosterna. Como práctica, tiene una base firme en la tradición del Profeta, la cual el sagrado Corán ordena seguir en todos los aspectos.

El Imam al-Bukhari narra que el Profeta dijo: “se me ha dado cinco cosas las cuales no le fueron concedidas a ningún otro (Profeta) antes de mí:

1-Cada mensajero fue enviado para su propio pueblo en particular, mientras que yo he sido enviado para toda la humanidad, aún rojos y amarillos:

2-Los botines de guerra me fueron hecho lícitos y nunca antes habían sido lícitos para alguien.

3-La tierra se ha hecho pura y un lugar de prosternación para mí, entonces cuando llegue el momento de la oración, deben orar donde quiera que estén (sobre la tierra).

4-He sido apoyado por temor (ser causa del temor y que entre la intimidación en el corazón de los enemigos del Profeta) desde una distancia que si se pudiera recorrer se tardaría un mes.

5-Se me ha concedido la intercesión.[1]

Con respecto al tema, la tercera narración expresa muy claramente que la tierra (el polvo y las piedras) son un lugar de prosternación. En la historia del Islam, se pudo ver que la mezquita del Profeta en Medina no tenía nada que cubriera el piso, era de tierra, aunque en ese tiempo existían numerosos tipos de alfombras y cosas similares. Debido a que esta mezquita no tenía alfombra o algo que cubriera el suelo, cuando llovía este se humedecía y convertía en barro; pero sin embargo, los musulmanes se prosternaban sobre el barro y no colocaban ninguna alfombra o mueble sobre el suelo. Hay algunas narraciones como las siguientes:

Abu Sa´id al-Khidri, un compañero del Profeta informó, “Yo vi con mis propios ojos, que el mensajero de Al.lah tenía en su nariz rastros de lluvia y lodo.”

El Imam al-Bukhari narra que cuando el Profeta solía hacer las oraciones en su propia habitación, rezaba sobre el Khumra (una pieza solida de arena o un trozo de paja).

El mensajero de Al.lah realizaba su oración y yo (una de las esposas del Profeta) estaba acostada frente a él con la menstruación. A veces me rozaba la ropa cuando se prosternaba y solía prosternarse sobre Khumra.[2]

Una de las esposas del Profeta dijo, “yo nunca vi al Profeta (mientras se prosternaba) evitar que su cara tocara la tierra.”[3]

Wa´il, uno de los compañeros del Profeta narra, “Yo vi al Profeta que una vez se prosternó tocando la tierra con su frente y nariz.”[4]

Otras narraciones dicen que el Profeta prohibió a los musulmanes prosternarse sobre materiales que no fuesen de tierra. Un día vio a un hombre prosternarse sobre un pedazo de tela de su turbante. El Profeta lo señaló y le dijo que quitara su turbante y llevara su frente hasta el suelo.[5]

A pesar de lo caliente que estaba el suelo, el Profeta y sus compañeros solían prosternarse sobre éste. Un gran compañero del Profeta, Yabir ibn Abdul.lah al-Ansari dijo: “Yo solía hacer la oración del medio día con el Mensajero de Al.lah y tomaba un manojo de piedrecitas en la palma de mi mano y las dejaba enfriar para luego colocar mi frente sobre ellas.”[6]

Otro compañero del Profeta, Anas ibn Malik narra: “Nosotros solíamos orar con el Profeta de Al.lah con mucho calor, colocábamos piedrecitas en nuestras manos y una vez estaban frías las poníamos en el suelo y nos prosternábamos sobre ellas.”[7]

Al-Khabbab ibn al-Arth, otro compañero del Profeta cuenta: “Nos quejamos ante el Profeta del intenso calor y sus efectos en nuestras frentes y palmas (durante la prosternación) pero él no nos eximió de rezar sobre la tierra.”[8]

Abu ‘Ubaidah, también un compañero del Profeta narra que el compañero ibn Mas´ud nunca se prosternó (sobre nada) excepto sobre la tierra,[9] entretanto el compañero ‘Ibada ibn as-Samit es recordado por tirar su turbante hacia atrás para permitir que su frente tocara el suelo.[10]

Durante la época de los primeros cuatro califas, los musulmanes solían prosternarse sobre la tierra. Abu Umayyah narra que el primer califa, Abu Bakr solía prosternarse y orar sobre la tierra.[11] Prosternarse sobre la tierra era común también en los Tabi´in (aquellos que no vieron al Profeta pero conocieron a sus compañeros).

