“Irán, el país que Estados Unidos quiere destruir; (Retrato urgente de un condenado a muerte)”

La guerra sucia de la prensa

Por: Julio César Martínez (Juma)

“Es la incumbencia de los intelectuales revelar la ignominia de los poderes y tanto más de las superpotencias”

Imam Jomeini (r.a)

Hay un arma más peligrosa y dañina que las armas químicas o nucleares, porque aunque sus efectos no son tan inmediatos y contundentes como los de aquellas, terminan por desgastar y dominar a su objetivo. Es un arma también de destrucción masiva de la humanidad. Es el arma de la prensa, de los medios de comunicación manejados por intereses espurios que anteponen sus propias conveniencias a las de la comunidad. Algún día deberán investigarse serena pero firmemente, todos los crímenes de lesa humanidad que a lo largo de los años han ido cometiendo o ayudando a hacerlos, los grandes medios de comunicación masiva, amparándose en los principios inalienables de la “Libertad de prensa y de expresión”. Tanto así, que han podido desarrollar un verdadero ejercicio dialéctico, para esgrimir como defensa de sus arbitrariedades y canalladas sociales, al extremo de haber logrado en muchos casos, que el delito de comunicación en que ellos incurren sea la víctima y que el damnificado por su agresión disimulada, en el entorno de un acto de ejercicio periodístico, sea ante las leyes o la opinión pública el verdadero infractor y violador del que ellos (¡precisamente ellos, manipuladores, mentirosos y difamadores consuetudinarios!) llaman “Sagrado principio de la libertad de prensa”. 

Estos grandes medios de comunicación (deberíamos decir de “incomunicación”) han sido los creadores de la “Política del embudo”, que no es otra cosa que el desarrollo del proceso de una noticia determinada, desde que se genera, hasta que llega al receptor, es decir al público lector, televidente o escucha de una emisora radial. En ese ínterin que va desde un extremo al otro de la información, la noticia sufre una metamorfosis tal que cuando realmente se emite, luego de pasar por todos los filtros del proceso, poco o nada puede tener que ver con lo que realmente ha acontecido. Esa información, masticada, predigerida y privada de todos los elementos que el emisor considera inadecuados, pero reforzada por todos aquellos que el mismo emisor estima que deben agregársele para sus propias conveniencias o la de sus patrocinadores políticos, publicitarios, económicos, religiosos, etc., finalmente se emite y es entonces que a través de ese embudo estrecho, se mete dentro de los cerebros y las conciencias de la gente, prepotente y groseramente. 

En la construcción de esa trama, en el entretejido de esa canallada informativa, están los “peones”, los cronistas, periodistas profesionales que las más de las veces deben aceptar que la tijera de la censura de los Jefes de Redacción o los Editores caiga sobre su trabajo, si es que desean mantener su fuente laboral. Y aparece entonces aquella disyuntiva de siempre: o me prostituyo o mi familia no sobrevive. 

Claro está, nuestros más de treinta años en la profesión, nos dan autoridad más que suficiente para decir que si bien hay periodistas que deben resignarse a que recorten y maquillen sus notas por una razón de supervivencia, hay otros que se prestan gustosos a estas sucias maniobras y le ahorran el trabajo a sus editores y jefes de redacción, automutilándose y diciendo lo que saben que sus jefes quieren que se diga, aunque sea absolutamente opuesto a lo que realmente se generó en la noticia original, e incluso muchas veces contrario a lo que ellos mismos, personalmente piensan sobre el asunto, o lo que dicen que piensan sobre él.

Y están los otros, los verdaderos comunicadores sociales, los que no aceptan que se les castre ni maquille su información aunque deban en la mayoría de los casos- como nosotros dicho sea de paso- terminar desocupados, marginados de las empresas editoras de medios informativos e incluso calumniados por aquellos que en algún momento se sintieron agredidos por alguna noticia de la que fueron protagonistas y su difusión tal y cómo las cosas sucedieron, les arruinó algún negocio o les privó de algún beneficio privado o público.

Porque en los hechos, en la mayoría de los países del mundo, aunque figura en los textos constitucionales y en todas las declaraciones internacionales, la tan mentada “Libertad de prensa” es solamente un mito, una utopía, una linda frase, pero un algo inexistente en los hechos. Lo que sí, realmente existe en la mayoría de los casos, es la “Libertad de empresa”, que fonéticamente suena parecido pero moralmente es diametralmente opuesto a lo otro.

