La Interpretación Ejemplar del Sagrado Corán

Sura Inshirâh (El Sosiego) - Nº 94

La sura fue revelada en La Meca; consta de ocho aleyas.

Contenido y mérito de su lectura

Esta sura, fue revelada luego de la Sura Ad-Duhâ, afirmando su contenido en esta versión, dado que una vez más se mencionan en ella las mercedes de Dios otorgadas al Profeta (PB). Ambas exponen tres grandes mercedes; las primeras son tanto materiales como espirituales y las de esta sura son sólo espirituales. En su totalidad, este capítulo gira alrededor de tres ejes:

1. Las tres gracias divinas.

2. La albricia al Profeta (PB), de que en un futuro se eliminarían los obstáculos que perturbaban su convocatoria.

3. El sometimiento a un único Dios y el estímulo a la adoración y el ruego.

Los hadices dicen que ambas suras han sido consideradas una sola. Algunos sabios de la escuela Sunni también sostienen esta idea. De cualquier manera, la cercana relación existente entre el contenido de ambas no se pone en tela de juicio. Una idea similar existe entre las suras Al-Fîl (el elefante) y Quraish (que si Dios quiere, serán desarrolladas más adelante). Lo sabido es que fue revelada en La Meca, aunque algunos basándose en la aleya que dice: “Y hemos exaltado Tu nombre”, alegan que se reveló en Medina, porque afirman que la fama del Profeta (PB) fue allí donde tuvo lugar. Sin embargo, sabemos que este argumento no es convincente, pues a pesar de las dificultades por las que debió pasar el Profeta (PB) en La Meca, tuvo renombre y en todas las reuniones se hablaba de su revolución, mensaje y convocatoria. Luego a través de la peregrinación, su fama se extendió a otros distritos del Hiyaz, en especial a Medina.

Dijo el Profeta (PB) respecto al mérito de su lectura: “Quien la recita, recibirá la misma recompensa de quien vio a Muhammad triste y afligido y lo alegró”.[1]

94 - Sura Inshirâh (El Sosiego)

Bismil-lâhi ar-rahmâni ar-rahîm

1. Alam nashrah laka sadrak

2. Ua uada‘na ‘anka uizrak

3. Al-ladhî anqada dzahrak

4. Uaraf‘ana laka dhikrak

5. Fain-na ma‘al ‘usri iusran

6. In-na ma‘al ‘usri iusrâ

7. Fa’idhâ faragta fansab

8. Ua ilâ rabbika fargab

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En el nombre de dios, el compasivo, el misericordiosísimo

1. ¿acaso no hemos sosegado tu pecho

2. Y descargamos tu fardo,

3. Que agobiaba tu espalda,

4. Y enaltecimos tu reputación?

5. Por cierto que con la dificultad está la facilidad

6. Ciertamente, con la dificultad está la facilidad

7. Entonces cuando estés desocupado, ¡mantente diligente!

8. ¡e interprela (ardientemente) a tu señor!

Nosotros te hemos agraciado con diversas gracias

Las aleyas encierran un cariño y un amor extraordinarios de parte de Dios al noble Profeta (PB). La primera aleya señala la más importante de las mercedes divinas.

1. Alam nashrah laka sadrak

1. ¿acaso no hemos sosegado tu pecho

El vocablo “Nashrah”, proviene de la raíz “Sharh y significa extender o ampliar un trozo de carne, hacer de un trozo grueso cortes que lo afinen (según Ragueb en su libro Mufrâdât). También dice que la expresión “Sharh-us sadr” significa ampliar el pecho mediante la luz y el sosiego divino.

No cabe lugar a dudas que “Sharh-us sadr” es algo metafórico y en realidad significa engrandecer el alma y el espíritu del Profeta (PB). Este engrandecimiento puede tener un extenso contenido y abarcar la gran ciencia del Profeta (PB), como así también la amplitud, la tolerancia y la resistencia frente a los caprichos e impertinencia de los enemigos.