Masruq ibn al-Ajda´, un prominente Tabi´in, fiel jurista y alumno de Abdul.lah ibn Mas´ud hizo fabricó para él una tablilla de tierra de Medina y la usó para prosternarse sobre ésta, llevándola consigo en sus viajes, especialmente cuando abordaba un barco.[12]

La gente cercana al Profeta y Ahlul Bayt también fue muy firme en su práctica de prosternarse sobre la tierra, y al hacerlo, seguían la tradición de su abuelo el Mensajero de Al.lah. El Imam Ya’far as-Sādiq, sexto Imam dijo: “La prosternación solo es permitida sobre la tierra y todo lo que crece de ella, excepto sobre aquellas cosas que son comestibles o hechas de algodón.”[13] Cuando se le preguntó si era válido tener un turbante y que éste toque la tierra en lugar de la frente, él respondió que eso no era suficiente a menos que la frente toque la tierra.[14] Su compañero y alumno, Hisham ibn al-Hakam le preguntó si todas las siete partes (frente, manos, rodillas y pulgares del pie) necesitan tocar la tierra durante la prosternación, el Imam as-Sādiq respondió que siempre y cuando la frente haga contacto con la tierra, no hay necesidad de que las otras seis áreas hagan tal contacto. Así, la gente puede usar tapetes o alfombras para el rezo con tal que la frente haga contacto con la tierra. Sin embargo, La prosternación colocando la frente sobre un pedazo de tela, tapete, nailon, sabana, lana o cualquier cosa que no es un producto de la tierra (excluyendo artículos los cuales son comestibles o vestimenta; cosas a las cuales la prosternación no es permisible) no se consideraría prosternación sobre la tierra.

Aparte del tema de la validez de la prosternación sobre la tierra, este acto tiene aspectos y lecciones muy significativas para un creyente. La prosternación misma es un gesto de humillación e insignificancia frente al Altísimo, y si ésta se hace sobre la tierra, tendrá más efecto que hacerlo sobre un tapete. El mensajero de Dios dijo, “cubre tu rostro y tus narices con polvo.”[15] Cuando se le preguntó al Imam Ya’far as-Sādiq acerca de la filosofía detrás de la prosternación, el respondió, “la prosternación es entrega y humillación hacia el Altísimo. Por lo tanto, ésta no debería ser sobre lo cual es usado como vestimenta y comestible porque la gente es esclava de lo que usa y de lo que come y la prosternación es la adoración a Al.lah, por lo tanto nadie debería colocar su frente durante la prosternación sobre lo cual es adorado por la gente (comida y ropa) y lo que adorna a las mismas.”[16]

Claro está, toda regla tiene una excepción. Ciertas narraciones permiten a las personas en situaciones de emergencia, como la prisión o estar en un lugar (barco o avión) en el cual ninguno de los dos, tierra o una pieza de madera o papel están disponibles prosternarse sobre ellos. Por consiguiente, en estos casos, ya sea sobre el dobladillo de su ropa o un tapete, tal como lo ha dicho el mensajero de Al.lah, “Nada se ha prohibido al hombre, sin que Al.lah lo permite para quien se ve obligado (en casos de emergencia).”

¿Porque rezar sobre la tierra de Karbalá?

Los seguidores de Ahlul Bayt prefieren prosternarse sobre la tierra de Karbalá, donde grandes mártires fueron sepultados y la cual nos recuerda el gran sacrificio del Imam Husain, nieto del Profeta. Ellos no aprecian el suelo físico en sí mismo, sino los principios del Imam Husain y su gran revolución la cual salvó al Islam de la corrupción, el deterioro y la tiranía de los malhechores. Muchos Imames de la escuela de Ahlul Bayt mencionaron que la prosternación sobre el suelo de Karbalá penetra los siete velos que separan al orante de Al.lah, el Exaltado.

La sabiduría convencional también determina que algunas tierras son mejores que otras. Este hecho es normal y racional, y ha sido apoyado por muchas naciones, gobiernos, autoridades y religiones. Tal es el caso con lugares y edificaciones relacionadas al Dios Todopoderoso, el Altísimo, gozan de un estatus especial cuyas órdenes, leyes y obligaciones son sancionadas y protegidas. Por ejemplo, la Kaaba tiene un mandato propio, al igual que la Mezquita del Profeta en Medina.

