La Filosofía Transcendente de Mul.la Sadra

La vida de Mul.la Sadra

Por Ayatolá Muhammad Jamenei

1- De la docencia al retiro

Mul.la Sadra debe haber retornado a Shiraz aproximadamente de 1010 Hégira (1602 d. C). Había heredado una gran fortuna y muchas propiedades de su padre, las que debería administrar, lo que pudo haber sido la razón de su retorno.

Poseedor de una inmensa fortuna y de un vasto océano de conocimiento, sobretodo, en el campo de la filosofía, se le presentaban entonces varias ideas innovadoras. Así, él comenzó a enseñar en Shiraz, y un grupo de estudiantes oriundos de distintas partes del país comparecieron a sus clases. Considerando esto, sus rivales que, como muchos filósofos y teólogos, seguían ciegamente a los filósofos anteriores, y que sentían que su posición social estaba en riesgo, comenzaron a perseguirlo, ridiculizando sus ideas e insultándolo, ya sea para defender sus propias ideas o apenas por envidia.

Este mal comportamiento y las presiones no eran compatibles con el espíritu refinado de Sadra. Por otro lado, su fe, sus creencias religiosas y el temor a Dios no le permitían reaccionar y tratarlos de la misma manera. Entonces, él dejó Shiraz resentido y fue para la ciudad Qom, que todavía no se había vuelto un importante centro científico y filosófico. En esta ciudad religiosa está localizado el mausoleo de Fátima al Ma’suma, la hija del séptimo Imam, Imam Musa al-Kazim (P), uno de los descendientes del Profeta Muhammad (PB), y la hermana del Imam Rida (el octavo Imam shiíta). Muchos eruditos y personalidades religiosas fueron sepultados en Qom.

 Mul.la Sadra no permaneció en Qom mucho tiempo, por causa de su clima caliente, o tal vez por la similitud de las condiciones sociales que allí habían con las de Shiraz, por lo que se quedó en un pueblo llamado Kahak en un área suburbana de Qom. Las ruinas de su magnífica residencia pueden ser vistas todavía en aquella localidad.

La depresión y el desánimo espiritual de Mul.la Sadra lo forzaron a abandonar por algún tiempo la enseñanza y la discusión filosófica, y, como él escribiera en la introducción de su gran libro “Al-Asfar”, pasó tiempo en adoración, ayunos, y prácticas ascéticas. Esta oportunidad, que había sido, en realidad, a él impuesta, lo auxilió a atravesar las etapas espirituales y místicas para el estado de santidad. Eso fue considerado, desde el punto de vista espiritual, el período dorado de su vida. A pesar de su tristeza y decepción, él consiguió alcanzar la etapa de descubrimiento y la intuición sobre el culto, ver las realidades filosóficas con la visión del corazón en vez de hacerlo con la mente. Fue ese mismo éxito lo que contribuyó al perfeccionamiento de su escuela filosófica. Su reclusión y negativa a escribir o enseñar continuó hasta que, en el estado de desvelamiento e intuición de lo oculto, recibiera la orden (interior) de volver a la sociedad y comenzar a escribir, enseñar y propagar su escuela de pensamiento y sus descubrimientos.

Consideramos ese período de silencio y reclusión como alrededor de 5 años, él lo interrumpió en 1015 (H). Una vez más, cogió su pluma y comenzó la composición de algunos libros, incluyendo su monumental obra “Al-Asfar, que es considerada una enciclopedia filosófica, y escribió la primera parte sobre las cuestiones relacionadas a la existencia.

Sadra no regresó a Shiraz antes de 1040 (H). Permaneció en Qom, fundó un centro filosófico, formó a varios discípulos, y durante ese tiempo, se ocupó en escribir su famoso libro o componer tratados en respuesta a los filósofos contemporáneos. Dos de sus famosos alumnos, Fayyadh Lahiyi y Faydh Kashani, que fueron también sus yernos, difundirán su escuela de pensamiento. Presentaremos más informaciones de sus obras en la sección relacionada con sus trabajos.

Mul.la Sadra retornó a Shiraz cerca de 1039 ó 1040 (H). Algunos creen que la razón de su retorno fue la invitación enviada por el gobernador de la provincia de Fars, Al.la Werdi Khan. Este gobernante había terminado la construcción de la escuela que su padre, Imam Quli Khan, había iniciado para la enseñanza de la filosofía, y debido a su antigua admiración por Mul.la Sadra, lo invitó para que viniera a Shiraz con el fin de asumir la supervisión de la enseñanza.