Tenemos un ejemplo en el profeta Moisés (P), pues cuando se le encomendó la misión de exhortar al rebelde Faraón, (“Ve hacia el Faraón porque se ha excedido” – (Corán 20:24) sin demora alguna dijo: “Rabbishrahsadrî ua iassir lî amrî” que significa: “¡Oh Señor! dilata mi pecho, facilítame la tarea” (Corán 20:25-26)

Y así habla Dios al profeta en otra cita del Corán: “Persevera, pues, ¡oh Mensajero! hasta el Juicio de tu Señor, y no seas como el engullido por la ballena (Jonás), cuando angustiado nos imploró” (68:48) (Jonás fue a quien a causa de la impaciencia, le acaecieron diversos problemas y sinsabores).

“Sharh-us sadr” es en realidad el antónimo de Deiq sadr” que significa encoger el pecho. Dice la aleya 97 de la sura 15: “Bien sabemos que tu corazón se encoge (“Iadiqu Sadrak” - se angustia) por lo que te dicen”.

Obviamente, ningún líder puede hacer frente a las dificultades si no goza de un pecho dilatado. Y en particular, aquel cuya misión es superior a la del resto de los profetas (P), debe poseer el mayor pecho dilatado a fin de que las tormentas no alteren la tranquilidad del océano de su espíritu, los problemas no lo hagan flaquear, las perturbaciones enemigas no lo decepcionen y los difíciles interrogantes no lo angustien. Por cierto que éste fue el mayor obsequio que hizo Dios a su Enviado. Dijo el Profeta: “Le he hecho un pedido a Dios y hubiese sido mejor que no lo hubiera hecho. Le dije: “¡Dios mío! a algunos de los profetas (P) que me precedieron les sometiste el viento, otros revivieron a los muertos (¿y que hay respecto a mí?).” Me dijo: “¿Acaso no te hallé huérfano y te amparé?”. “Sí”, respondí. “¿Y no estabas extraviado y te encaminé?”. “Sí, Dios mío”, volví a responder. “¿Y no dilaté tu pecho y te descargué el fardo?”. “Sí”, fue mi respuesta”.[2]

Esto demuestra que la gracia de “Sharh-us sadr” es superior a los milagros de otros profetas (P). Seguramente si alguien estudiara minuciosamente los estados del Profeta y observara su sosiego y su paciencia ante los más difíciles y complejos eventos de su vida, se cercioraría que ello sería imposible ordinariamente, que no es más que el éxito y la confirmación divina.

Algunos mantienen la idea de que “Sharh-us sadr”, señala un suceso que tuvo lugar durante la infancia del Profeta, cuando unos ángeles abrieron su pecho, extrajeron su corazón y lo purificaron colmándolo de ciencia, sabiduría, amor y misericordia.[3]

Naturalmente el hadîz, no alude a un corazón material, sino que se refiere a los auxilios espirituales que Dios brindó al Profeta.

La fuerza de voluntad del mismo y la purificación de todas las faltas morales y tentaciones satánicas. No existen pruebas de que la aleya señale este suceso en particular; ya que su contenido es muy vasto y posiblemente este relato sea una de sus aplicaciones. Por último agregamos que, si bien el Enviado de Dios (PB) luchó contra las dificultades de la profecía y cumplió con sus responsabilidades en este camino, se debió a su “Sharh-us sadr.”

2. Ua uada‘na ‘anka uizrak

2. Y descargamos tu fardo,

3. Al-ladhî anqada dzahrak

3. Que agobiaba tu espalda,

La palabra “Uizr”, significa pesadez; “Uazîr” (ministro) deriva de la misma raíz. Se utiliza este vocablo ya que un ministro debe soportar las pesadas cargas de un gobierno. Se denomina “Uizr” también a los pecados, puesto que constituyen una pesada carga para el hombro de los pecadores.

En cuanto a “Anqada”, de la raíz “Naqd”, significa desatar el nudo de una soga o separar las diferentes partes de un edificio. Se llama “Intiqâd”, al bullicio que provoca una demolición o el ruido que hacen las costillas en la parte dorsal cuando llevamos una pesada carga. Este vocablo también expresa la ruptura de un convenio.

