El alcoholismo; una cuestión de economía política (I)

Por Lic. Masuma Assad de Paz (Socióloga)

“Salud Pública y Economía política: el caso del alcoholismo” es el título del libro escrito por el médico argentino Jorge Pellegrini, quien en un intento de visualizar la problemática desde una óptica sociológica intenta dilucidar con datos estadísticos y análisis riguroso la trama que hay detrás de este flagelo que cada vez con mayor intensidad azota a más familias en América Latina y en Argentina en particular.

Según el autor, el alcoholismo no debe analizarse únicamente desde una perspectiva psicológica asociando el alcoholismo a personas con determinada estructura en su personalidad que hace que sean más vulnerables y se vean superados ante diferentes conflictos y dificultades. Ello, en tal caso, es un detonante, una consecuencia, pero de ningún modo su causa.

Pellegrini nos invita a indagar sobre lo que fue y es el traspaso del capitalismo industrial al capitalismo financiero y sus arrasadoras implicancias.

Si en el capitalismo industrial las clases más pobres eran explotadas y esclavizadas, en el capitalismo financiero las clases más pobres ni siquiera son necesarias para ser explotadas porque han sido reemplazadas por las maquinarias y ya no son mano de obra útil y necesaria como antes.

El capitalismo financiero ha traído consigo el desempleo y con ello el hombre ha perdido su vida y su dignidad, dos derechos intrínsecamente humanos.

Hoy el hombre que perdió su empleo se ha convertido en un excluido social y ello es mucho peor que ser un esclavo. El esclavo gozaba, al menos, de ciertos derechos y protecciones y luchaba por su libertad.

En cambio el desempleado, aquél que se ve desprovisto de su trabajo, rutina, salario, aquél mismo que busca trabajo pero que ya no encuentra, ha sido convertido en un hombre que ha perdido su autoestima, su posición social y familiar.

Todo ello lo conduce a buscar una salida que le permita salir de esa situación y ahí es donde se encuentra, según Pellegrini, y no porque lo busque, con el alcohol.

El autor retoma las observaciones de Engels acerca de los obreros en Inglaterra, llegando a la conclusión de que el alcoholismo es funcional al sistema capitalista, dado que la explotación del obrero en el s. XIX necesitó del alcohol para ejecutarla.

De hecho, si bien el alcohol existe desde épocas remotas, el alcoholismo como objeto de estudio, surge en 1849 a través del médico sueco Magnus Huss, quien creó ese término para describir un fenómeno cultural y social surgido a posteriori de la Revolución Industrial y sus consecuencias demográficas de urbanización acelerada con el simultáneo despoblamiento del campo y la aparición de una nueva clase social que son los obreros.

Por cierto que estos cambios afectaron decisivamente en sus hábitos. Es en este contexto que Engels señala el modo en que el sistema capitalista se vale del alcohol como instrumento de sometimiento:

“A los trabajadores se los fatiga a diario con el trabajo hasta el total agotamiento de todas sus energías físicas y mentales, y de este modo se los incita de continuo a la más insensata demasía en los únicos dos disfrutes que se hallan a su alcance: el placer sexual y la bebida (Engels, “La situación de la clase obrera en Inglaterra”, pág. 353, Grijalbo, México 1987, citado por Pellegrini).

“Necesita algo por lo que valga la pena trabajar, que le haga tolerable la perspectiva de su próximo y amargo día”. (op.cit, pág. 357).

 En el mismo sentido se refiere a los que quedaron sin trabajo:

“Y puesto que el pobre diablo ha de tener por lo menos un disfrute, ya que la sociedad lo ha excluido de todos los demás, entonces va y bebe aguardiente.”

Pero Engels va más allá cuando en su discurso analiza la relación entre la oferta y demanda de alcohol y los efectos de la Ley Cervecera de 1830 que facilitó la instalación de cervecerías en la que los propietarios podrían vender directamente al público, poniendo “la taberna frente a las puertas de cada cual” (op.cit, pág. 381), más precisamente, en Glasgow existía una taberna cada diez casas.

A su vez esto acarreaba en palabras de Pellegrini “mala alimentación, desgaste físico, prostitución, violencia nocturna y de fines de semana por la alcoholización, empobrecimiento, dejando en las casas de empeño lo poco que poseían para mantener la ilusión de los disfrutes inducidos”.