En Shiraz, Mul.la Sadra también se dedicó a la enseñanza de la filosofía, hermenéutica, y hadiz, lo que fue evidente si leemos su libro “Se Asl” (Los Tres Principios), que fue escrito durante esta estancia en Shiraz. En esta obra, Sadra ataca severamente a los sabios de aquella época, a los filósofos, teólogos, jurisconsultos y médicos. De la misma manera que la primera vez, Sadra se vio bajo la presión de los calumniadores y de la conducta corrupta de eruditos de su ciudad. Sin embargo, Mul.la Sadra se había fortalecido y decidirá enfrentar a sus opositores, formulando, presentando y propagando su propia escuela de pensamiento.

Una de las dimensiones de la nueva existencia de Mul.la Sadra está en sus constantes visitas a la Caaba en Meca. Los registros históricos afirman que realizó la peregrinación siete veces (cabe notar la simbólica figura del siete), aparentemente a pie. En los días actuales, a pesar de los comodidades ofrecidas por los modernos medios de transporte, existen todavía algunas dificultades para que se realice la peregrinación. No obstante, cuatrocientos años atrás, las personas realizaban esta jornada en caballos o camellos, atravesando el desierto de Arabia Saudita. Por eso, la peregrinación (hayy) era considerada también una especie de práctica ascética. En ese viaje, que era hecho en la forma de grandes caravanas de peregrinos, dirigiéndose a Meca, muchas personas morían de calor, sed o extenuados. Así, cumplir tal jornada, lo que significaba viajar por algunos millares de kilómetros, a pie, ciertamente implicaba mucho más sufrimiento del que en los días de hoy, y exigía fuerza de voluntad y fe profunda. Adicionando a este esfuerzo sus otras prácticas ascéticas Mul.la Sadra, recorrió a pie este camino siete veces. Por fin, en su sétima peregrinación a Meca, enfermó en la ciudad de Basora en Iraq, y falleció, dejando este mundo para aquellos que estaban obsesionados con él. Su ruta en ese viaje fue, considerando como punto de partida Shiraz, el curso marítimo que sigue desde la costa oriental del Golfo Pérsico hasta la costa occidental, y entró en el puerto de Basora en Iraq, que era parte del Irán de aquella época.

Es comúnmente aceptado que su fallecimiento ocurrió en 1050 (H) (1640d. C.). Sin embargo, creemos que la fecha más exacta sea 1045 (H), la cual fue registrada por su nieto, Ibn al-Huda, una de las estrellas del cielo del conocimiento de entonces, hijo de Al.lamah Faydh Kashani. La súbita interrupción de algunas de sus obras, como la “Interpretación del Corán” y el “Sharh Usul Kafi” (de Muhadith Kulayni) en vuelta de 1044 (H) es una evidencia para esa afirmación.

Mul.la Sadra falleció en Basora, más de acuerdo con la tradición shiíta, su cuerpo fue trasladado para Nayaf (Iraq), donde se encuentra la tumba del Imam Ali (P), primo, yerno y sucesor del Profeta Muhammad (PB) y el primer Imam de los shiítas. Como atestigua su nieto, Ibn Al-Huda’, fue sepultado en el lado izquierdo del patio del santuario del Imam Ali (P).

2- Los profesores, hijos y estudiantes de Mul.la Sadra

A. Los profesores

Mul.la Sadra fue un maestro en todas las ciencias de su época; sin embargo, ninguna de ella fue más importante para él que la filosofía. Como mencionamos anteriormente, por razón de la destacada posición espiritual y de las ventajas económicas proporcionadas por su familia, en particular por su padre, él gozó de los beneficios de estudiar con los maestros más sabios de aquel tiempo.

En Qazwin, Mul.la Sadra estudió con dos maestros ilustres, Sheikh Baha ud-Din y Mir Damad, cuando la capital fue transferida a Isfahán en 1066 (H) él se mudó para allá en compañía de sus maestros.

Para completar su educación superior, especialmente en filosofía, inició una profunda búsqueda sobre las cuestiones filosóficas contemporáneas. Debido a lo grande de su talento, la profundidad de su pensamiento y el amplio conocimiento de las ciencias racionales, de la lógica y la gnosis, Mul.la Sadra consiguió desarrollar una serie de principios inéditos y reglas fundamentales. De ese modo, el joven árbol de la Filosofía Transcendente, que da nombre a su escuela de pensamiento, gradualmente creció hasta alcanzar el punto más elevado del cielo.

Mul.la Sadra adquirió la mayor parte de su conocimiento académico de los profesores mencionados. Vale la pena conocer un poco más sobre esos incomparables pensadores.