Dice la aleya: “¿Y descargamos tu fardo que agobiaba tu espalda?”.

¿Qué tipo de carga era esa? Las aleyas indican que la carga, vendría a ser las dificultades de la profecía, la exhortación al monoteísmo y la unicidad y la erradicación de los efectos de la corrupción de aquel lujurioso ambiente.

No sólo el Profeta del Islam (PB) debió enfrentar semejantes dificultades en el comienzo de su convocatoria, ya que a todos los profetas (P) les sucedió lo mismo y sólo salieron victoriosos con el auxilio divino. No obstante ello, las circunstancias y el medio ambiente que reinaba en la época de Muhammad (PB) eran, desde algunos aspectos, más difíciles y pesados.

He aquí otras versiones respecto al significado de la palabra“Uizr”:

- La pesada carga del Mensaje en los inicios de la revelación.

- Extravío, impertinencia y enemistad de los inicuos.

- Las extremas molestias y perturbaciones de los incrédulos.

- El dolor causado por el fallecimiento de su tío Abû Tâlib y su esposa Jadiÿah.

Algunos otros atribuyen la aleya a la infalibilidad y pureza del Profeta (PB). Concluyendo, decimos que la primera interpretación es la más acertada y que el resto de ellas pueden considerarse sus ramas y desarrollos.

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4. Uaraf‘ana laka dhikrak[4]

4. Y enaltecimos tu reputación?

Tu nombre se divulgó por doquier junto al nombre del Islam y del Corán, y cada amanecer y anochecer se escucha desde los minaretes cuando se recita el Adhân (llamado a la oración). Es consigna del Islam atestiguar tu profecía, junto a la testificación del monoteísmo y la unicidad de Dios. Esto es una prueba de arraigamiento del inmaculado credo sobre la tierra. ¿Qué honor supera esto y qué elevado rango más exaltado que éste puede imaginarse?

Dijo el Profeta (PB) sobre la interpretación de esta aleya: “Me anunció Gabriel que dijo Dios Altísimo : Cuando se mencione mi nombre, que se mencione el tuyo (Y esto es prueba fehaciente de tu grandeza y categoría)”.

En lo que sigue, se plantea un interrogante: ¿Por qué la sura fue revelada en La Meca, mientras la expansión del Islam, la solución a los obstáculos de la profecía, la descarga del fardo y la elevación de su nombre en todos los ángulos del universo tuvieron lugar en Medina? En respuesta, algunos dicen que la sura, anuncia lo que sucedería más adelante y que fue esta albricia, la que eliminó la angustia y la tristeza del Profeta. Lo real, es que una parte de estas cuestiones fueron cristalizadas en La Meca, sobre todo en los últimos tiempos de los años que duró su convocatoria.

La fe se arraigó en los corazones de un numeroso grupo, los problemas fueron disminuyendo relativamente, el nombre del Profeta se divulgó por todas partes y el terreno se preparó para los grandes tiempos del futuro. Hassân Ibn Zâbit fue un conocido poeta de la época del Profeta que lo elogió con bella expresión.

He aquí algunos de sus versos referentes al tema:

Dios unió a Su propio nombre, el nombre de su profeta cuando el “Muazzin” dice Ash-hadu...

De la raíz de su propio nombre, extrajo el nombre de su profeta a fin de que fuera venerado.

Por ello el Dios soberano del Trono es Mahmûd y él se llama Muhammad.

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Aquí el Corán le da la más importante albricia derramando de esta manera luces de esperanza al corazón del Profeta (PB).

5. Fain-na ma‘al ‘usri iusran

5. Por cierto que con la dificultad está la facilidad

Y enfatiza:

6. In-na ma‘al ‘usri iusrâ

6. Ciertamente, con la dificultad está la facilidad

No estés triste, las dificultades ya van a cesar, las extorsiones de los enemigos no serán eternas, las privaciones materiales, las dificultades económicas y la pobreza no persistirán. Quien tolera los infortunios y resiste los tormentos, un día percibirá su dulce fruto, llegará el día en que el grito enemigo se enmudecerá, las perturbaciones no tendrán efecto, el camino del progreso y la perfección será llano y el tránsito del camino de la verdad sencillo.