Un viejo periodista uruguayo -desaparecido hace algunos años, que fue siempre uno de nuestros referentes-Gonzalo de Freitas, cierta vez cuando charlábamos sobre este tema sentados a la mesa de un viejo reducto bolichero (hoy también desaparecido) cercano al diario LA REPÚBLICA donde ambos trabajábamos, nos dijo lo siguiente: “mirá Juma…en este país, la única forma que tenés de ejercer la libertad de prensa, es siendo dueño de un diario para escribir lo que realmente se te antoje” y agregó: “pero …ya ves.. Es como lo de qué nació primero, si el huevo o la gallina, si hacés eso, te convertís en empresario y ¿qué es lo que estarás ejerciendo entonces?...pues eso mismo: ¡la libertad de empresa…!” Y después de un breve silencio, mientras empinaba su cuarta o quinta copa de grappa con limón, añadió con una sonrisa: “Moraleja: la libertad de prensa no existe ni aunque seas vos el dueño del diario...” 

Toda esta introducción viene precisamente a cuento para hacer referencia a una sucia jugada periodística- de las tantas canallescas que diariamente se gestan en las redacciones del mundo- que tiene que ver directamente con las partes en conflicto a las que en este trabajo hacemos referencia, es decir, la República Islámica de Irán, el imperialismo norteamericano, sus socios y cómplices permanentes o circunstanciales europeos y de Medio Oriente y el sionismo internacional. 

La que tuvo a su cargo “el trabajo sucio” en la circunstancia que tratamos, fue la agencia norteamericana de noticias REUTERS, hermana de sangre de CNN y toda esa otra serie de basura informativa estadounidense. La fecha, fue el 26 de octubre de 2005. Ese día, la agencia iraní de noticias IRNA difundió el texto de un discurso del presidente de la República Islámica Mahmud Ahmadineyad, que entre otros tantos conceptos de la por entonces “caliente” situación en la región, dijo textualmente: “Dejad borrar del mapa regional al Estado judío exclusivo, sustituidlo por un solo Estado para todos los ciudadanos del lugar, judíos o no. El derecho a gobernar le pertenece al pueblo entero de Palestina, sean musulmanes, cristianos o judíos” 

Ahmadineyad de ninguna manera dijo que había que arrasar con Israel y borrarlo del mapa simplemente, sino que manifestó que había que “borrar al Estado judío EXCLUSIVO (El subrayado es nuestro), para hacer de todo ese territorio con pueblos milenarios asentados en él, una sola gran nación, con judíos y no judíos, para que sean TODOS SIN EXCEPCION los que elijan a quiénes quieren en el gobierno y qué sistema de gobierno quieren. Y reafirma luego que ese derecho de gobernar le pertenece a todos los ciudadanos de Palestina y aclara, “SEAN MUSULMANES, CRISTIANOS O JUDIOS”. 

Con esa declaración absolutamente principista y honesta, profundamente democrática y justa para todas las partes en juego, Mahmud Ahmadineyad no hacía otra cosa que reafirmar lo dicho ya en su momento por el Imam Jomeini de que “un día el régimen sionista sería borrado del mapa”. Nótese que se habla de sionistas, no de judíos

Pues bien, ¿qué fue realmente lo que los periodistas mercenarios de REUTERS escribieron aquella misma fecha? Veamos. Decía REUTERS en su servicio del 26-10-2005: “La agencia de prensa oficial IRNA informó que el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad había declarado el miércoles que Israel debía ser borrado del mapa, frustrando así las esperanzas de que Irán moderaría su hostilidad con relación al Estado judío. El apoyo a la causa Palestina es un pilar central de la República Islámica que se niega oficialmente a reconocer el derecho a la existencia de Israel. “Israel debe ser borrado del mapa”, declaró Ahmadineyad durante una conferencia titulada “El mundo sin sionismo” en la que participaron 3.000 estudiantes conservadores que gritaban “Muera Israel” y “Muera América”. 

Esta noticia difundida en dichos términos por la agencia REUTERS, recorrió el mundo y fue información de primera plana en la mayoría de los medios de prensa occidentales e incluso en muchos de la propia región de Oriente Medio. 

Sin lugar a dudas, quienes armaron “el paquete” de esta información en REUTERS, son periodistas con la experiencia de la distorsión de las noticias. Se nota “el oficio”, la “maña” para hacerlo. En primer lugar, tuvo el redactor sumo cuidado en colocar a la agencia oficial iraní (IRNA) como fuente de la noticia. Es casi perfecto. Además, la dirección de REUTERS, contó con la inoperancia, estupidez o complicidad de los Secretarios de Redacción de los medios informativos de todo el mundo que recibirían ese “cable”, en el sentido de que a ninguno -hubo sí honrosísimas excepciones, pero pueden contarse con los dedos de una mano- se le ocurriría, o se tomaría el trabajo de referirse a la fuente original y testear lo dicho por REUTERS con lo dicho por IRNA. Resultado, el despacho de la agencia americana dio la vuelta al mundo en pocas horas y la camarilla yanqui-sionista, tuvo otro motivo más, para adjuntar a la causa de demonización de Ahmadineyad e Irán que estaba en curso.