Sheikh Baha ud-Din ‘Ameli

Sheikh Baha no fue el primer profesor de Mul.la Sadra. Pero él, parece haber desempeñado el papel más significativo en el desarrollo personal de Mul.la Sadra, ejerciendo la mayor influencia en su formación moral, espiritual e intelectual.

Su padre era un jurisprudente libanés llamado Sheikh Husein, hijo de Sheikh Abdus- Samad Ameli. Yabal Amel es una de las ciudades del norte de Siria, de población predominantemente shiíta. En aquella época era gobernada por el cruel y tiránico poder otomano. Un gran número de jurisprudentes y eruditos shiítas que allí vivían, huirían de las atrocidades de los gobernantes otomanos y buscaban refugio en Irán, bajo el dominio safávida. Sheikh Baha ud-Din tenía siete (o trece) años cuando llegó a Irán con su padre, que fue, más tarde, nombrado el líder religioso de los musulmanes, una posición sublime y espiritual en Herat Jorasán. En Irán, Baha ud-Din comenzó entonces a instruirse en las ciencias de su tiempo y luego se volvió un erudito muy famoso.

Su amplio conocimiento en diferentes áreas, desde la jurisprudencia, la hermenéutica, los hadices y la literatura, además de la matemática, la ingeniería, la astronomía y otras ciencias afines, y las historias narradas sobre los hechos excepcionales de su vida lo volverán un personaje legendario, incomparable con cualquier otro sabio en la historia milenaria de la ciencia desarrollada al advenimiento del Islam. En realidad en términos eruditos él puede ser considerado al mismo nivel de Pitágoras o Hermes en la historia de la ciencia griega.

Mir Damad

Mir Muhammad Baqir Husayni, conocido por Mir Damad, fue uno de los más importantes eruditos de su época y un gran maestro de las escuelas peripatética e iluminativa de la filosofía, de gnosis, jurisprudencia y ley islámica. Su padre fue un jurisprudente originario de Astarabad (actual Golestán). Pasó su juventud estudiando en Jorasán y más tarde, tuvo el honor de volverse yerno de un famoso científico libanés, Sheikh Ali Karaki, más conocido como el segundo investigador, el alto consejero del rey safávida. Por eso el título de “Damad” (yerno en persa) permaneció con Mir Muhammad Baqir Husayni.

Algunos creen que Mir Damad nació en 969 hégira lunar (1562 d. C), más no hay evidencia de esto. Él nació en Jorasán y pasó su adolescencia en Mashhad (en la provincia de Jorasán). Por su genialidad alcanzó el dominio del alto conocimiento científico en poco tiempo. Cuando llegó a Qazwin (capital de los safávidas en la época) completó su formación y rápidamente se volvió famoso, obteniendo la posición de maestro.

Mul.la Sadra, que probablemente fue a Isfahán con su padre todavía en la infancia, luego siguió las clases con Mir Damad, y se graduó en los cursos avanzados de filosofía, hadiz y otras ciencias, una vez más bajo la supervisión de él.

Con la mudanza de la capital safávida de Qazwin a Isfahán, Mir Damad transfirió su centro de enseñanza para allá. Mul.la Sadra, durante sus años de residencia en Isfahán aprovechó al máximo sus clases y su relación científica con este erudito nunca fue interrumpida. Mir Damad enfermó en 1041 (H) en camino a Iraq, y allá falleció.

Mir Fendereski también fue citado como uno de los profesores de Mul.la Sadra. Su nombre completo era Mir Abu Qasim Astarabadi, y se volvió famoso por el nombre de  Fendereski. Él vivió por algún tiempo en Isfahán, en la misma época de Mir Damad, pasó gran parte de su vida en la India entre monjes y zoroástrianos, adquiriendo algunos conocimientos de ellos. Sin embargo, a pesar de lo que comúnmente es acertado por algunos investigadores no hay evidencia que indique la existencia de alguna relación de estudiante y maestro entre Mul.la Sadra y  Fendereski. Además, la escuela de filosofía legada por Fendereski, y difundida por sus discípulos, como Mul.la Rayab Ali Tabrizi, es completamente contraria a la escuela de Mul.la Sadra.

B. Los hijos

Las circunstancias del casamiento de Mul.la Sadra no son enteramente conocidas por nosotros. Es probable que se haya casado a los cuarenta años y que su primer hijo nació en 1019 (H). Él tuvo tres hijas y dos hijos: Umm Kulthum (nac. 1019 H), Ibrahim (nac. 1021 H), Zubaydah (nac. 1024 H), Nizam ad-Din Ahmad (nac. 1031 H) y Ma’sumah (nac. 1033 H).