Pese a que algunos intérpretes, han considerado estas aleyas como una referencia a la pobreza material de los musulmanes a principios del Islam, su sentido incluye la totalidad de las dificultades. Ambas aleyas han sido planteadas de tal modo, que no se especifica la persona del Profeta, ni la época en la que vivió. Son como una norma general, han sido planteadas como argumento de lo antes mencionado y albrician a todos los creyentes sinceros y activos que, siempre junto a la dificultad está la facilidad. Ni siquiera dice “luego”, sino que utiliza la palabra “Ma‘a” que significa “junto”, “con”.

Sí, es así, para cada dificultad, existe una facilidad. Ambas fueron desde siempre de la mano y lo seguirán estando. Esta promesa divina ilumina el corazón del ser humano, le brinda esperanzas en el triunfo y borra los efectos de la desesperanza y la desilusión de la página de su espíritu.

Dijo el noble Profeta (PB): “Sabed que junto a la dificultad está la facilidad, que con la paciencia viene el triunfo y con la tristeza y el sufrimiento está la felicidad y el contento.”[5]

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7. Fa’idhâ faragta fansab

7. Entonces cuando estés desocupado, ¡mantente diligente!

8. Ua ilâ rabbika fargab

8. ¡e interprela (ardientemente) a tu señor!

     Jamás permanezcas sin esfuerzo ni actividad, lucha incansablemente y pon como fin de un acto importante el inicio de otro. Apóyate en tu Señor e interpélale en todos tus estados. Busca Su satisfacción y apresúrate a aproximártele.

El contenido de las aleyas es amplio, ya que incluye cualquier acción que se haga en el camino de Dios. La mayoría de los intérpretes, han alegado significados limitados, que pueden aceptarse como casos particulares dentro de la generalidad. Dijeron algunos de ellos:

- Ocúpate de los ruegos e implora por aquello que deseas cuando hayas terminado la oración obligatoria.

- Cuando hayas culminado tus oraciones obligatorias, levántate para la oración preferible de la noche.

- Cuando te desocupes de los asuntos del mundo, ocúpate en los asuntos de la otra vida, la adoración y la oración.

- Levántate para adorarme cuando no tengas que luchar contra los enemigos.

- Lucha contra el enemigo interno (el ego), cuando estés libre de la lucha contra los enemigos externos.

- Ocúpate de pedir la intercesión cuando estés libre de la misión del mensaje.

Numerosos hadices, de entre ellos, los relatados por un famoso sabio sunnita llamado Hâkim Haskânî, en su libro “Shauâhid at-Tanzîl” encontramos el siguiente hadîz de Imam As-Sâdeq (P): “Presenta a ‘Alî (P) como tu sucesor y soberano después de ti cuando estés libre (desocupado)”.[6]

También el sabio Qurtubî, en su libro de Tafsîr, relata de algunos que el significado de la aleya es: “Cuando estés libre nombra a tu sucesor”[7].

Considerando que en la aleya, no se especifica ningún asunto y que “Fansab”, de la raíz “Nasab”, significa trabajo y esfuerzo, expresa una norma general y su objetivo es advertir al Profeta, ya que es un ejemplo para todos, que no descanse luego de finalizada una obra importante, sino que continúe esforzándose constantemente. Teniendo en cuenta esta definición, queda claro que todas las hipótesis mencionadas son correctas, pero como una aplicación de un concepto abarcativo y general. ¡Y qué programa efectivo y constructivo es éste, en el que se encuentra oculta la clave del triunfo y la perfección!

Lógicamente, la desocupación absoluta provoca cansancio, falta de ánimo, pereza y agotamiento y en muchas ocasiones, suele ser factor de la corrupción, el extravío y el pecado.

De acuerdo a un estudio, se ha demostrado que en los días feriados el grado de corrupción, a veces llega a incrementarse hasta siete veces más de lo habitual. En conclusión, esta sura en su conjunto, expresa la particular atención de Dios hacia el Profeta, es su consuelo y una promesa de victoria, frente a los obstáculos del camino de su mensaje. Es además: vivificadora, constructiva y brinda esperanzas a toda la humanidad y a todos los seguidores de la verdad.