Evidentemente el alcohol ha sido y sigue siendo, y cada vez más, un instrumento eficaz de control social. De hecho la conquista española usufructuó mucho de las bebidas alcohólicas que le permitieron desorganizar a los pueblos indígenas, destruir sus normas, introducir la violencia, asesinatos, saqueos de metales preciosos en un modo sin igual, apropiaras de tierras y cursos de agua así como también introducir mano de obra esclava.

¿Quiénes son los más vulnerables?

Si bien no se puede decir que el alcoholismo es exclusivo de una clase social determinada, pues en realidad afecta a todas las clases, la diferencia radica en las posibilidades de recuperación que depende de la clase a la que se pertenezca.

Según estudios científicos “los hombres de todas las edades y niveles sociales más bajos tienden a tener considerablemente más riesgos para contraer diferentes tipos de problemas relacionados con el alcohol que los hombres de niveles sociales más altos.” (citado por Pellegrini de “Some correlates of American drinking practices. “Recent advances in studies of Alcoholismo”. Nacional Institute of Mental Health. 1970).

Del mismo modo el autor cita a Y.L.N Robins en “Alcolismo and labeling theory” (Reading in Medical Sociology. New York. 1980) quien afirma: “…ser pobre, varón, con una educación deficiente y pertenecer a grupos étnicos de bajo nivel social” son características que se asocian con el alcoholismo.

Es mi deseo, luego de este breve marco teórico, recurrir al Corán y a los dichos del Profeta Muhammad (la paz y bendición sean con él y su descendencia) –a los cuales los denominaremos Hadiz- para abordar el tema no sólo desde una visión sociológica sino también religiosa islámica. Al presentar estos dichos intento dar a conocer cuál es el punto de vista del Islam respecto al alcohol y romper dos tipos de mitos. El primero, el que existe acerca del propio Islam como religión que propone vivir como hace más de mil cuatrocientos años atrás. El considerar seguir la Sharia (Legislación islámica) como una religión cerrada y fanática que no se adapta a estos tiempos y que es imposible llevarla a cabo. Y el segundo mito que deseo romper es el de considerar a la religión como opio de los pueblos. ¡Al menos, en el caso del Islam no es así! Basta con ver las luchas sociales que han tenido todos los profetas anteriores al Islam y las del Profeta Muhammad y sus apóstoles, y ver en la actualidad cómo hoy los musulmanes están resistiendo en todo el mundo a la pesada bota del imperialismo sobre sus pueblos, como para que esta teoría caiga por sí misma.

Por eso, a través de la lectura de estos versículos coránicos y estos dichos del Profeta Muhammad (la paz y bendición sean con él y su descendencia) y,  a modo de contribución a la tarea de Pellegrini en la autoconstrucción del tejido social, invito al despertar de aquellos que luchan contra este flagelo. Considerando que la reivindicación de los valores morales que emanan de una guía divina a través de los profetas cumplen un rol indispensable en la reconstrucción del tejido social que permite forjar una fuerte solidaridad entre sus miembros, cuya existencia es imprescindible en toda comunidad para no caer en la garras de la anomia, los convoco a leer y reflexionar acerca de estas transmisiones islámicas, que representan un faro para aquellos que son y serán eternos buscadores de la verdad y luchadores contra toda hipocresía.

Dichos del Profeta Muhammad (la paz sea con él y su descendencia)

Consecuencias sociales, morales y espirituales:

El bebedor de alcohol y la idolatría

“¡Creyentes! No os acerquéis ebrios a la oración. Esperad hasta que estéis en condiciones de saber lo que decís.” (Corán, 4:43)

“Te preguntan acerca del vino y del juego de azar: Di: “Ambos encierran pecado grave y ventajas para los hombres, pero el pecado es mayor que su utilidad…”” (Corán, 2:219).

“¡Creyentes! El vino, el juego de azar, los ídolos, y el juego de flechas no son sino abominación y obra del Demonio. ¡Evitadlo, pues! Quizás, así, prosperéis.” (Corán, 5:90).

“El demonio quiere sólo crear hostilidad y odio entre vosotros valiéndose del vino y del juego de azar, e impediros que recordéis a Dios y hagáis la oración. ¿Os abstendréis pues? (Corán, 5:91)

Cuando el Islam fue revelado en Arabia, los árabes estaban sumidos a los más viles placeres e ignorancia. El Sagrado Corán siguió un método de erradicación gradual del alcohol en la sociedad de su época por lo extendido de este mal social, por lo que se puede apreciar en los distintos descensos de los versículos revelados un incremento en la condena a la bebida.