Mirza Ibrahim, cuyo nombre verdadero era Sharaf ud-Din Abu Ali Ibrahim ibn Muhammad, nacido en Shiraz (1021 H), fue uno de los grandes científicos de su época y respetado filósofo, jurisprudente, teólogo y exegeta, también se dedicó a otras ciencias, como la matemática. Escribió un libro llamado “Urwat al-Wuthqa” sobre la exégesis del Corán y un comentario sobre “Ar-Rawda”, libro del famoso jurisprudente libanés, Shahid. Algunas otras obras filosóficas fueron atribuidas a Ibrahim.

El otro hijo de Mul.la Sadra; Ahmad, nació en Khashan (1031 H) y falleció en Shiraz en el año 1074 (H). Él también fue filósofo, literato y poeta, escribiendo algunos libros.

La hija mayor de Mul.la Sadra, Umm Kulthum fue poetisa, erudita y conocida por su piedad y dedicación a la oración. Se casó con Mul.la Abdur Razzaq Lahiyi, el famoso discípulo de Mul.la Sadra.

La segunda hija, Zubaydah, se casó con Faydh Kashani y tuvo algunos hijos de buena reputación. Ella también fue conocida por su amplio conocimiento de ciencia y literatura, siendo igualmente poetisa.

Ma’sumah, la tercera hija de Mul.la Sadra, nació en Shiraz (1033 H) y fue famosa por su sabiduría y maestría en el arte poética y en literatura. Ella se casó con uno de los estudiantes de Sadra, Qawam ud-Din Muhammad Neyrizi. Algunos historiadores, sin embargo, creían que su esposo había sido Mul.la Abdul Mohsen Kashani, otro discípulo de Mul.la Sadra.

C. Los estudiantes

A pesar del largo período en que Mul.la Sadra se dedicó a la enseñanza de filosofía, interpretación y hadiz, los últimos cinco (o diez) años de su vida en Shiraz y los más de veinte años pasados en Qom (de 1020 a 1040 H), o tal vez en pocos años antes de eso en Shiraz o Isfahán, con excepción del algunos, no hay registro de sus estudiantes en documentos y escritos históricos.

Algunos prominentes filósofos y científicos estudiarían con él, sin embargo, ninguno de ellos se volvió realmente famoso, o si eso ocurrió, no conocemos sus nombres. Naturalmente, la razón para esto pudo haber sido la franca relación personal entre ellos y Mul.la Sadra.

Conocemos al menos 10 de los más famosos discípulos de Mul.la Sadra y entre ellos, Faydh Kashani y Fayyadh Lahiyi fueron los más destacados.

Faydh Kashani

Su nombre era Muhammad Ibn Murtada, apodado como Muhsen y conocido por Faydh. Se volvió famoso por su sabiduría en jurisprudencia, hadiz, ética y gnosis.

Su padre fue uno de los sabios de Kashan. Faydh fue a Isfahán a los 20 años. Más tarde, siguió para Shiraz estudiando las ciencias de aquella época. Enseguida, se mudó a Qom, donde Mul.la Sadra había establecido un amplio centro de enseñanza. Faydh estudió con él por casi 20 años (antes que Mul.la Sadra retornara a Shiraz) y tuvo el honor de ser acertado como su yerno. Siguió con él a Shiraz y vivió allá por más de 2 años. A partir de este período, se volvió un erudito, un experto en todas las ciencias, y entonces retornó a la ciudad estableciendo su propio centro de enseñanza.

Durante su vida, además de preparar un gran número de alumnos, escribió varias obras sobre jurisprudencia, hadiz, ética y gnosis. Su método de abordar la ciencia de la ética era de tal cualidad que fue llamado como “el segundo Ghazali”. Más, fue un sabio de mayor alcance de lo que Abu Hamid Ghazali Tusi en su percepción gnóstica y en la profundidad científica de su conocimiento.

Faydh también fue poeta, y dejó un libro de poemas en persa, que consistía esencialmente de poemas gnósticos y de tema moral, en forma lírica.

El soberano safávida (Shah Safí) lo invitó en los últimos años de su vida a servir como Imam de los sermones del viernes, en Isfahán, sin embargo, rehusó la invitación y retornó a su ciudad natal. Todavía, la insistencia de otro rey safávida (Shah Abbas II) lo llevó a Isfahán, probablemente después de 1052 (H)-(1643 d. C).

