Jesús y Muhammad; los mensajeros de la paz en esta navidad

Sdenka Saavedra Alfaro[1]

Se acerca la Navidad[2], fecha que para nuestros hermanos católicos representa el nacimiento de Jesús (P) en Belén, siendo una de las festividades más importantes del cristianismo, junto con la Pascua de resurrección y Pentecostés. Esta solemnidad que conmemora la natividad de Jesucristo, se celebra el 25 de diciembre en la Iglesia Católica, en la Iglesia Anglicana, en algunas comunidades protestantes y en la mayoría de las Iglesias Ortodoxas.[3]

Coincidiendo este año 2015 con el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre, unos días después el 29 de diciembre (17 de Rabi´al-Awwal [4]en el calendario islámico[5]), se celebra el nacimiento del Profeta Muhammad (BP), más conocido como Mahoma en Occidente.

Tal coincidencia, y como están las cosas en el mundo en un contexto de guerras y de fundamentalismo religioso, se hace necesario y urgente hablar de unificación y no de divisiones entre estas dos religiones; pues será la única manera de construir un mundo mejor para el mañana.

“Entonces, existen muchos otros aspectos positivos en la historia de las relaciones entre ambas religiones, basta recordar las diversas maneras de enriquecimiento cultural e intelectual mutuo de sus civilizaciones, que compartieron el arte, la arquitectura, la filosofía, las matemáticas, la ciencia y la literatura, en todas sus dimensiones. Por ende, son más los aspectos que nos unen a católicos y musulmanes, que aquellos que nos separan, por lo que debemos aunar esfuerzos para construir un mundo y un mañana mejor para las próximas generaciones”[6].

Ya lo dijo el Papa Francisco que el Corán y la Biblia son lo mismo, que Jesucristo, Mahoma, Jehová, Alá, son todos los nombres utilizados para describir una entidad que es claramente la misma en todo el mundo[7].

“Durante siglos, la sangre ha sido derramada en vano por el deseo de separar nuestra fe. Esto, sin embargo, debe ser el mismo concepto que nos une como personas, como naciones y como un mundo unido por la fe”.

“Juntos, podemos lograr una era sin precedentes de paz, todo lo que necesitamos para alcanzar tal estado es el respeto de las demás creencias, porque todos somos hijos de Dios sin importar el nombre que elegimos para dirigirnos a él. Podemos lograr cosas milagrosas en el mundo mediante la fusión de nuestra fe, y el tiempo para tal movimiento es ahora. Ya no tendremos que sacrificar a nuestros vecinos por las diferencias o referencias a su Dios”.

Y en aras de ello, es muy importante dar a conocer y constatar para muchos que continúan con prejuicios, que tenemos semejanzas con la fe católica. Desde luego hay diferencias entre la imagen que musulmanes y católicos tienen de Jesús y María; pero estas discrepancias no hacen a la esencia del mensaje del Mesías, y responde más bien a las opiniones que los hombres promulgaron como dogmas a lo largo de los siglos[8].

Jesús (P) en el islam, se encuentra mencionado 25 veces en el Sagrado Corán[9], y es destacado como uno de los grandes mensajeros divinos en numerosos pasajes[10]. Y María (P), es en el islam uno de los paradigmas de perfección en la mujer, y su historia adquiere tanta relevancia que la revelación coránica le ha dedicado todo un capítulo, la Sura 19, que lleva su nombre.

En el Sagrado Corán en la Sura de María (P) se relata el episodio de la concepción y nacimiento de Jesús (P), tal como sigue:

“…Yo soy sólo el enviado de tu Señor encargado de agraciarte con un hijo inmaculado”. María dijo: “¿Cómo puedo tener un hijo, cuando ningún hombre me ha tocado, ni soy una indecente?”. Dijo “así será”. Mi Señor dice: “Es cosa fácil para mí a fin de hacer de él un signo para la gente y muestra de nuestra misericordia. Más aún cuando le concibió, se retiró con él a un lugar apartado. Los dolores del parto la llevaron junto a un tronco de palmera…” Y el niño dijo: “No te apenes, porque tu Señor ha hecho correr un arroyo a tus pies, y tira hacia ti el tronco de la palmera y ésta hará caer sobre ti dátiles maduros y frescos…”…Regresó a su pueblo cargándole y les indicó que interrogaran al niño. Entonces el niño les dijo: “¡Por cierto que soy el siervo de Dios, quien me ha dado la escritura y ha hecho de mí un Profeta”…”La paz fue conmigo el día que nací, lo será el día en que muera y el día en que sea resucitado”. Tal es Jesús, hijo de María…” Corán (19:16-34).