Entre las transmisiones del Profeta Muhammad (la paz y bendición sean con él y su descendencia)

“El bebedor es como el idólatra”. (Nahyul Fassahhah, Hadiz 1790).

“El vino es la madre de las perdiciones, entonces, a quien lo beba no se le aceptarán sus oraciones durante cuarenta días y si muere y éste permanece en su vientre habrá muerto con la muerte del ignorante.” (Nahyul Fassahhah, Hadiz 1385).

“Tres (tipos de personas) no entrarán al paraíso: el bebedor de alcohol, el que corta las relaciones con los parientes y aquél que confirma el hechizo.” (Nahyul Fassahhah, Hadiz 1129)

“Quien beba alcohol estará sediento el Día del Juicio Final”. (Nahyul Fassahhah, Hadiz 3027)

“Quien beba alcohol saldrá la luz de la fe de su interior”. (Nahyul Fassahhah, Hadiz 3028)

“El siervo, mientras no beba se mantendrá en el marco de la religión y apenas beba Dios correrá de él Su protección y Satanás será su tutor y éste se convertirá en su oído y su vista y lo conducirá hacia todo mal (desgracias) y lo privará de todo bien.” (Nahyul Fassahhah, Hadiz 2291)

 “Cuatro derechos tiene Dios para no permitir entrar al paraíso ni dispensar sus bendiciones: a quien beba alcohol, a quien coma del cobro de intereses (usura), a quien coma de los bienes de los huérfanos sin derecho y a quien disguste a los padres.” (Nahyul Fassahhah, Hadiz 254)

 “La primer cosa -luego de la idolatría- que mi Dios ha prohibido es beber alcohol y la maledicencia entre los hombres. (Nahyul Fassahhah, Hadiz 978)

“No habrá cortina que separe a tres tipos de personas del fuego: la persona que divide a la gente, la que  disguste a los padres y la que bebe alcohol.” (Nahyul Fassahhah, Hadiz 1226).

Del efecto multiplicador del alcoholismo

 “Aléjate de la bebida porque de su pecado crecen más pecados, del mismo modo que de su árbol crecen más árboles.” (Nahyul Fassahhah, Hadiz 989).

El vino y la fornicación

 “El vino es la madre de las vilezas y entre los más grandes pecados, su pecado es el más grande, quien lo beba no está a salvo de fornicar con su madre o con su tía paterna o materna. (Nahyul Fassahhah, Hadiz 1545).

“A quien fornique o beba Dios le extraerá su fe del mismo modo que el hombre se saca la camisa por su cabeza.” (Nahyul Fassahhah, Hadiz 2999)

Es concerniente abordar a Engels en este punto quien nos dice el modo en que la industrialización influyó en la vida cotidiana de los trabajadores

“Los fabricantes instauraron el vergonzoso sistema de trabajo nocturno: algunos tenían dos clases estables de obreros, cada una de ellas en número suficiente como para poder ocupar toda la fábrica; una clase trabajaba las doce horas del día, y la otra las doce horas de la noche. Es fácil imaginar las consecuencias que semejante privación continua del descanso nocturno –que no puede ser reemplazado por ningún descanso diurno- debía acarrear al estado físico, en especial de los niños más pequeños y mayores, y aún de los adultos. Su resultado necesario era una irritación de todo el sistema nervioso, ligada a un debilitamiento y aflojamiento generales de todo el cuerpo. A ello se sumaba el fomento e incitación de la afición a la bebida, así como las relaciones sexuales irregulares: un fabricante atestigua que durante dos años, en los cuales se trabajaba de noche en su fábrica, nacieron el doble de hijos extramatrimoniales, y que, por lo general, se produjo tal desmoralización que debió abandonar el trabajo nocturno” (citado por Pellegrini, págs. 26-27)

El alcohol y la destrucción familiar

 “Todos los pecados se han establecido en una casa y su llave es el alcohol”. (Nahyul Fassahhah, hadiz 1307)

“Cuatro cosas hay que si una de ellas entra en una casa, la arruina y no se beneficia con las bendiciones: la violencia, el robo, beber alcohol y la fornicación.” (Nahyul  Fassahhah, Hadiz 256)

Del alcohol y otros embriagantes

“Absteneos de todo embriagante”.(Nahyul Fassahhah, Hadiz 61)

“Dios prohibió la bebida alcohólica y todo embriagante es pecado” (Nahyul Fassahhah, Hadiz 13)

Según este dicho del Profeta, no sólo alude a la prohibición del vino sino también de cualquier tipo de embriagante, en el que entraría la cerveza y también la droga en sus formas más variadas. Hoy en día el alcohol y la droga van de la mano.