Y como era de suponer, se produjo una especie de reacción en cadena, tal y como esperaban los artífices de esta jugarreta amparada en la “Sacrosanta libertad de prensa y de expresión”. 

Los titulares de la prensa mundial reflejaron en sus páginas más destacadas, la acentuada radicalización y el fundamentalismo de Irán y su presidente. “Sesudos” editorialistas analizaban la situación, lamentando que el gobierno de Irán estuviese “en manos de un grupo de locos fanáticos capaces de hacer estallar una bomba atómica en cualquier momento sobre el pueblo de Israel para exterminarlo y borrarlo del mapa”.

La opinión pública internacional por supuesto se conmocionó.

Y entonces todos “se subieron al carro”, políticos amanuenses del sistema, pro sionistas, gobiernos cipayos que llamaban a sus embajadores en Teherán en consulta, o que citaban en sus cancillerías a los embajadores iraníes para que dieran explicaciones, etc. 

Pero la comedia tenía que seguir y fue entonces que los actores principales entraron en escena. Simón Peres se presentó en la ONU pidiendo la expulsión lisa y llana de Irán del organismo, mientras su colega Silvan Shalom, canciller israelí, presionaba al Consejo de Seguridad para que impusiese todas las sanciones posibles a la República Islámica. De esta manera, el organismo libró una declaración de condena a las palabras del presidente Ahmadineyad, pero aquí está lo increíble: el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, redactó la condena a Irán TOMANDO COMO FUENTE LA CANALLESCA, MENTIROSA E INMORAL CRONICA INFORMATIVA DE LA AGENCIA NORTEAMERICANA DE NOTICIAS, REUTERS. 

De nada valieron las explicaciones del gobierno iraní, el envío a la ONU del video con el discurso original, los desmentidos, etc. Generalmente cuando se producen estas sucias maniobras informativas (o “desinformativas” deberíamos decir) los desmentidos no se publican y si se publican se les dedican espacios irrelevantes dentro del cuerpo del diario o del noticiero, por lo que queda reflejado en la óptica de la opinión pública es la primera información, que es al fin y al cabo, el objetivo buscado. 

Algo parecido sucedió con la supuesta negación del Holocausto del pueblo judío, por parte del presidente Ahmadineyad. En realidad lo que dijo el mandatario iraní, es lo que millones de personas piensan en el mundo pero no les dan los cojones para decirlo públicamente: que se ha creado con el Holocausto del pueblo judío un mito con fines estrictamente políticos. Y eso no lo puede negar nadie en absoluto. Al Holocausto y al mito creado a su derredor, el estado de Israel le debe su propia existencia y su impunidad permanente.

Eso dicho así, no es negar el Holocausto, es condenar, denunciar, lamentar, que el sionismo internacional utilice a los mártires del pueblo judío, en beneficio de sus cajas registradoras y sus ambiciones de poder político. Es decir, que el sionismo utilice sus propios muertos como moneda de canje. Si terrible fue la acción de Hitler, más terrible, sucia e imperdonable es la acción de quienes sobre cada osamenta de su gente, tratan de apoyar un pie para seguir ascendiendo en su cuota de poder. 

Y siguen las mentiras en nombre de la Libertad de prensa 

Amir Taheri es un periodista iraní que huyó de su patria, fue un conspicuo colaborador de la dictadura del Shah Muhammad Reza Pahlevi. Durante el apogeo del gobierno imperial fue Redactor Jefe del diario oficial Khevan, que hasta el último momento estuvo aleccionando al pueblo iraní en la defensa del régimen tambaleante del emperador. Hasta hace algún tiempo- y seguramente sigue allí-era integrante del gabinete neoconservador y sionista Benador Associates, con una larga y experimentada trayectoria en la difusión de noticias alarmistas, falsas e infundadas para apoyar a los EEUU en sus aventuras extraterritoriales en Irak y donde cuadre.

Este experto periodista iraní, no tuvo mejor ocurrencia que lanzar la noticia de que el gobierno de la Revolución Islámica había decidido establecer un “Código de colores” para todos los infieles no musulmanes en el territorio iraní.