La tierra de Karbalá es similar, se dice que el Profeta tocó esa tierra, la olió y la besó. La esposa del Profeta, Umm Salamah también llevaba un trozo de esta tierra en su ropa. Se narra que el Profeta le dijo a Umm Salamah: “Gabriel (el ángel) ha venido a mí y me ha informado que algunos de mi nación asesinarán a mi nieto en Irak, y me trajo un pedazo de esa tierra.” Él le dio ese pedazo de tierra a su esposa y dijo: “Cuando esto se convierta en sangre fresca, es porque mi hijo Husain ha muerto.” Umm Salamah tomo la tierra y la colocó dentro de una botella. Cuando el Imam Husain se dirigió rumbo a Irak en el año 61 de la Hégira, ella observaba la botella todos los días. Un día, el 10 de Muharram, fue a ver la botella y notó que la tierra se había convertido en sangre fresca y comenzó a llorar. Las mujeres de Bani Hashim se le acercaron y le preguntaron por el motivo de su escandalo; ella les dijo que Husain había sido asesinado. Cuando ellas le preguntaron cómo sabía esto, narró la historia y todas se unieron a su lamento y comenzaron a llorar por el Imam Husain.[17]

Hisham ibn Muhammad dijo: “Cuando intentaron inundar con agua la tumba de Husain para destruirla, se secó después de cuarenta días y la tumba quedó sin marca alguna. Un Beduino de Bani Asad vino y tomó muestras del suelo, un puñado tras otro, oliéndola cada vez, hasta que pudo identificar la tumba de Husain, después lloró y dijo: “¡Que mis padres sean sacrificados por ti! ¡Que dulce tú olor cuando estabas vivo y que dulce huele tú suelo incluso cuando tú estás muerto!” entonces lloró de nuevo y compuso este poema, “Por enemistad querían destruir su tumba, pero el buen olor de la tierra llevó a la tumba.”[18]

El primero en postrarse sobre el suelo de Karbalá (cuando el Imam Husain fue asesinado y enterrado) fue su hijo, Ali ibn al-Husain Zayn al-Abidin, el cuarto Imam de la escuela de Ahlul Bayt, el biznieto del mensajero de Al.lah. Después de haber enterrado a su padre en Karbalá, tomó un puñado de tierra y lo moldeó hasta obtener un pedazo sólido para postrarse sobre éste. Después de él, su hijo Imam Muhammad al-Bāqir y su nieto, el Imam Ya’far as-Sādiq también hicieron lo mismo. El Imam Zayn al-Abidin y el Imam as-Sādiq construían masbahas (rosarios) con tierra del sepulcro del Imam Husain y el Imam as-Sādiq narra que la hija del mensajero de Dios, La Gran Dama Fátima az-Zahra solía llevar rosarios hechos a partir de hilos trenzados de madera con los cuales oraba y glorificaba a Al.lah, el Exaltado. Pero después de que Hamza ibn Abdul Muttalib fue asesinado en la batalla de Uhud, tomó tierra de su tumba e hizo algunos rosarios de ésta y los usó para glorificar al Señor. La gente siguió esta costumbre e hicieron lo mismo cuando el Imam Husain fue martirizado; tomando la tierra de su tumba y usándola para hacer rosarios.

Oraciones por los muertos (Salat al-Mayyit)

Durante la época del Profeta, las oraciones para el recién fallecido tenían cinco takbirs (frase de engrandecimiento). Ahmad ibn Hanbal narra acerca de Abd al-A’la: “Yo recé detrás de Zayd ibn Arqam sobre un cadáver e hice takbir cinco veces.” Un hombre se paró detrás de él, sujetó su mano y le preguntó si había olvidado el procedimiento. Abd al-A’la respondió: “No, pero yo recé detrás de Abul-Qasim Muhammad y él hizo cinco takbirs y yo no haría otra cosa diferente.”[19]

Como referencia, as-Suyuti menciona el nombre del compañero que cambió el número de takbirs de cinco a cuatro.[20]

Oraciones de Tarawih

El Imam al-Bukhari narra de Abdul-lah ibn Abd al-Qari: “En una de las noches del mes de Ramadán fui a la Mezquita con Umar ibn al-Jattab. Vimos a la gente en grupos separados, orando individualmente. Otros estaban orando con un grupo detrás de ellos. ‘Umar me miró y dijo: “En mi opinión, si yo pudiera reunir a toda estas personas detrás de una sola que recite sería mejor”. Entonces, él los reunió e hizo que Ubayy ibn Ka’ab los liderara en las oraciones. Otra noche, fui con él a la Mezquita y vi a la toda la gente rezando detrás de una sola persona. ‘Umar los miró y dijo: “Ni’mat al-Bid’ah hadhihi (Esta es una buena innovación).”[21]

En la tradición Shi’a, las oraciones recomendables (an-nawafil) durante el mes de Ramadán son realizadas individualmente.