De la cantidad del consumo

“Os ordenamos que incluso aunque sea poco de aquello que mucho embriaga, tampoco lo consumáis.”

(Hadiz 964).

Por cierto que este dicho del Profeta es muy sabio, advertidor y contundente para aquéllos que propagan el alcohol argumentando que “un poco, es sano”.

En este sentido Pellegrini nos advierte que existe un alineamiento en el que la salud de la población no es tenida en cuenta, porque trata de argumentarse que el alcoholismo es producido según el tipo de bebida que se trate, por ejemplo las bebidas destiladas; y según la cantidad que se ingiera, incentivando de este modo al consumo de alcohol.

Entre sus citas encontramos: “Las clases proletarias más humildes, las cuales no pueden utilizar otros materiales alimenticios demasiado caros, se les permite completar su ración alimenticia insuficiente, reemplazándolo ventajosamente” (citado por Pellegrini, pág. 54).

“Ingerido el alcohol vínico es utilizado en mantener la temperatura del cuerpo y sirve para producir trabajo” (Profs. Albertoni y Rossi de la Academia de Ciencias de Bologna, citado por Pellegrini, op. cit).

“Como alimento el vino provee una proporción notable de calorías. Como estimulante tónico y nervino concurre incuestionablemente a una excitación favorable de los centros nerviosos que aumenta la duración y la suma de la actividad muscular voluntaria y facilita un mayor rendimiento del trabajo físico”. (Citado por Pellegrini, pág. 54)

Este absurdo científico es insostenible. Como dice el autor “el alcohol tónico reconstituyente, generador de energía y facilitador del trabajo, tiene un destinatario concreto: la clase proletaria de mayores esfuerzos físicos. Llama la atención que esos enunciados seudocientíficos no muestren al vino como favorable a otros sectores de la población, sino que es toda una invitación para usarlo en aquellos seres humanos que sufren mayor desgaste laboral.

En cuanto a la cantidad adecuada para ser consumida los catedráticos y académicos dicen:

“Toda una serie de experiencias concluyentes permite fijar en 1,5 gr. Por día y por kilo de peso la cantidad moderada que da un gran beneficio para las clases pobres y trabajadoras.” Esto es, para una persona de 70 kilos significaría más de 1,300 l. por día. (citado por Pellegrini, pág. 55)

Pero si seguimos indagando vemos que la fijación del límite varía según los autores y resulta arbitraria. De este modo nunca se puede precisar y todo ello sin tener en cuenta la vida individual, social, familiar, cultural  de las personas.

Por otra parte, ¿cuál sería el límite para aquellos que proponen beber con prudencia y en cantidades razonables? Tal como en las drogodependencias, con el alcoholismo lo que se pierde es la capacidad de decir NO y decir BASTA. Además, cuál es el sentido de las múltiples y crecientes propagandas. ¿Acaso no es expandir su mercado lo más posible y aumentar sus ganancias? Una vez más asistimos a discursos que pretenden ser racionales, cuando en realidad ocultan sus objetivos disfrazando la realidad y recurriendo a la insensatez y no racionalidad de sus consumidores, ya que sus propagandas no van dirigidas a concientizarlos ni a hacerlos pensar sino que apelan a sus gustos y debilidades.

De la venta de bebida alcohólica

“El dinero que se obtiene de la bebida, es pecado” (Nahyul Fassahhah, Hadiz  1295)

“Se les ha prohibido el comercio de la bebida alcohólica”. (Nahyul Fassahhah, Hadiz 1358)

“Dios maldijo al vino y  a quien lo beba, a quien lo ponga en manos de otro, a quien lo venda, a quien lo compre, a quien extraiga el jugo de la fruta para hacer vino, a quien lo transporte, a quien lo cargue consigo y a quien coma del dinero obtenido de éste.” (Nahyul Fassahhah, Hadiz 2229)

La fuerza en la prevención y precisión que tienen estos términos es asombrosa. En el próximo número trataremos más ampliamente acerca del consumo y su evolución histórica.

Continuará…

www.islamoriente.com , Fundación Cultural Oriente

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