Un extraño relato del sabio Ibn Abil Hadîd

Relata Ibn Abil Hadîd, renombrado sabio mu‘tazilita, en su libro de interpretación de Nahÿ al-Balâgah: “Dice Zubair ibn Bakkâr -quien no era shî‘ah; él se había separado de ‘Alî (P) y se había puesto del lado de sus opositores- relatando del hijo de Mugairah ibn Shu‘bah, cuando dijo: Mi padre, Mugairah, siempre hablaba de la inteligencia de Mu‘awîiah y admiraba su pensamiento; sin embargo, un día a su regreso a casa oí que lo maldecía y le pregunté el motivo, me respondió: “Esta noche estuve a solas con él y le dije: “Tú has logrado los títulos que soñabas, trata ahora de ser justo y benevolente; ya tu edad es avanzada, sé bondadoso con los hijos de Hâshim; hoy ya no son una amenaza para ti, si lo haces se enaltecerá tu reputación.” Pero me respondió: “¡Lejos está!, ¿qué nombre quedará para mí? El primer y segundo califa hicieron tanto ¿y qué nombre quedó al final de ellos? Pero observas que cinco veces al día, pronuncian desde lo alto de los minaretes el nombre de ese Muhammad. ¡Pobre de ti! ¿Qué quedó tras él? ¿Después de lo que él ya hizo, qué queda? ¿Qué nombre quedará para nosotros? ¡No, por Dios! , esto no cambiará hasta que se vierta esta situación y enterremos el nombre del Profeta”.[8]

Pero, pese a ello, la aleya dice: “Y enaltecimos tu reputación”. Dios ha querido afamar su nombre a lo largo de la historia y en la plenitud del universo, ya sea que agrade a los hombres o no, ya sea que se contenten o se enfurezcan.

Si profundizáramos en estas expresiones, a qué conclusiones llegaríamos.

¡No hay poder ni fuerza excepto en Dios, el Altísimo, el Grandioso!

La haula ua lâ quwata il·la bil·lâhil ‘alîil ‘adzîm.

 v   v   v

¡Oh Dios nuestro!, quita el egoísmo de nuestros corazones y cólmanos de Tu amor.

¡Oh Dios nuestro! Tú has prometido que junto a cada dificultad estará la facilidad, ¡salva pues a los musulmanes de la época actual de los enormes problemas y aflicciones que provocan los enemigos!

¡Oh nuestro Creador!, ciertamente que Tus gracias y Tus mercedes son incontables. ¡Otórganos fuerza para agradecértelas!

¡Así sea, oh Señor de los universos!

v   v   v

Fin de la Sura Al-Inshirâh

Fuente: La Interpretación Ejemplar del Sagrado Corán- tomo 27ñ Editorial Elhame Shargh

Todos derechos reservados. Se permite copiar citando la referencia.

www.islamoriente.com; Fundación Cultural Oriente


[1] Maÿma‘ ul-Baiân, t. 10, p. 507.

[2] Maÿma‘ ul-Baiân, t. 10, p. 508.

[3] Tafsîr Durr al-Manzûr (según lo transmitido en Tafsîr al-Mizân, t. 20, p. 452); Tafsîr Fajr ar-Râzî, t. 32, p. 2. El contenido de este hadîz se encuentra también en los Sahîh de Al-Bujârî, Tirmidhî y Nisâ’î, en la historia de la Ascensión a los Cielos del Profeta (PB).

[4] La utilización de dos términos que son antónimos: “Rafa‘a” y “Uada‘a”, encierra una especial delicadeza.

[5] Tafsîr Nûr az-Zaqalain, t.5, p. 604, hadices 11 y 13.

[6] Shauâhid at-Tanzîl, t. 2, p. 349, hadices 1116 a 1119.

[7] Qurtubi,Tafsir, t. 10, p.7199

[8] Sharh Nahÿ al-Balâgah, t. 5, p. 129.

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