Faydh fue autor de más de cien libros, los más famosos fueron: “Mafatih” en jurisprudencia, “Al-Wafi” sobre hadiz, “As-Safi” y “Al-Asfia” en interpretación coránica, “Usul al-Ma’arif” sobre filosofía y gnosis, y “Al-Muhayyt al-Bayza’” sobre ética. Todos estos libros fueron escritos en árabe, y cada uno de ellos es considerado importante en su rama del conocimiento.

Faydh tuvo seis hijos. Su hijo Muhammad Alam al-Huda, se volvió un erudito famoso que escribió varias obras.

De acuerdo con la inscripción de su tumba, Faydh falleció en 1091 (Hhij)-(1681 d. C), a la edad de 84 años.

Fayyadh Lahiyi

Abd ur-Razzaq Lahiyi, hijo de Ali, conocido por Fayyadh, fue famoso principalmente como filósofo y teólogo, también considerado uno de los más destacados poetas de su tiempo. Él pasó parte de su vida en Mashhad estudiando, en 1030 (H) o unos años después, fue para Qom. Conoció a Mul.la Sadra y asistió a algunas de sus clases. Más tarde se volvió de sus dos más leales discípulos. Antes del retorno de Mul.la Sadra a Shiraz, Fayyadh tuvo el honor de ser aceptado como su yerno.

A diferencia de su amigo Faydh Kashani, Fayyadh no acompañó a Mul.la Sadra a Shiraz, es posible que Sadra lo dejara en Qom como su sustituto, continuando el trabajo pedagógico.

Fayyadh fue un importante filósofo que a su vez asumía el papel de teólogo, siguiente Khaye Nasir ud-Din Tusi (autor de “Tayrid al-Kalam”). Poseía vocación poética y literaria bastante refinada, siendo uno de los más destacados poetas de su época. Compuso una colección de poemas que consiste en doce mil versos en forma de balada lírica y en versos.

Fue una de las más respetadas y distintas personalidades del período safávida, y muy admirado por el Shah. Fue también muy popular entre el pueblo común. Vivía entre el pueblo y demostraba cariño por las personas, a cambio, recibió gran respeto y afecto. En verdad, fue un hombre piadoso y temeroso de Dios, que vivió apartado de los placeres mundanos (este fue el juicio expresado por sus contemporáneos).

Dejó muchos trabajos en filosofía y teología, los más famosos son: “Shawariq al-Ilham” (un comentario sobre el “Tayrid al-Kalam”), “Gowhar-e Murad” (un libro sobre teología escrito en un lenguaje simple), un comentario sobre el “Al Nur” de Sohravardí, comentarios sobre el “Sharh Isharat”, algunos otros tratados y su colección de poemas.

Fayyadh fue padre de por lo menos tres hijos, que fueron eruditos en su época. Su hijo mayor, Mul.la Hassan Lahiyi, se convirtió en maestro y sucesor de su padre en Qom. Los historiadores afirman que Fayyadh vivió setenta años. Falleció en el 1072 (H)-(1661 d. C) en Qom, donde fue sepultado.

Mul.la Husein Tonekaboni

 Mul.la Husein Tonekaboni fue otro de los famosos alumnos de Mul.la Sadra. Tonekaboni es una ciudad de la provincia de Mazandaran, en la región norte de Irán, junto al Mar Caspio. Varios filósofos y científicos de renombre venían de esta región.

Hay muchos puntos de contradicción en su biografía, sin embargo, es indiscutible su conocimiento sobre la escuela de pensamiento de Mul.la Sadra, y en la enseñanza de la filosofía y de la gnosis. Su fallecimiento (o martirio) fue muy lamentado. Durante la peregrinación, al hacer la visita a la Caaba, él se agarró de la pared de la Caaba, se agarró de la pared y su cara fue sorprendida por un sentimiento místico, los laicos erróneamente imaginaron que se estaba burlando en la zona sagrada y lo agredieron. A partir de este acontecimiento, Tonekaboni cayó en un estado de tristeza y vino a fallecer en Meca en el año 1105 (H)-(1695 d. C). Él también legó a las generaciones siguientes algunas obras de filosofía.

Hakim Aqayani

Hakim Mul.la Muhammad Aqayani ha sido citado como uno de los estudiantes de Mul.la Sadra. Su biografía también está repleta de contradicciones. Fue especialmente famoso por el comentario que escribió en 1071 (H) sobre Mir Damad, un libro complejo e importante llamado “Al-Qabasat”.

Extraído del libro La Filosofía Transcendente de Mul.la Sadra; Editorial Elhame Shargh

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