Para el islam, Jesús (P) es un Profeta y Mensajero de Dios; uno de los más grandes; pero no es Dios-Hijo, al que también se menciona en el Sagrado Corán, al igual que muchos de sus milagros (Corán 5: 110-114)

“En verdad, el Mesías Jesús hijo de María (P), es un Profeta de Dios, su palabra depositada en María y un espíritu procedente de Él” (Corán 4:171).

Por otro lado, la tradición islámica destaca muchísimas cualidades y valiosas virtudes, al igual que destaca su extraordinaria sabiduría y su conducta apegada al ascetismo y al altruismo, pues el propio Imam Alí (P), el sucesor del profeta Muhammad (PB), disertaba sobre el valor de lo mundano, y se refería a Jesús (P), diciendo:

“Tomaba la piedra como almohada, vestía ropas rústicas, comía vegetales silvestres, estaba la mayor parte del tiempo hambriento, su lámpara de noche era la luna y en el invierno, su único refugio eran los horizontes del oriente y Occidente. Sus frutas y verduras eran las mismas que la tierra hacía brotar para los animales. No tenía codicia alguna que lo rebajase, su transporte eran los pies y sus sirvientes sus manos”.[11]

Y estas cualidades y virtudes que poseía Jesús (P) son una verdad indiscutible; pues así también lo mencionan los evangelios de la Biblia, al mencionar que Él comprendía bien las dificultades de los pobres y era muy consciente de sus necesidades, ya que vivió como ellos, como lo hemos visto.

Además debemos destacar que se puso de parte de los débiles, los enfermos, los no privilegiados, los oprimidos, defendió la libertad de la opresión, la discriminación, la exclusión, la desigualdad, la pobreza, el pecado y la injusticia, Jesús (P) se puso del lado de los marginados en contra de los opresores. (Mateo 26:6-9; Juan 12: 5-8; 13: 29).

Hay que señalar que Él denunció las múltiples marginaciones a las que eran sometidas las mujeres en esa época, se opuso a las leyes que las discriminaba y las sentenciaba (lapidación, libelo de repudio) y las incorpora a su movimiento e igualdad de condiciones que los varones y con el mismo protagonismo. (Mt.6, 24; Lc. 14,13).

Fue un contestatario de su época, un revolucionario, que se puso del lado de los más necesitados, los pobres, los serviles, los sin nombre, los sin techo, los marginados, y luchó en contra la injusticia y la opresión, en contra la tiranía, y la usurpación; pues todos somos iguales como los dientes de un peine, como lo dijo el Profeta Muhammad (BP).

 “Todos los hombres son iguales como los dientes del peine del tejedor” y agregó “No hay diferencia del blanco con el negro y del árabe sobre el no árabe”.

Y esto no lo dijo en la era de la democracia, lo dijo mil cuatrocientos años antes, mientras fundaba un estado, en una época en que los reyes y emperadores se refugiaban en sus torres y palacios lejos de los pueblos. El Profeta siendo jefe venerado, comía con los esclavos, montaba en lomo de burro y ayunaba en demasía[12].

Y esto es lo que queremos demostrar, pues ambos, poseían cualidades y virtudes muy grandes a favor de los más necesitados, su amor al prójimo, al desvalido de quien no se puede recibir contraprestación; además de su firme liderazgo que tenían. Es decir su lucha contestaría en contra la opresión y la injusticia no es coincidencia, ya que Jesús (P) es quién anunció la llegada del Profeta Muhammad (PB) como último Profeta. (Corán 3,75:61,6). Entonces para el Islam, Jesús es un representante de Dios. Su pa­labra es la palabra divina y su orden es la orden de Dios. Su ejemplo es el camino. El Profeta Muhammad (BP) ha ampliado ese ejem­plo a todos los órdenes de la vida individual y social. No hay dife­rencias entre estos dos grandes mensajeros de Dios.

Ahora bien, el Profeta Muhammad (BP), Nació en el año 570 en La Meca, la ciudad santa donde el Profeta Adán (P) edificó el primer templo [13]dedicado a Dios, y que fue destruido durante el diluvio en la época del Profeta Noé (P) y reconstruido en el mismo sitio por Abraham (P) e Ismael (P).

Muhammad (PB) siempre se distinguió por sus características opuestas a las normas generales que regían en la Arabia de aquel tiempo: En una sociedad idólatra y supersticiosa, él era monoteísta y rechazaba las falsas creencias; en una sociedad donde sobraban los juegos de azar y las bebidas embriagantes, él jamás se acercó a ellos; en una sociedad que amaba la música, las danzas, la poesía sensual, él siempre las rechazó; en una sociedad que menospreciaba a las mujeres, él las valorizó y estableció para ellas numerosos derechos; en una sociedad racista, él defendió la igualdad de todos los seres humanos; en una sociedad donde abundaba la corrupción, la estafa y el robo, él fue llamado «Al Amín» (El digno de toda confianza).