Fuente: Cuestionamientos acerca del Islam Shi’a

Editorial Elhame Shargh

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Se permite copiar citando la referencia.

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Fundación Cultural Oriente


[1] Ṣaḥīḥ al-Bukhari, “El libro sobre la Ablución con área o tierra”, Hadith 323, “La Oración”, Hadith 419, “La Quinta porción prescrita”, Hadith 2890; Ṣaḥīḥ Muslim, “El libro sobre las mezquitas y lugares de rezo”, Hadith 810; an-Nisa’i, “El Libro acerca de la ablución con agua y seca”, Hadith 429, “Las mezquitas”, Hadith 728; Musnad Ahmad ibn Hanbal, Vol. 3, 305; ad-Darami, “El libro de la Oracion”, Hadith 1353.

[2] Ṣaḥīḥ al-Bukhari, “Libro sobre la menstruación”, Hadith 321, “Libro sobre la oración”, Hadith 366, 487, y 488; Ṣaḥīḥ Muslim, “Libro sobre la oración”, Hadith 797; an-Nisa´i, “Libro sobre las mezquitas”, Hadith 730; Abu Dawud, “Libro sobre la oración”, Hadith 560; Ibn Mayah, “Libro sobre el llamado inmediato a la oración”, Hadith 1018; Musnad Ahmad ibn Hanbal, Vol. 6, 330, 331, 335 y 336; ad-Darami, “Libro sobre la oración”, Hadith 1338

[3] Musnad Ahmad ibn Hanbal, Vol. 6, 58; al-Muttaqi al-Hindi, Kanz al-’Ummal, Vol. 4, 212

[4] Al-Yassas Ahkam al-Quran, Vol. 3, 36; Musnad Ahmad ibn Hanbal, Vol. 4, 315

[5] Al-Haithami, Sunan al-Bayhaqi, Vol. 2, 105; Ibn Hayar, al-Isabah li Ma´rifat as-Sahabah, Vol. 2, 201

[6] Ṣaḥīḥ an-Nisa´i, Vol. 2, 204; al-Haithami, Sunan al-Bayhaqi, Vol. 1, 439; Musnad Ahmad ibn Hanbal, Vol. 3, 327

[7] Ṣaḥīḥ an-Nisa´i Vol. 2, 204; al-Haithami, Sunan al-Bayhaqi, Vol. 1, 439; Musnad Ahmad ibn Hanbal, Vol. 3, 327

[8] Al-Haithami, Sunan al-Bayhaqi, Vol. 2, 106

[9] Mayma´ az-Zawa´id, Vol. 2, 57

[10] Al-Haithami, sunan al-Bayhaqi; Sunan al-Kubra, Vol. 2, 105

[11] Al-Muttaqi al-Hindi, Kanz al-’Ummal; al-Haithami, Sunan al-Bayhaqi; Sunan al-Kubra, Vol. 4, 212, Vol. 2

[12] Ibn Sa´ad, at-Tabaqat al-Kubra, Vol. 6, 53

[13] Wasa´il ash-Shi´ah, Vol. 3, 592

[14] Ibíd.

[15] At-Targhib wat-Tarhib, Vol. 1, 581

[16] Wasa´il ash-Shi´ah, Vol. 3, 591

[17] As-Suyuti ash-Shafi´i, Al-Khasa´is, Vol. 2, 125; al-Maghazali, al-Manaqib, 313; Musnad Ahmad ibn Hanbal, Vol. 6, 294; ad-Dimishqi, Tarikh al-Islam, Vol. 3, 11; al-Bidayah wan-Nihayah, Vol. 6, 230; Ibn ´Abd Rabbah, al-´Aqd al-farid, Vol. 2, 219; al-Muttaqi al-Hindi, Kanz al-’Ummal, Vol. 5, 110

[18] Tarikh ibn Asakir, Vol. 4, 342; Hafiz al-Kanyi, al-Kifayah, 293

[19] Musnad Ahmad ibn Hanbal, Vol. 4, 370; Ṣaḥīḥ Muslim, “oraciones sobre las tumbas”; Sahih an-Nisa’i, “Kitab al-Yanazah”

[20] as-Suyuti, al-Kamil, Vol. 15, 29; as-Suyuti, Tarikh al-Khulafa, 137

[21] Ṣaḥīḥ al-Bukhari, Vol. 1, 342

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