Hace más o menos un año, un periódico de Toronto, Canadá, el Nacional Post, publica una nota de este tal Taheri, anunciando escandalosamente en su titular que “Se impondrá el uso de símbolos distintivos a los no musulmanes”. Y agregaba que: “los judíos tendrán que coser un emblema amarillo encima de sus ropas, los cristianos uno rojo y los zoroástricos uno azul”.

Se agregaba en la información que la ley respectiva ya había sido redactada y votada por el parlamento y aprobada por el Ejecutivo y solamente se estaba esperando para ponerla en práctica la aprobación del Guía Supremo Ali Jamenei. Cuando se supo que todo era una simple y malvada patraña, que la noticia era absolutamente falsa, ya la información había recorrido el mundo y convocado el “repudio de infinidad de instituciones y organizaciones defensoras de los Derechos humanos que condenaban la política discriminatoria y segregacionista del gobierno iraní”.

El daño ya estaba hecho, ninguno de los medios de prensa que se encargaron de difundir la mentira, hicieron después ningún tipo de descargo o aclaración. Y entre esos medios de prensa estaban el de la publicación original, el National Post de Toronto, Canadá cuyos Directores son los hermanos Leonard y David Asper, reconocidos militantes del sionismo internacional.

Inmediatamente el New York Post, uno de los diarios del imperio Murdoch de triste memoria, “levantó” la noticia y aprovechó para agregar de su propia cosecha una directa semejanza entre Irán y el nazismo, incluso titulando la nota “Irán Oks Nazi Social Fabric”. Y entonces todas las agencias de prensa del mundo trasmitieron la noticia hacia los cuatro puntos cardinales del planeta y hubo hasta sendas conferencias de prensa urgentes convocadas por un portavoz directo del Departamento de Estado Norteamericano y dos de los títeres serviles de siempre, los Primeros Ministros Mc Cormack de Canadá y Howard de Australia y en ellas se refirieron a Irán directamente como un sistema de inspiración nazi.

Cuando llegaron los desmentidos, ya no había nada que hacer. Para gran parte de la opinión pública internacional, Irán era un régimen continuador del genocida Tercer Reich. 

Y como dicen que “a río revuelto, ganancia de pescadores”, el Vicepresidente estadounidense concedió una entrevista a la cadena MSNBC manifestando textualmente que la república islámica de Irán “está en la cumbre de la lista de los estados canallas. Irán tiene una política cuyo objetivo es la destrucción de Israel. Así que Israel puede muy bien decidirse a actuar primero” Con estas declaraciones, le estaba dando una “carta blanca” a los sionistas para hacer lo que se les viniera en gana contra Irán, a sabiendas que contaría con el total respaldo del gobierno norteamericano. 

Es decir, se han estado utilizando todos los medios posibles para crear una imagen demoníaca de Irán y de los dirigentes de la Revolución Islámica, preparando con ello el terreno para lo que al Pentágono se le ocurra hacer. 

Algunas informaciones establecen que cada 24 horas se publican o comentan entre medio millar y dos mil quinientos artículos, editoriales, reportajes o simples informaciones sobre Irán, todas ellas con la misma óptica, incluso repitiendo las mismas frases y refiriendo a las mismas fuentes. Y si alguien duda de estas cifras, puede tomarse el trabajo de revisar un día cualquiera las ediciones y los noticieros de algunos medios tales como REUTERS, AP, New York Times, CNN, TVE, RAI, ABC, Washington Post, Televisión Nacional y Le Fígaro de Francia, The Guardian de Inglaterra, etc., etc. 

Noticias falsas, comunicados de grupos supuestamente islámicos paridos entre telones por la CIA, declaraciones de políticos serviles y arribistas, organizaciones fantasmas de derechos humanos y cien argucias más son el “pan nuestro de cada día” de la prensa mercenaria occidental, fundamentalmente y de otras no occidentales, pero de todas formas serviles y maleables, para demonizar a Irán, mientras que los comunicados oficiales del gobierno islámico, los desmentidos, las propias noticias originales trasmitidas por la agencia IRNA o reproducidas en la prensa iraní, son absolutamente ignoradas por los grandes canales de la comunicación y si recurren a ellos es para sacarlos de contexto y utilizar fragmentariamente sus dichos, acomodándolos a sus intereses.

Fuente: Libro Irán, el país que Estados Unidos quiere destruir, (Retrato urgente de un condenado a muerte)”; Editorial Elhame Shargh

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

www.islamoriente.com, Fundación Cultural Oriente

Article_image
Article_rate
No votes yet