Durante veintitrés años, trece en La Meca y diez en Medina, predicó un mensaje que proclama la igualdad ante la ley de todos los seres humanos, sin diferencia de raza condición social. La dignidad de la mujer, su derecho al estudio, al trabajo remunerado, al usufructo de su propia riqueza, al matrimonio y al divorcio. Y ese mensaje fue el Islam. Pero no ha traído una religión nueva, sino que le dio continuidad al Mensaje de todos los Profetas anteriores, siendo él, el último de ellos.

“Muhammad el Mensajero de Dios y los que con Él están…Así están descritos en la Torá y en el Evangelio” (Corán 49:29).

“Muhammad no es más que un mensajero. Antes de Él hubieron también otros Mensajeros” (Corán 3: 144).

Él atacó las bases mismas del sistema corrupto anterior hasta pulverizarlas. Combatió la idolatría, y con ella, el negocio de la fe, las falsas costumbres, las supersticiones y las tradiciones ancestrales basadas en sistemas injustos que privilegiaban a determinados sectores. Prohibió todas las costumbres corruptas que imperaban en la sociedad: la matanza injustificada de niñas, mujeres, la usura, el privilegio de ciertas tribus y todo el sistema de castas familiares, las bebidas alcohólicas, los juegos de azar, la prostitución y todas las conductas sexuales aberrantes, etc. Luchó contra la acumulación de riquezas en manos de unos pocos, la ambición de los ricos y poderosos, la especulación financiera y todas las  maniobras fraudulentas de mercado, todo lo cual es la raíz de la pobreza y miseria de los pueblos. Y buscó siempre llevar a la gente a la paz, la buena convivencia y el bienestar.

Como hemos podido apreciar estos dos grandes personajes de la historia de la humanidad son símbolos revolucionarios contestatarios, que lucharon y combatieron la idolatría, en favor de los oprimidos, de los desdichados, de los sin nombre, y también hay admitirlo, se levantaron en contra la violencia hacia las mujeres, poniéndolas de igual condiciones que los hombres, dotándolas de derechos. Verdaderos guías de nuestro presente y futuro.

“En el Islam no se hace distinción entre los Profetas y Mensajeros divinos, pues se considera que todos han transmitido la misma verdad de parte de su Señor. Han diferido sí en las formas externas que impusieron a sus comunidades de acuerdo a la cualidad de cada época, pero no en el núcleo de su misión. Entre los Mensajeros hay, no obstante, algunos especialmente destacados por Dios con una misión más trascendente, sea porque inicia un nuevo ciclo en la humanidad, porque trae una nueva ley, o por el carácter universal de su prédica. Según el Islam, estos Mensajeros así destacados son cinco: Noé, Abraham, Moisés, Jesús y Muhammad (la paz y las bendiciones de

Dios sea con todos ellos)”.

«Di: 'Creemos en Al.lah (Dios) y en lo que se nos ha revelado, en lo que se ha revelado a Abraham, Ismael, Isaac, Jacob y las tribus, en lo que Moisés, Jesús y los profetas han recibido de su Señor. No hacemos distingos entre ninguno de ellos y nos sometemos a El«» (Corán, 3:84)

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

www.islamoriente.com, Fundación Cultural Oriente


[1] Escritora, Periodista, Profesora e Investigadora Boliviana, miembro de la Asociación de Investigadores en Comunicación y Educación para el Desarrollo (AICED) La Paz-Bolivia.

[2] Navidad (en Latín: Nativitas, “Nacimiento”).

[3] Mckenna Megan “El Adviento y la Navidad, día a día”; Stander Sal Ternae, 1999, pp.331-488

[4] Rabi‘ al-Awwal (ربيع الأول), también denominado Rabi, es el tercer mes en el Calendario islámico. Durante este mes, los musulmanes de todo el mundo celebran el Mawlid (cumpleaños del profeta Mahoma).

[5] El Calendario islámico es un calendario lunar. Los meses comienzan cuando comienza la luna nueva. Como el año islámico lunar es 11 a 12 días más corto que el año solar, Rabi‘ al-Awwal migra todo el año

[6] Huyyatulislam Mohsen Rabbani.

[7] www.noticiacristiana.com “Papa Francisco: “El Corán y la Biblia son los mismo”; (5 de Junio de 2015).

[8] “Jesús y María en el Islam”, Fundación Cultural Oriente, Ed. Elhame Shargh, 2da. Ed. 2006.

[9] El Corán es la revelación transmitida por Dios a Muhammad (PB) a través del Ángel Gabriel, a lo largo de veintitrés años. (610-632).

[10] “Jesús y María en el Islam”, Fundación Cultural Oriente, Ed. Elhame Shargh, 2da. Ed. 2006.

[11] Nahy-Ul-Balagha, Sermón 160; Bihar Al-Anwar; T. 14; pág. 239.

[12] Ver: www.organizacionislam.org.ar

[13] La Kaaba.

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